“Penguin's Umbrella”, séptimo capítulo de la primera temporada de “Gotham”, no ha defraudado a los incondicionales de la apuesta de FOX. Otra cuestión es que nos vendan que es una obra maestra de la televisión y una estupenda serie… ¡dramática! Desde este bastardo blog hemos mostrado nuestras reticencias a la peor serie de esa terna que forman “Arrow”, “The Flash” y “Agents of S.H.I.E.L.D.”. Mientras que “Constantine” huele a peligrosa cancelación por sus malas audiencias, FOX ha encontrado un filón entre tanto fracaso otoñal condenado a la desaparición. No me convence el enfoque de “Gotham” y mucho menos la lamentable y vergonzosa interpretación de Ben McKenzie, que convierte a Stephen Amell en Marlon Brando. Carne de MEMEs para el recuerdo, el seguimiento a la serie que pretende ser la gran precuela de Batman (sin Batman) se ha convertido en la confirmación de que estamos ante la mejor nueva comedia del otoño con completa diferencia. Es hora de echarnos unas risas con “Penguin's Umbrella”, el capítulo más completo emitido hasta la fecha.
Una cuestión es afirmar que “Penguin's Umbrella” es el camino a seguir y que Victor Zsasz (Anthony Carrigan) cumple. Otro punto de vista evidente es que siguen fallando muchos elementos que en este episodio se evaporan al revelar que a “Gotham” le sientan mejor este tipo de tramas que potencian a los reyes de la función: Oswald Cobblepot y Fish Mooney. Incluso todo aquello que va a protagonizar Jim Gordon resulta mucho más funcional al verse envuelto en una caza por parte de Zsasz en la que va a contar con escasos apoyos. El regreso y ascensión desde los muertos por parte de El Pingüino va a dejar a Gordon ante su sentencia de muerte. Misteriosamente, Carmine Falcone le quiere vivo aunque, ¿quién puede fiarse de un mafioso? Gordon no tiene apoyos e incluso Harvey no da la impresión de estar demasiado colaborador en salir del lío en el que le ha metido su compañero. La cuestión es huir con Barbara pero Butch Gilzean y un matón han llegado antes al apartamento de su novia. No obstante, Jim saldrá del paso ante la amenaza de muerte sobre Barbara si no colabora, dejará noqueados a los esbirros y pondrá a su novia en un autobús a salvo… ¿De verdad que alguien se lo cree? ¿En Gotham?
Jim Gordon se queda en su ciudad porque es su ciudad y es su ciudad y fue y será su ciudad. ¿Les ha quedado claro? Tiene un plan (de mielda) que desvela a su jefa Sarah Essen para arrestar al alcalde Aubrey, a Falcone y a sus socios por cargos de conspiración y perversión de la justicia en el caso del asesinato de los Wayne. Essen le deja claro que no va a contar con la ayuda de nadie y la aparición de Victor Zsasz —y sus acompañantes femeninas fans del cyberpunk— en plena comisaría confirma que Gordon está solo. Solito, solito, solo. Tras un tiroteo, balazos de rigor y esa cuenta que lleva Zsasz en su propio cuerpo a golpe de cúter y hashtag, Allen y Montoya salvarán en el último suspiro a Jim. Tras curar sus heridas de bala y sobrevivir a una disección sexuarrl, Montoya y Allen se suman a la investigación de la conspiración del asesinato de los Wayne. Bruce considera a Jim como un padre (o gran amigo de confianza) fundiéndose en un abrazo que nos deja la misma cara de Montoya (Victoria Cartagena). Sí, otra de esas interpretaciones de la serie para mear no echar gota…
El reencuentro de Fish Mooney con el soplón de Oswald Cobblepot no se va a hacer esperar. Falcone no quiere iniciar una guerra y Mooney lo quiere muerto… al conocer demasiadas cosas sobre sus planes y maquinaciones. También nos informan que Falcone no ha tocado a Liza AKA Greta, La Gremlin. La tiene cocinando haciendo galletitas… mientras el mafioso se obsesiona con los pollos. Pollos, pollos y más pollos. Esperemos que no lleguen a hacer al final un remake de “Poultrygeist, la noche de los pollos muertos vivientes”… o se los coma Greta después de medianoche. Precausión.
Las buenas maneras de Mooney son respondidas por las disculpas de ese ‘Pingüino’ que ya maneja los hilos de Sal Maroni y que solamente tiene un antagonista en la organización: Frankie Carbone. Las garras de Mooney (no la llames Fish que te saca su vena de ‘La Tigresa del Oriente’) no serán suficientes para frenar las aspiraciones de ese cerebro criminal.
El Pingüino ya es ese maquinador de conspiraciones, traiciones, mentiras y soplón monumental, que devuelve el golpe de Falcone —realizado con un robo de un camión de armas a lo ‘Sister Act’— con el asalto a uno de sus almacenes. Dentro del lugar se encontraba Nikolai que pasa a mejor vida junto con apuñalamiento a Carbone en un momento «Los Lannister envían saludos», para cerrar con un beso y caricias a su desangrada cabeza… Sí, un momento WTF en el que El Pingüino anticipó el movimiento de su rival dentro de la organización de Maroni y detectó el punto débil de su antagonista: su tacañería.
