Juego de Tronos (5x06) Unbowed, Unbent, Unbroken: Nunca doblegado, nunca roto

“Unbowed, Unbent, Unbroken”, sexto capítulo de la quinta temporada de “Juego de Tronos”, ha llegado para ratificar la apuesta de David Benioff y D.B. Weiss antes de sumergirnos en un terreno indómito. Adaptar ‘Festín de cuervos’ y ‘Danza de dragones’ en una temporada de diez episodios suponía un reto después de necesitar veinte para condensar todo el material de ‘Tormenta de espadas’. Si bien esa última prueba supuso una cuarta temporada gloriosa, esta quinta va generar cierta controversia por su omisión, sacrificios y cambios respecto a esas originarias novelas de ‘Canción de hielo y fuego’. Sabemos que los puristas van a seguir dando palos a la serie pero aquí ya habla su propio miedo: están fuera de un contexto y futuro que desconocen. La realidad es que Benioff y Weiss saben de antemano aquello que va a contar George R. R. Martin en ‘Vientos de Invierno’ y ‘Sueño de Primavera’ y cuentan con una ventaja que muchos desconocemos. Ellos han visto ese futuro y si están potenciando a ciertos personajes y tramas —trasmutando los dos libros que están utilizando a tal fin— es porque les interesa a sus fines. Hay que confiar en ellos porque no están improvisando. “Unbowed, Unbent, Unbroken” vuelve a ser un episodio en cierta medida de transición a ese clímax en ebullición constante a lo largo de la entrega. Muchos dirán que recurre a la polémica gratuita, otros que es ridículo e incluso ofensivo. Sabemos que algo va a explotar en breve y calidad y entretenimiento del show siguen firmes como sus propias credenciales. Cada vez estamos más cerca de ese rumbo y punto de giro sin retorno hacia un horizonte de tinieblas en el que lo mismo HBO nos sorprende con alguna temporada extra para trazar esa historia que pocos conocen. Repasemos “Unbowed, Unbent, Unbroken”, nueva pieza de “Game of Thrones” directa a la polémica. 

Nos encontramos ante un capítulo que va a avanzar bastante en algunas tramas abiertas y que todavía no habían encontrado un sentido de progreso claro en pantalla, por mucho que pudiéramos intuirlo. Nos olvidamos del Muro y la misión de Jon Nieve y Tormund Matagigantes para dar sentido a esa alianza entre los salvajes y la Guardia de la Noche, que tantas tensiones estamos seguros que va a generar. También “Unbowed, Unbent, Unbroken” va a eludir todo lo referente a Daenerys Targaryen y Meereen aunque la reapertura de los fosos de lucha va a estar presente en alguna de las tramas… Vayamos a una de las credenciales de “Juego de Tronos” y esta quinta temporada que no es otra que el entrenamiento de Arya en esa misteriosa Casa de Blanco y Negro. Allí nunca dejan de jugar… aunque los secretos parecen ser el motor de evolución del personaje principal de la serie. Agua, trabajo y muerte… ¿Qué hacen con los cadáveres? Ver a esa otra chica (¿su Némesis?) contar una historia y soltar un «igual que tú» me deja completamente muerto… a mí. Y es que ya considero que o bien Arya y esa joven son la misma persona o parte de su entrenamiento y transformación. Arya va a tener que jugar a la verdad o mentira entre bofetadas para tratar de averiguar dónde llevan los cuerpos sin vida de esos visitantes que llegan al lugar para morir. Los golpes de Jaqen H'ghar, pese a que Arya indique la realidad sobre sus sentimientos respecto a Sandor Clegane, parecen el punto final de los intentos de hallar la ‘verdad’. Precisamente Arya ayuda a una chica enferma, Ghita, que ha perdido la esperanza en su sanación y el consuelo de la Stark y una ‘falsa’ historia provocan que la joven beba esa agua que sabemos es mortal. El cuerpo sin vida de Ghita será lavado por Arya. Agua, trabajo y muerte… Pero esta vez el entrenamiento ha provocado que la puerta quede abierta, que Arya sea invitada ese oscuro, hipnotizante y siniestro Salón de Caras. Esa gran caverna está repleta de miles y miles de caras de todos esos cadáveres y que presumimos ayudan al Dios del templo y a los fines de aquellos que le ‘sirven’. Jaqen deja claro a Arya que ella no está lista para convertirse en ‘nadie’ pero sí en ‘otra persona’. Esperemos que no copien en el próximo capítulo la voz en off y créditos de “Arrow”… aunque si alguien pensaba que el entrenamiento padawan de Arya iba a ser unas lecciones de espadas láser y controlar poderes telepáticos… esta ya no es su serie.

