The Big Bang Theory (8x12) The Space Probe Disintegration: ¡Hijo de fruta!

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Confirmado: la vuelta navideña sigue sin haber sentado bien a la serie que monopoliza Sheldon Cooper aunque “The Space Probe Disintegration” no ha sido el mayor de los horrores posibles. Muchos pudieran salvarlo del escupitajo asesino junto a “The Prom Equivalency” (8x08) ya que nos encontramos ante uno de esos pocos pasos en el arco argumental de la propia serie ante tanta baba y arrastre de caracol. No tenemos graciosas instantáneas ni declaración de amor pero sí una ruptura (para bien) en la relación de Sheldon y Leonard para que éste puede empezar a vivir con Penny. 12 capítulos para esto… sí… y nos quedan dos temporadas y media para pelar la pava. A millón de dólares por cabeza y no la suya. Los chicos tendrán que dejar sus planes para jugar al Risk de ‘El Señor de los Anillos’ y comenzar a ‘ceder’ tanto con sus parejas como entre ellos mismos. Salvo descubrir que Sheldon tiene una excelente visión periférica y que «Son of a biscuit» ha sido traducido como «Hijo de fruta», la espera en una tienda sin Wi-Fi del Dr. Cooper y Leonard —mientras Penny y Amy se prueba trapitos— nos llevará a un ataque de sinceridad a cuatro bandas. Sheldon se compromete a su modo y Leonard acaba por estallar ante su incapacidad de sobrellevar su futura boda y consecuente mudanza… a la puerta de enfrente. Sheldon cederá, de momento, una noche a la semana aunque siga siendo ese evil-baby que acompañe a la pareja eternamente. Amy, al final, se sale con la suya y la visita del grupo para entretejer canastas en el museo de manualidades es un éxito… En resumen: risas 0,01%, avance de la historia 1,00%. 

Por parte de Howard y Raj tendremos un acercamiento a la religión para que la serie vuelva a tener alguna secuencia ¿exterior? gracias a las señales de vida de la sonda espacial New Horizons. Raj formó parte del grupo hace nueve años de esa nave espacial que recogería datos sobre Plutón y, ahora, se verá enfrentando a sus propias creencias al desafiar a un anciano en la puerta de un templo hindú al que acudía a rezar por el éxito de su misión. BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOORING! Entendemos perfectamente a Amy: nuestras caderas no se abren más de 22 grados gracias a los chistes actuales de este drama televisivo. No obstante, recuerden que desde este bastardo blog solamente hacemos reviews positivas y objetivas de ‘Big Bang’, hablando de lo bueno y brillante que encontremos en cada episodio. ¿Algo más divertido en el capítulo? Mmmmmmmmmmm

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NO, nada más.

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