El regreso de “Gotham” en 2015 ha confirmado su buena sintonía y conexión con la audiencia y que estamos ante la mejor comedia involuntaria que se emite en la actualidad por televisión. “Rogues' Gallery”, undécimo capítulo de su primera temporada, nos trae a la presentación oficial de Morena Baccarin como la Dra. Leslie Thompkins y algunos cameos conocidos. No esperen encontrar grandes revelaciones porque únicamente fue la competencia —“Agents of S.H.I.E.L.D.”, “The Flash”, “Constantine” y, sobre todo, “Arrow”— la que decidió acabar sus respectivos mid-season finales con grandes cliffhangers. James Gordon tendrá que dar de comer a los cuervos de Asilo Arkham como penitencia y exilio a su carrera policial tras una ración de esos absurdos FAILs que tampoco merece la pena repasar. La cuestión vuelve a ser la misma: cameos de personajes célebres del universo DC bastante random y sin demasiado peso en la historia con una previsible guerra de fondo entre Oswald Cobblepot y Fish Mooney en su escalada hacia el poder. Como el show quiere ser muchas cosas —un procedimental de tono noir, un pilar de la Comic-Con, una precuela de Batman sobre su adolescencia alrededor del asesinato de sus padres y una conspiración en ciernes…— no acaba de enfocarse correctamente y se pierde en sus peores personajes como ese perchero bisexual drogadicto llamado Barbara Kean y una interpretación de Ben McKenzie que provoca vergüenza ajena. “Gotham” tiene la gran suerte de que cuenta con el respaldo de la audiencia desde el principio y da la impresión de que le ha perdonado sus infinitos defectos e incluso los aplauden. Hay personas, inclusive, que creen que esto es algo serio. En fin. Otros shows no han tenido el mismo destino. Repasamos “Rogues' Gallery”.
“Gotham” es bastante floja cuando se dan una de estas dos condiciones:
—El Pingüino y Fish Mooney pierden peso en las tramas.
—El asesinato de los padres de Bruce Wayne se desvanece en la narración principal.
En “Rogues' Gallery” se dan ambas circunstancias y nos encontramos ante un episodio bastante flojo en el que únicamente destacamos los momentos ‘mariposas’ de James Gordon y Leslie Thompkins dentro de ese reboot interno del show gracias al Arkham Asylum. El Pingüino, por otro lado, va a sufrir un revés en su ascenso para quitar el trono a Sal Maroni. ¿Es que no dejó claro Espeonza Aguirre que no hay que subir los impuestos?
Es obvio que su conspiración junto con Carmine Falcone se infunda en quitar del medio a sus competidores y hacerse con el control de Gotham City. Butch Gilzean también toma algo de protagonismo en ese juego de poder de Fish Mooney para controlar la ciudad. La lealtad de Butch será puesta a prueba y tendrá que lidiar con Saviano, un viejo conocido. Saviano no quiere a Fish pero sí a Butch y Butch quiere a Fish y, finalmente, no a Saviano. BANG!
La trama de Arkham es bastante floja y, como siempre, un generador de MEMEs infinito. En su interior tenemos a un sociópata que se dedica a controlar a otros sujetos con la técnica del electrshock. Se ve que allí no tiene para pagar la factura de la luz y que Gordon está condenado a encontrarse con gilipollas al mando dondequiera que vaya. Gerry Lang (Isiah Whitlock Jr.), el alcaide, es el estereotipo de idiota gruñón odioso a la dirección. Ains, Gordon… Ains. Gilipollas, gilipollas everywhere. Puede que el problema, en realidad, sea de Gordon y que ésta sea un fruto gafe de mielda. Puede. Ni la ‘Tempestad’ de Shakespeare, ni tormentas eléctricas, ni la utilización del electroshock en mentes debilitadas para controlar su violencia. La tensión sexual con la doctora Thompkins da cierta vergüenza ajena cuando por allí aparece su ex, Bullock, y se pone cachondo perdido. En el otro lado de la moneda tenemos a Barbara Kean tratando de llamar al novio que abandonó de la manera más idiota posible —después de un rebozado de almeja— y siendo trolleada por Ivy Pepper, okupa de la casa de Gordon e invitada por Selina Kyle. ¿BFF al canto o pela de gatas por el control de los calzoncillos de Bruce Wayne?
El problema de todo aquello que sucede en Arkham es que argumentalmente hablando es un desastre. La solución narrativa al misterio es que todos los sospechosos sean culpables bajo el poder de ese genio de la electricidad llamado Jack Gruber (Christopher Heyerdahl). Después de correr por pasillos, muertes absurdas y situaciones patéticas, pasa lo que pasa. Más mariposas, es la guerra. Gruber le deja también una cartita de HAMOR a Gordon antes de escapar con su nuevo mono de feria (¿y amante?). En fin, vergüenza ajena… como ese motín de presos y fanáticos detenidos por la caricatura y el absurdo. ¿No es el propio resumen y síntesis, en realidad, de “Gotham”?
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