Después de “Orphans” (4x10), el mejor capítulo de “American Horror Story: Freak Show” hasta la fecha, llegó la Navidad y un parón para meditar sobre una temporada irregular que puede ser salvada de la decepción (general) gracias a su recta final. Conocemos los méritos pero también los errores, sus puntos débiles y los motivos principales de perdón y amnistía: Jessica Lange, la puesta en escena al completo y el recital interpretativo (freak o no). Intuimos que Brad Falchuk y Ryan Murphy van a propiciar una montaña rusa de giros y violencia para que el clímax y los guiños finales nos hagan olvidar cualquier mal sabor de boca previo. El espectáculo tiene que continuar… y finalizar y aquí aparece Neil Patrick Harris para dar sentido a esa locura a la que asistiremos tanto en “Show Stoppers” (4x12) y “Curtain Call” (4x13). ¿Estamos preparados para repasar la magia (oscura) de “Magical Thinking”, undécimo capítulo de “American Horror Story: Freak Show”?
¿Qué pasó con Jimmy Darling? Sabíamos que el pérfido Stanley iba a conseguir su objetivo y ‘quedarse’ con esas manos de langosta que tanto perseguía y que provocaron el desmayo de Maggie Esmerelda en el ‘American Morbidity Museum’ durante el episodio anterior. Stanley es un perfecto mentiroso y manipulador, un sociópata al servicio de esta temporada que está jugando con ese concepto. En “American Horror Story: Asylum” se planteó esa cita como eje: «Sólo recuerda, si te fijas en la cara del mal, el mal te mirará a ti». ¿Quién era, en realidad, el mal… el mayor mal en esos personajes que encarnaban el propio mal? Mientras que en “American Horror Story: Coven” la pregunta y motor de suspense fue «¿Quién es la nueva Suprema?», en “American Horror Story: Freak Show” tenemos «¿Quién es el mayor psicópata?». Obviamente disponemos de esa línea de lectura sobre la sociedad como el mayor asesino sobre la diferencia que se hace llamar civilizado cuando aplica la misma justicia propia que los freaks. Por otro lado, hemos vivido un carrusel de los horrores psicópatas en esta temporada desde Twisty the Clown dando el relevo en una especie de selección natural donde Dandy Mott se ha convertido en el príncipe de las tinieblas. Las siamesas Tattler son la princesa y Jimmy Darling el gran héroe de este cuento freak… aunque ese protector del bien vaya a tocar fondo en “Magical Thinking”. Stanley utilizará a Meep para revelar a Jimmy los peligros de no pagar un buen abogado y seduce al joven con las manos de langosta para que beba un líquido y él se encargue del resto. Prometió que su mano izquierda sería suficiente. Obviamente sabemos que le engañó… aunque el mérito de todas esas imágenes, que componen la introducción, es sorprendernos e impactarnos a través de algo que conocíamos y no podemos evitar. Esos ensangrentados muñones, su encadenamiento a la cama del hospital y una enfermera vengativa (‘no painkillers’) con sonrisa profident son suficientes motivos para temer por la vida de nuestro héroe.