Las aventuras de Tyrion Lannister y Jorah Mormont también tenían que llevar a un punto de giro en su misión para llegar a Meereen. Daenerys Targaryen y sus dragones es un asunto inevitable y ciertamente Tyrion va a comportarse ya como ese personaje que presagiaba Lord Varys. Va a salir de la caja. Poco importa ese síntoma de la enfermedad y contagio por parte de los Hombres de Piedra que contrajo Jorah sino que la mecánica entre ambos personajes comience a fluir. Tyrion se da cuenta de que su captor poco sabe de sus motivos para dirigirse a Essos y rumbo a conocer a Daenerys. Su fuga se produjo tras el asesinato de su propio padre y la mujer que amaba e inmediatamente surgen los spoilers respecto al destino de Jeor Mormont, el padre de Jorah. Él no sabía que el Lord Comandante había muerto asesinado por sus propios hombres. Desconocemos si Jorah quedó más impactado con esa noticia o con el avance de su peligrosa enfermedad… La cuestión es que Tyrion revela que las aspiraciones de Daenerys respecto al Trono de Hierro no son tan simples como conquistar el mundo. Todo queda interrumpido cuando intuimos las próximas aventuras de la pareja. Ambos van a ser capturados por unos traficantes de esclavos que van a poner en peligro tanto la vida de ambos como sus viaje. ¿Sabían ustedes que existe en Essos un mercado negro de penes de enanos? Tyrion va a hacer uso de su labia habitual para sobrevivir (un seriéfilo escribirá un ensayo al respecto algún día) y venderá tanto el tamaño de su prepucio como a Ser Jorah como un gran guerrero para hacer una fortuna en esos fosos de lucha de Meereen. Ambos parecen que están más cerca de Daenerys y “Juego de Tronos” quiere aprovecharse del péplum para sus fines en todo este arco argumental. 

Continuamos con ese otro recital de aventuras que ha propiciado la misión de Jaime y Bronn en sus intentos de rescatar a Myrcella en los Jardines del Agua. Los guionistas han hecho bastante hincapié en la relación de esa joven pareja para dejarnos claro que la Baratheon-Lannister-de-todos-los-Santos y Trystane Martell están encantados con su inminente matrimonio. Es obvio que nos están sembrando el camino hacia un abortado rescate de una damisela que tampoco desea estar en apuros. De hecho, esa reiteración nos lleva cierto déjà vu cuando Doran Martell habla con su guardaespaldas, Areo Hotah, sobre los peligros de esa unión y la necesidad de protegerlos. “Unbowed, Unbent, Unbroken” va a dar un gran avance al integrar esa trama de ‘jardines’ de palacio con la llegada de Jaime y Bronn —utilizando los uniformes de los soldados de Dorne con los que lucharon para infiltrarse— y, sobre todo, con los planes de Ellaria Sand y las Serpientes de Arena para completar su venganza e iniciar una guerra. Todo ese encuentro conjunto va a estar caracterizado por la torpeza, como si la screw-ball se apoderara de una conexión con aventuras medievales con olor a Al-Ándalus en pleno Califato de Córdoba rodadas por Mariano Ozores. El encuentro entre Myrcella y Jaime —y su lucha para que su tío/padre diluya sus sueños uterinos— provoca que Trystane vea manchas de sangre en el traje de Bronn y cometa esta estupidez que, a su vez, ratifique la tensión y el golpe a la inconsciencia definitivo del príncipe. Todo se complica más con la llegada de las Serpientes de Arena y una batalla pretendidamente (?) caricaturesca. En la trama de Desembarco del Rey se habla de teatro. Bien, todo esto no sé si es una representación y parte de un plan mayor de Ellaria o simplemente un spin-off de ‘Mujeres y hombres y viceversa’ o que todo se pega menos la hermosura. Y, claro, si ruedas en España te sale una españolada. Para empezar, el chonismo de las Serpientes de Arena se lo tienen que hacer mirar. Areo pone fin a todos los combates y Ellaria es detenida. Menos mal. En fin, todos son detenidos… y también nuestras ansías de una explosión de violencia en una trama que esperemos salve los muebles en el próximo capítulo ante un incipiente gran número de haters.

