Serie de TV
“The Messengers”
EEUU
2015
Sinopsis (Página Oficial):
En el desierto de Nuevo México, la científica Vera Ivanov observa con fascinación como un misterioso objeto cae a la Tierra y explota, enviando una onda de choque que detiene brevemente su corazón. Pero Vera no es la única afectada: ella al instante queda conectada a otros cuatro desconocidos, quienes también colapsan y vuelven milagrosamente a la vida de nuevo horas más tarde. Este grupo de extraños puede ser la única esperanza para la prevención del ‘rapto’ inminente… o ser la causa del mismo.
La nueva (y cancelada) serie de The CW confirma la tendencia Apocalíptica —vía bíblica— impuesta en el territorio audiovisual en los últimos años: “The Leftovers”, “Resurrection” y ese catastrófico desastre cinematográfico titulado “Left Behind” y protagonizado por Nicolas Cage. El film, catalogado como una de las 10 peores películas de 2014 por público y crítica y con 3 nominaciones a los Razzies, parecía poner el punto final a ese ‘rapto’ y ‘arrebatamiento’ del Juicio Final. “The Messengers” insiste en ese territorio pero bebe más del abortado proyecto en Amazon de Chris Carter titulado “The After”. Nos vamos a antes de que ocurra el evento y a esos elegidos que pudieran evitarlo. Dios desea que varios extraños se pongan de acuerdo y salven al mundo para dar una nueva oportunidad a esos destructivos seres humanos que han colmado con sus selfies —y constatada pérdida de inteligencia— la paciencia del Creador. El ser supremo está muy cabreado y enojado con la humanidad: tiroteos en escuelas, crisis financiera, calentamiento global, Telecinco, Esperanza Aguirre… El mundo se ha ido al infierno y ha defecado en un meteorito a Satán para que malmeta con los peores miedos e inseguridades a esos siete elegidos y Ángeles del Apocalipsis. En los primeros capítulos son seis y uno está por llegar pero yo no me quedé a presenciarlo: mandé un WhatsApp al Sr. Dios para que me raptara antes y me evitara el drama con un derrame cerebral incluido. No obstante y para calmar mi sobresaltado y temeroso corazón, me contó la premisa de la serie: esos extraños deberán evitar que los Cuatros Jinetes de la Apocalipsis logren romper sus sellos y así ratificar el fin de la humanidad. No se preocupen, que la serie está cancelada por obra divina y para eso ya teníamos “Sleepy Hollow” en FOX.
“The Messengers” huele a azufre desde su caricaturesca premisa aunque trata de aferrarse a su componente sobrenatural y rociarlo de perfume a lo J. J. Abrams sobre las casualidades del destino. Creíamos que The CW había sobrepasado ya el tufo a estos shows pero somete el conjunto a un sermón religioso y lo adorna con esa vocación de atraer al público adolescente, resultando todo completamente fallido. Pudiera interesar que el diablo fuera el gran villano y protagonista. Seguir sus pasos y su aroma d'eau de soufre sería más gratificante que ver a esa panda de pardillos tratar de ponerse de acuerdo antes de comprobar sus alas tuneadas cuando se reflejan en un gran espejo colocado allí por necesidades del guión y de la brújula del destino. La cuestión es que la serie creada por Eoghan O'Donnell es absurda incluso creyéndose su propio delirio. ¿Por qué Dios querría evitar aquello que considera su obra y consta en las Sagradas Escrituras? ¿Si no quiso detener el Diluvio Universal por qué ahora desea dar una oportunidad a la humanidad antes de la Apocalipsis? ¿Quiere decir todo lo anterior que Dios no sabe lo que hace e improvisa por el camino entre amenazas y falsas esperanzas al ser humano? Los caminos del Señor siempre son misteriosos pero el problema es que “The Messengers” tiene el mismo componente enigmático que la reconstrucción de himen de Leticia Sabater.
Para más inri, descubrimos en los primeros capítulos que todos los ángeles viven en EEUU. En el resto del mundo no hay personas justas que merezcan salvar el mundo. ¡No las hay y punto! Luego tenemos a unos personajes sacados del peor manual de clichés y estereotipos. Esa versión tróspida del personaje de Jodie Foster en “Contact” —a la que la ‘birlaron’ a su bebé de la forma más tonta posible— es incluso el menor de los males… porque el resto del reparto son esos trozos de carne con ojos cuyo objetivo es quedar bien ante la cámara cual brillantes floreros. Es normal que Dios esté muy cabreado con series como “The Messengers”, donde el diablo campa a sus anchas con esos ojos más negros que los cojones de un grillo y con efecto de llamas infernales y flamígeras en el cristalino de su globo ocular. Lo peor de la propuesta es que cualquier espectador con dos dedos de frente se queda con el diablo antes que con esa panda de impresentables y supuestos salvadores de la humanidad. Si Eoghan O'Donnell quería pasarse el Libro de las Revelaciones por el forro de su escroto era más fácil coger la Biblia Canónica y frotarla por su entrepierna sin necesidad de engendrar esta abominación y pecado mortal (y cerebral) televisivo. Amén.
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Amén.... BIen dicho, es todo un sacrilegio "excramental" semejante despropósito de serie. Aquí si se pifió The CW
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