Oswald Cobblepot simplemente pagó más a sus hombres de confianza y, ahora, él y Maroni son aquellos que dirigen los hilos para llegar una tregua con Falcone tras la muerte de Nikolai y Carbone. La cara de Fish es un poema, El Pingüino ha ganado una batalla y en el cierre del episodio nos explicarán que también gran parte de esa guerra que anunciaba. El arresto del alcalde y Falcone por parte de Jim se va a hacer realidad gracias a la colaboración final de Harvey. Falcone, por el contrario, tiene un arma: Barbara, que volvió a la ciudad siendo capturada por Victor Zsasz. Falcone no es un mentiroso y Jim confía en su palabra cediendo en su intento de arresto y plan, dejando el destino de nuevo a merced del verdadero amo de Gotham City. Falcone sorprende a todos dejándolos marchar en ese discurso sobre la anarquía y que el sistema también tiene que funcionar para alcanzar el equilibrio. ¿Qué ha pasado con Falcone? ¿Por qué le hemos visto tan tranquilo? ¿Por qué se zampa las ‘magdalenas’ de Greta la Gremlin cual Monstruo de las Galletas? ¿Por qué se nos revela que para él su organización es un gallinero que controla perfectamente? En realidad, la llegada de Oswald Cobblepot al lugar y el abrazo con Falcone nos demuestra, mediante un flashback, la conspiración de ambos para controlar la ciudad, las ansias uterinas de Fish y al propio Maroni. Volvemos al piloto, cuando Falcone habla a solas con el ‘soplón’ y esa secuencia que nos van a desvelar ahora…
Y es que Oswald Cobblepot sabía que Gordon no le mataría y le pidió a Falcone que le asignará a él la tarea de asesinarlo. Le reveló un gran secreto a cambio: Fish y Nikolai no se odian y son amantes. Falcone, alertado de la revolución de su gallinero, escuchó el plan de El Pingüino: volvería a la ciudad con otro nombre, se infiltraría en la organización de Maroni y se convertiría en el soplón de Falcone. El plan de ambos ha llegado a buen puerto pero descubrimos que fue El Pingüino aquel que pidió a Falcone que dejara con vida a Gordon. Da la impresión de que a Oswald le encanta corromper a personas honestas y su acercamiento a Montoya y Allen no fue casualidad. ¿Verá Jim la luz? ¿Se lo quiere tirar Oswald en un ‘farolillo rojo’? Se refiera a eso, ¿verdad? Lo descubriremos en el próximo episodio mientras nos secamos las lágrimas de los continuados ataques de risa.
Una cuestión es afirmar que “Penguin's Umbrella” es el camino a seguir y que Victor Zsasz (Anthony Carrigan) cumple. Otro punto de vista evidente es que siguen fallando muchos elementos que en este episodio se evaporan al revelar que a “Gotham” le sientan mejor este tipo de tramas que potencian a los reyes de la función: Oswald Cobblepot y Fish Mooney. Incluso todo aquello que va a protagonizar Jim Gordon resulta mucho más funcional al verse envuelto en una caza por parte de Zsasz en la que va a contar con escasos apoyos. El regreso y ascensión desde los muertos por parte de El Pingüino va a dejar a Gordon ante su sentencia de muerte. Misteriosamente, Carmine Falcone le quiere vivo aunque, ¿quién puede fiarse de un mafioso? Gordon no tiene apoyos e incluso Harvey no da la impresión de estar demasiado colaborador en salir del lío en el que le ha metido su compañero. La cuestión es huir con Barbara pero Butch Gilzean y un matón han llegado antes al apartamento de su novia. No obstante, Jim saldrá del paso ante la amenaza de muerte sobre Barbara si no colabora, dejará noqueados a los esbirros y pondrá a su novia en un autobús a salvo… ¿De verdad que alguien se lo cree? ¿En Gotham?
Jim Gordon se queda en su ciudad porque es su ciudad y es su ciudad y fue y será su ciudad. ¿Les ha quedado claro? Tiene un plan (de mielda) que desvela a su jefa Sarah Essen para arrestar al alcalde Aubrey, a Falcone y a sus socios por cargos de conspiración y perversión de la justicia en el caso del asesinato de los Wayne. Essen le deja claro que no va a contar con la ayuda de nadie y la aparición de Victor Zsasz —y sus acompañantes femeninas fans del cyberpunk— en plena comisaría confirma que Gordon está solo. Solito, solito, solo. Tras un tiroteo, balazos de rigor y esa cuenta que lleva Zsasz en su propio cuerpo a golpe de cúter y hashtag, Allen y Montoya salvarán en el último suspiro a Jim. Tras curar sus heridas de bala y sobrevivir a una disección sexuarrl, Montoya y Allen se suman a la investigación de la conspiración del asesinato de los Wayne. Bruce considera a Jim como un padre (o gran amigo de confianza) fundiéndose en un abrazo que nos deja la misma cara de Montoya (Victoria Cartagena). Sí, otra de esas interpretaciones de la serie para mear no echar gota…
El reencuentro de Fish Mooney con el soplón de Oswald Cobblepot no se va a hacer esperar. Falcone no quiere iniciar una guerra y Mooney lo quiere muerto… al conocer demasiadas cosas sobre sus planes y maquinaciones. También nos informan que Falcone no ha tocado a Liza AKA Greta, La Gremlin. La tiene cocinando haciendo galletitas… mientras el mafioso se obsesiona con los pollos. Pollos, pollos y más pollos. Esperemos que no lleguen a hacer al final un remake de “Poultrygeist, la noche de los pollos muertos vivientes”… o se los coma Greta después de medianoche. Precausión.