Desembarco del Rey ha cambiado y la llegada de Meñique y su encuentro con Lancel Lannister (ahora ‘hermano’ Lancel) le revela ese nuevo poder emergente que puede ser decisivo en el futuro de Poniente. Meñique ha llegado para ser Meñique y Aidan Gillen se va a lucir en ese juego de maquinaciones infinitas y sibilinas declaraciones. Empieza con Lancel, dejando claro que no hay demasiada diferencia entre su burdel y la religión que practica el ya ex Lannister. El encuentro con Cersei engloba un gran todo de planes de esa pareja que maneja los hilos y desvela ese gran plan maestro de ese personaje que siempre esconde una última carta en la mano. Tanto Cersei como Lord Baelish quieren esgrimir el control de sus respectivos ‘menores y señores’ al cargo. Los Caballeros del Valle de Aryn pueden ser fundamentales a los intereses de ambos y es que Meñique desvela el compromiso de Sansa Stark con Ramsay Bolton. Petyr reveló a Sansa que prefiere a la gente previsible y ahora suelta la carnaza para que ese insaciable ‘sharknado’ se lance al vuelo con su violenta dentadura preparada. Meñique aconseja paciencia ya que el enfrentamiento entre los Bolton y Stannis Baratheon decidirá el futuro de Invernalia. El plan premeditado por ese señor de la maquinación —y el ascenso en esa escalera compuesta de caos— es aprovecharse del debilitamiento del vencedor y exterminarlos gracias a los Caballeros del Valle de Aryn. Cersei se compromete a convertir a Meñique en Guardián del Norte si consigue tener éxito. Lord Varys ya nos dijo el peligro que tenía este señor… Señor de Harrenhal, Señor Supremo del Tridente, Lord Protector del Nido de Águilas y del Valle de Arryn… y, próximamente, Guardián del Norte. O sea, el puto amo… ¿Significa eso que Brienne of Tarth tenía razón y que la cabeza de Sansa está en peligro o Cersei se acordó de su retoño y su amor por las picas y las extremidades clavadas? Sabemos que la única debilidad de Meñique es ese reflejo de su siempre amada Catelyn Stark… Aunque, de momento, no va a ser el principal problema de Sansa… ni tampoco de Meñique.

La llegada de Olenna Tyrell a Desembarco del Rey nos recuerda el olor a mierda que inunda la zona a kilómetros de distancia. Esa parada, en cierto modo, es meta-referencial. Tenían que parar para que Olenna tuviera una perfecta introducción. Su llegada para salvar la situación que viven los Tyrell la lleva a consolar a Margaery por el arresto de su hermano y a enfrentarse a Cersei Lannister en un encuentro que nos remite a otro déjà vu respecto a Tywin Lannister. Si no hay un león con pluma deberá existir una leona que la empuñe. Olenna se conoce los juegos y se lanza al ataque directo. De zorra a zorra. Cersei se muestra impasible y Olenna suelta las amenazas directas si intenta convertir en enemigo a sus actuales aliados. Recuerden, ellos tienen el dinero y el ejército. La intención de Cersei es exponer a Loras en un pequeña investigación, dejando claro que no se trata de un juicio. Después todo estará olvidado y la alianza continuará. El poder del Gorrión Supremo en la ciudad está por encima de reyes y reinas… como su fe. El testimonio de inocencia de Loras es respaldado por Margaery pero la jugada y vuelta de tuerca llega con el testimonio de Olyvar, el ex escudero y amante del nieto de Olenna. Su prueba es la condena tanto para Loras como para Margaery, que va a ser arrestada también y sometida a juicio por falso testimonio. Cersei revela en su impasibilidad a Olenna cuál era el fondo de todo el asunto desde el principio. Tommen queda petrificado, títere de esos hilos que es incapaz de sujetar. El propio Gorrión Supremo ha dejado que a ojos de la ley de los siete, ni los reyes ni reinas están exentos de una sagrada investigación judicial. Y Cersei es la Reina Madre… La Inquisición y ese guiño de George R. R. Martin ya están aquí y sabemos que es el principio de una sucesión de estratagemas que presumimos no va a acabar bien para ninguno de los dos bandos y casas enfrentadas. No podemos comparar el juicio de Tyrion Lannister con estas intrigas uterinas palaciegas pero tampoco hay que cegarse con el objeto sino con el fondo y contexto. Todo este argumental trata, en realidad, del crecimiento y ascensión de la Fe de los Siete como esa alegoría de La Santa Inquisición. Ellos son los que van a manejar los hilos de Poniente… salvo que Melisandre o unos dragones se los corten, claro.

