jueves, 1 de enero de 2015

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Feliz 2015… menos a Canal Sur


Se ha convertido en una bastarda tradición de este maldito blog dar sentido tróspido al cierre (y comienzo) de cada año y la llegada de 2015 con una crónica de la Nochevieja televisiva. La llegada de 2011 vino acompañada de la coleta na'vi de Pilar Rubio. La bienvenida de 2012 trató de invocar a dioses primigenios en plena Puerta del Sol-Garrafone entre Jorge Javier Vázquez, La Pantoja y Paquirrín. 2013 reveló al mundo las mejores ‘Campanadas de Fin de Año’ jamás concebidas en televisión gracias a Telemadrid. Tan espectaculares que hicieron llorar a Spielberg y Michael Bay de orgullo y satisfacción entre sus llantos de alegría. 2014 fue lowcost total y choni de narices con brindis de botellines… Mejor no recordar esa vergüenza ajena. La crisis no perdonó. Pasamos página y nos centrarnos en la reciente llegada de 2015 con mucha polémica detrás y lanzar una crónica de lo sucedido en nuestros televisores para dar sentido a la entrada y salida de un día más que no fue como un día más. 2015 es el año de Marty McFly pero hasta su llegada es hora de repasar aquello que vivimos en las Campanadas más controvertidas del último lustro.

En teoría, este texto iba a ser la crónica de la lucha entre los trajes (e interiores) de Cristina Pedroche y la incombustible fan de John Cobra, Anne Igartiburu. Ambas iban a dar las campanadas. Era la teoría y fue la entrepierna de la práctica. Pedroche sabía que ni luciendo un polaco (pies, chichi, tetámenes y sobaco) iba a hacer sombra a la capa vampírica de Ramón García AKA Ramontxu AKA El tipo al que en 2005 España entera le gritó «¡Por el culo te la hinco!». Cristina no fue desnuda… pero casi. El vestido choni-negro de transparencias de la Pedroche cumplió su papel y alegró a más de uno la noche. Igartiburu contraatacó. Se colocó la peluca en plan furcia poligonera con un traje rojo-que-te-la-cojo para homenajear a ‘Número Seis’ de “Battlestar Galactica”. Nadie entendió que TVE conectara con las Islas Canarias y viéramos a su presentadora en manga larga y en la Puerta del Sol-Garrafone con ochenta grados bajo cero sobrevivieran estas señoras nudistas. Las redes sociales quedaron conmocionadas y el Instituto Nacional de Estadística dará en breve datos sobre los actos masturbatorios que provocaron las inhumanas cyborgs Igartiburu y Pedroche. Lamentablemente para sus pezones ‘las campanadas’ fueron a otro lado del escote. La publicidad de Pepsi, muy bonica.



Y es que la ¿reivindicación? por la ¿repatriación? de los presos estuvo presente a golpe de puntero mierder-laser marcando la silueta Euskal Herria. ESO dicen ellos… porque Hezpaña entera vio un glande verde con pelos o estaba dándole a la zambomba. Hubiera sido la polémica de la noche si no llegan a ser por las no-campanadas de Canal Sur. Hablaremos del primer acontecimiento tróspido de 2015 más adelante. Vayamos al juego de audiencias y cadenas. José Mota en La 1 quiso su especial “Un país de cuento” dar gracias a una parodia política gastronómica a rebufo argumental de “Seven” entre decenas de cameos, caricaturas y referencias televisivas y cinematográficas. De los siete pecados capitales de provincia mejor no hablar… Ains, entre el concejal o ‘sincejal’… Ains… ¡Vaya humor! ¡Vaya! Vaya-mos a la faja y chicha. Igartiburu se llevó el 42% del share mientras que Pedroche un mísero 5%, tan escaso como la opacidad de su traje. A ella no le importa. El semen de millones de hombres está ya en su conciencia. Telecinco superó el 18% de ese pastel utilizando #12uvasyuncroquetón con el reparto de segundones del “Chiringuito de Pepe para retransmitir las campanadas con un formato similar a años anteriores. Después, el carrusel de los horrores continúo gracias a Paz Padilla y Joaquín Prat en la gala re-re-re-re-titulada “La noche en Paz”, donde quisieron provocar una sucesión de suicidios asistidos gracias a Kiko Rivera, Los del Río y Gemeliers. David Civera fue el supositorio y capsula del tiempo en un homenaje a “Boyhood” versión Jordi Hurtado


La fiel audiencia de Atresmedia se fue a La Sexta a llevarse la mano a ocultar su erección entre uva y uva. Lo sabían. Antena 3 apenas superó a su cadena filial y tiró de Anna Simon y Carlos Sobera pero, seamos sinceros, nadie iba a tirar de allí. Todos los sabíamos e incluso dicen que fue una repetición de las campanadas del año pasado dobladas por Carmen de Mairena. Tampoco nadie vio las campanadas de Cuatro y no sabemos si tuvieron, de hecho, campanadas. E incluso pudiera sorprender las 52.000 personas que siguieron la retransmisión de ‘algo’ a medianoche en La 2. No obstante, #Cachitos2015 fue lo mejor y más salvable/reivindicable de una velada para el olvido si no fuera por la polémica generada por la retransmisión de Canal Sur


Para empezar, ¿de verdad que daban las campanadas en Canal Sur desde la Plaza de la Catedral de Almería? La polémica se generó con dos cortes publicitarios en plena emisión que provocó que los andaluces se quedaran con sus uvas congeladas en plan mimos en un flashmob. Nunca había pasado en la historia algo parecido en una retransmisión similar y la novedad colapsó tanto las redes sociales como diversos vídeos para retratar a esas familias que se quedaron en los cuartos. El anuncio del Mundial de Motociclismo de Jerez… ‘presioso’, oigan. Canal Sur ha quedado ‘consternada’ y la investigación desde Radio Televisión de Andalucía (RTVA) ha comenzado para dar caza al responsable o culpables. No lo entiendo, a mí me resultaron unas campanadas innovadoras repletas de sentimiento y un claro mensaje y manifiesto sobre la idiotización de la sociedad a través de la televisión. Siempre nos tienen que decir qué hacer y/o consumir mediante tradiciones absurdas y tendencias impuestas. Nosotros obedecemos y los andaluces tuvieron una elección para romper con esa exigencia de comer las uvas en el momento y orden indicados. ¡Qué envidia! ¡Quién fuera anoche andaluz y estuviera sintonizando Canal Sur para comerse las uvas, esperando cual borrego para cumplir su papel como cada año! Aprendamos de su ejemplo y pensemos en dar la bienvenida a 2016 tragándonos las doce uvas cómo y dónde nos salga de la trasparencia del coño. ¡Qué envidia! ¡Quién fuera anoche andaluz y estuviera sintonizando Canal Sur para comerse las uvas, esperando cual borrego para cumplir su papel como cada año! ¡Y encima, van y se quejan! ¡Qué vergüenza! Estos andaluces no saben la suerte que han tenido. He aquí los hechos:




P.D: Os recuerdo que Marty McFly llega el 21 de octubre y tenemos que haber inventado los monopatines voladores, estrenar “Tiburón 19” —como continuación de “Tiburón, la venganza”— y, sobre todo, adaptar nuestro vestuario kitsch a tal evento. Todos a trabajar desde YA... incluido los andaluces en stop-motion.

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