El show debe continuar y traernos a Neil Patrick Harris como Chester. Se trata del nuevo mago de la función pero, antes, nos vamos al ‘Freak Show’ para ponernos al día de la ‘Operación desfloramiento de las siamesas’. Bette y Dot Tattler han decidido que sus diarios son parte del pasado y que todo lo que han vivido juntas ha provocado que tengan que evolucionar y no guardarse algún secreto la una a la otra. Su prioridad es el sexo y encontrar el orgasmo ‘de dos cabezas’. Nada de besos franceses aunque sí foráneos… gracias a ese desconocido que llega al ‘Freak Show’ como vendedor ambulante, mago, ventrículo… y desvirgador. «Somos un Freak Show, no un espectáculo de magia» indica Elsa a Chester. Aparentemente Chester no es un freak pero los detalles acerca de su pasado y, sobre todo, punto de vista —y cómo ve a las siamesas— nos lleva a esa frase anunciada por Dandy en el avance: «What a psycho!». Chester estuvo en la Batalla de Normandía y en esa playa fue herido gravemente. Una placa le fue colocada en la cabeza y los efectos secundarios no fueron mágicos sino bastante siniestros y psicóticos. Tiene una muñeca llamada Marjorie y es un estupendo ventrículo. El problema es que dentro de su esquizofrenia (¿o psicosis?) piensa que Marjorie no sólo tiene vida sino que nos trae de vuelta a Jamie Brewer para su cameo. Por favor, Jamie… vocaliza. V-O-C-A-L-I-Z-A o que te doble el propio Neil Patrick Harris. No sabemos si es un homenaje a Norman Bates con un guiño a Annabelle (y los muñecos monchitos habituales en las creaciones de James Wan con alguna reminiscencia a “Pinocho”) pero la cuestión es que el destino de Chester está ligado al de las siamesas (y su desfloramiento) bajo la batuta y vigilancia de Dandy. En sus flashbacks comprobaremos ciertas imágenes un tanto macabras e incómodas con Marjorie mientras Chester, en plan voyeur, veía cómo su mujer Alice mantenía relaciones sexuales con otra mujer. Marjorie finalmente asesinó tanto a su esposa como a su amante cuando trataron de deshacerse de ‘ella’ y ese martillo junto a los efectos de sonido (y Jamie Brewer incapaz de vocalizar) van a provocarnos pesadillas eternas. ¿Están en peligro las siamesas? ¿Qué pensará de todo esto Dandy informado de todo por su contacto policial y asesino a sueldo (millonario)?
Dell Toledo es uno de los personajes claves del episodio y va a hallar la completa redención ante su hijo. No solamente va darle de comer por primera vez sino que sufrirá, cual hemorroide, al ver que su niño ha sido engañado por el mismo hombre que le chantajeó y que provocó que tuviera que matar a Ma Petite… ganándose el odio de la audiencia por asesinar a uno de sus personajes favoritos de “American Horror Story: Freak Show”. Si Dell hubiera sido un hombre Stanley sería pasto de los gusanos. Puede que tengamos aquí un guiño para la próxima temporada o, tal vez, deberíamos comenzar a pensar en garfio similar al utilizado por el genial Buster Bluth “Arrested Development”. ¿I am a monster? La cuestión es que Dell junto con Amazon Eve van a salvar al joven en su regreso a prisión de la manera más burra y violenta posible… que para eso son seres forzudos con dos neuronas en la cabeza. Ríanse ‘forever and ever’ de “Prision Break”. Una piedra y matar a todo el mundo. Medio minuto. Fin de la historia. Lo mejor de todo es que la policía busca desesperadamente a un fugitivo sin manos… ¿Es que no tiene al final la temporada un punto de vista de comedia absurda negra? Elsa venderá a Chester el ‘Freak Show’ y se dará cuenta de que su Marjorie despareció de su caja provocando un ataque de histeria que dejará en evidencia su locura ante la germana. No importa… porque realmente nos interesa que Dandy haya preparado todo para hacer una reverencia a su amigo ‘psycho’ y preparar una gran sorpresa y reencuentro en la gran carpa. ¿Hará el trabajo sucio y cortará Chester por la mitad con su serrucho mágico a las siamesas para hacer realidad esos flashforwards? Elsa también se reencontrará con su ‘muñequita’ y amada Ma Petite —en versión formol— para que Maggie Esmerelda trate de vengar la ‘castración’ de su novio a manos de su socio. Sí, es un poco liosa la histroria… Tanto, como imaginar a Desiree Dupree y Maggie robando y escapando del ‘American Morbidity Museum’ con el bidón. Dell confesará ante Desiree (y su revólver) pero será la propia Elsa aquella que ponga el pistoletazo de salida a la recta final (y sesos) de “American Horror Story: Freak Show”. No sé qué explicaciones va a dar Elsa a Jimmy al haber matado a sus padres. A los dos. ¡Y de qué manera! ¡Ni que fuera Mamba Negra! Ay, Jimmy… Ay. Quién le pone el muñón encima para que no levante cabeza…
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