“Unbowed, Unbent, Unbroken” va a ser el capítulo más controvertido de la temporada con diferencia. No solamente por toda la trama de Sansa y el desenlace episódico sino por la combinación de ese temido material que supone una adaptación y la opinión de los más perfeccionistas puristas. Es cierto que la trama de Dorne resulta indefendible, salvo que se afronte como una comedia de aventuras rodada en los 70 en España, pero el camino de Invernalia y la integración de Sansa Stark en la conspiración de Meñique —y pieza clave para ser la llave del Norte— nos lleva la evolución de un personaje que debe ser más desalmado que esos torturadores y psicópatas que se han ido cruzando en su camino. Y Tyrion aquí es un santo. ¿Quién es el asesor sentimental de Sansa para despellejarlo vivo? El camino amoroso de la protagonista ha pasado por convertirse en una pieza y peón a todos los niveles. Joffrey Baratheon, Tyrion Lannister y, ahora, el despreciable Ramsay Bolton. Sabíamos que Myranda iba a torturar la psique de Sansa y un lavado de pelo y baño produce el enfrentamiento. Sansa detecta los sentimientos de su rival y sobrelleva sus amenazas veladas para posicionarse. «Soy Sansa Stark de Invernalia. Esta es mi casa y no me puedes asustar». Asustada sí está aunque una cosa es lidiar con Myranda y otra distinta ser escoltada por el ‘asesino’ de tus dos hermanos pequeños (Theon) para casarte en tu hogar y territorio sagrado (el Bosque de los Dioses) con el hijo del tipo que asesinó a tu hermano mayor y tu madre. El problema es que sabemos que Ramsay es incluso peor que todo eso junto… Incluso de esa gran burla a los dioses, testigos de toda esa desconcertante situación. A lo largo del show hemos visto distintos matrimonios de conveniencia y precisamente Sansa ha sido una de las potenciales víctimas de todos ellos. Su virginidad va a llegar a su fin pero pudo haberlo hecho con Tyrion con anterioridad o acabar siendo violada en Desembarco del Rey. Ramsay es un villano y no se va a conformar con poseer el cuerpo de su ya esposa sino quiere que Theon se quede en la habitación y observe todo. El material original es más fuerte pero no es Sansa Stark, ¿se me entiende? Ramsay arrancará la ropa de Sansa para poner punto final a su lento ritmo y coreografía para desvestirse… empezando por los guantes. Sansa no va a poder evitar lo inevitable: dejar der ser una niña y convertirse en una mujer. Digamos que nos encontramos ante un resorte del pasado ‘kill the boy’: mata al chico que llevas dentro y deja nacer al hombre… aunque esta vez quién nace aquí es una mujer y de un modo oscuro y depravado. Todas las violaciones en “Juego de Tronos” han generado mucha polémica y controversia pero, en realidad, esa sórdida y aterradora secuencia final juega con los primeros planos de Theon y Sansa. Repetimos, el objeto no es relevante sino el contexto y su proyección, la evolución de los personajes. Sabemos que ese instante va a cambiar a ambos y los mecanismos se han activado para que traten de deshacerse de ese terror que ahora comparten llamado Ramsay Bolton. Continuará… si el comodín de una vela se lo permite.

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