Las buenas maneras de Mooney son respondidas por las disculpas de ese ‘Pingüino’ que ya maneja los hilos de Sal Maroni y que solamente tiene un antagonista en la organización: Frankie Carbone. Las garras de Mooney (no la llames Fish que te saca su vena de ‘La Tigresa del Oriente’) no serán suficientes para frenar las aspiraciones de ese cerebro criminal.
El Pingüino ya es ese maquinador de conspiraciones, traiciones, mentiras y soplón monumental, que devuelve el golpe de Falcone —realizado con un robo de un camión de armas a lo ‘Sister Act’— con el asalto a uno de sus almacenes. Dentro del lugar se encontraba Nikolai que pasa a mejor vida junto con apuñalamiento a Carbone en un momento «Los Lannister envían saludos», para cerrar con un beso y caricias a su desangrada cabeza… Sí, un momento WTF en el que El Pingüino anticipó el movimiento de su rival dentro de la organización de Maroni y detectó el punto débil de su antagonista: su tacañería.
Oswald Cobblepot simplemente pagó más a sus hombres de confianza y, ahora, él y Maroni son aquellos que dirigen los hilos para llegar una tregua con Falcone tras la muerte de Nikolai y Carbone. La cara de Fish es un poema, El Pingüino ha ganado una batalla y en el cierre del episodio nos explicarán que también gran parte de esa guerra que anunciaba. El arresto del alcalde y Falcone por parte de Jim se va a hacer realidad gracias a la colaboración final de Harvey. Falcone, por el contrario, tiene un arma: Barbara, que volvió a la ciudad siendo capturada por Victor Zsasz. Falcone no es un mentiroso y Jim confía en su palabra cediendo en su intento de arresto y plan, dejando el destino de nuevo a merced del verdadero amo de Gotham City. Falcone sorprende a todos dejándolos marchar en ese discurso sobre la anarquía y que el sistema también tiene que funcionar para alcanzar el equilibrio. ¿Qué ha pasado con Falcone? ¿Por qué le hemos visto tan tranquilo? ¿Por qué se zampa las ‘magdalenas’ de Greta la Gremlin cual Monstruo de las Galletas? ¿Por qué se nos revela que para él su organización es un gallinero que controla perfectamente? En realidad, la llegada de Oswald Cobblepot al lugar y el abrazo con Falcone nos demuestra, mediante un flashback, la conspiración de ambos para controlar la ciudad, las ansias uterinas de Fish y al propio Maroni. Volvemos al piloto, cuando Falcone habla a solas con el ‘soplón’ y esa secuencia que nos van a desvelar ahora…
Y es que Oswald Cobblepot sabía que Gordon no le mataría y le pidió a Falcone que le asignará a él la tarea de asesinarlo. Le reveló un gran secreto a cambio: Fish y Nikolai no se odian y son amantes. Falcone, alertado de la revolución de su gallinero, escuchó el plan de El Pingüino: volvería a la ciudad con otro nombre, se infiltraría en la organización de Maroni y se convertiría en el soplón de Falcone. El plan de ambos ha llegado a buen puerto pero descubrimos que fue El Pingüino aquel que pidió a Falcone que dejara con vida a Gordon. Da la impresión de que a Oswald le encanta corromper a personas honestas y su acercamiento a Montoya y Allen no fue casualidad. ¿Verá Jim la luz? ¿Se lo quiere tirar Oswald en un ‘farolillo rojo’? Se refiera a eso, ¿verdad? Lo descubriremos en el próximo episodio mientras nos secamos las lágrimas de los continuados ataques de risa.
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Pese a que la serie sigue teniendo momentos de club de la comedia, hay que reconocer que este es el mejor episodio de la temporada. Seguro que en el próximo nos vuelven a meter a un "superabuelo", que quedan mucho capítulos y no se puede subir tanto el listón :D
ResponderEliminarjajajajaa. Sí, como comentaba en el post Antonio es el mejor capítulo de momento que nos ha ofrecido "Gotham". Se pueden (y deben) corregir muchas cosas pero me preocupa que FOX dé por bueno el show por sus índices de audiencia y cierto hype general en el público que la disfruta como si fuera una joya de la televisión.
EliminarEl momento 'Jurassic Park' es uno de mis MEMEs favoritos de la temporada, sí. :D
Gracias por el comentario y saludos bastardos.