El aterrizaje de la tercera temporada de “The Americans” ha ratificado sus excelentes críticas y detonado de nuevo ese gran pensamiento cada vez más generalizado. Aunque 2014 fue el año de “Fargo” y “True Detective”, la serie que protagonizan Keri Russell y Matthew Rhys fue aquella que se ganó su incursión en prácticamente todos los top 10 del año en los medios norteamericanos (y de la comunidad seriéfila). Por el contrario, se trata de una de las ficciones más ninguneadas en los Emmys y Globos de Oro y con otro más grave problema añadido: son pocos aquellos que la siguen. Su audiencia ya no es la misma que en su exitoso estreno y la bajada fue notable en 2014. FX, no obstante, decidió renovar la serie creada por Joseph Weisberg y “EST Men” (3x01) ha dado el pistoletazo de salida a esa confirmada calidad de unos de los shows más notables que se emiten en la televisión en la actualidad. Retomamos las misiones del matrimonio de espías soviéticos en suelo americano a principios de los 80 y nos son reveladas las cardinales principales de las tramas en el resumen previo. Elizabeth y Phillip Jennings son parte del ‘Directorio S’, siendo agentes que utilizan su familia y el propio american-way-of-life como máscara perfecta para operar en sus conspiraciones y misiones que suelen dejar detrás algunos cadáveres. El FBI está tras sus pasos y el agente que más se acerca a ellos es precisamente su nuevo vecino y el amigo de la familia. Stan tuvo que decidir entre elegir a su patria y el amor de Nina, una doble agente finalmente acusada de traición y repatriada a la URSS. La Central ahora quiere que Elizabeth y Phillip hagan su último sacrificio utilizando a su hija de 14 años como parte de un programa para entrenar agentes a los que llaman ilegales de segunda generación. Y aquí emerge el gran y tremendo dilema y espejo a todos los actos, mentiras y asesinatos que ha cometido el matrimonio. ¿La revelación destruirá a Paige o a la propia pareja? Así es “The Americans”, un amasijo de grises morales y antihéroes que puede espantar a todo espectador que espere una serie de tópicos y arquetipos. Es hora de conocer qué nos ha ofrecido el regreso de uno de los shows más sólidos que veremos en 2015.
“EST Men” nos presenta, a través de una sobresaliente dirección y puesta en escena, las motivaciones de esa pareja de espías al servicio del KGB para aceptar o no que su hija adolescente forme parte de esa segunda generación de ilegales. “The Americans” funciona siempre por espejos distorsionados y en la anterior temporada la presentación de un matrimonio amigo —que formaba parte del ‘Directorio S’— nos enseñó la otra cara de la moneda en el hijo de éstos. Fred asesinó a sus padres (y hermana) al comenzar a trabajar y para La Central sin el beneplácito y comprensión de sus progenitores. Toda esa tragedia y culminación redentora llegaba para ‘solucionar’ el arco argumental alrededor de la operación secreta ‘Águila Marcial’ y el chantajeado Andrew Larrick. En “The Americans” los ‘villanos’ son vengativos homosexuales sociópatas en nómina (y condecoración) del ejército de los EEUU, por ejemplo. “EST Men” no da señales todavía de los antagonistas a los ya propios antagonistas. Sabemos que todo ese humo emocional y familiar de los Jennings les ha hecho aprender del error de ese reflejo de los Connors y serán ellos aquellos que decidan sobre el futuro de su hija. Evidentemente va a suponer una nueva crisis entre Elizabeth y Phillip en sus posicionamientos divisados ya desde el comienzo de la serie. Mientras que el personaje que interpreta Keri Russell piensa en un futuro en la URSS y no le va a importar ‘lanzar’ a su hija a la piscina, Phillip quiere que sus retoños tengan una vida distinta en esa propia irrealidad que ellos mismos han utilizado como cobertura a sus crímenes y acciones. El debate está servido.
El trasfondo y contexto para la tercera temporada de “The Americans” es la Guerra de Afganistán (1978-1992) donde la ejecutiva del gobierno de EEUU quería convertir la intervención soviética (o invasión, según se mire) en el Vietnam ruso. Pudiéramos conectar en este punto muchas de las imágenes que nos ofrece “EST Men” con eso otro conflicto en Afganistán de los propios norteamericanos y esas ejecuciones de los talibanes que han pasado de la cinta de vídeo al streaming. Nada ha cambiado en esa moneda de dos caras. En “La guerra de Charlie Wilson” el Congreso de los Estados Unidos le negó al protagonista un millón de dólares para construir escuelas en el desolado Afganistán. El fanatismo religioso fue la educación recibida por esa generación y el contraste de la serie de Joseph Weisberg se somete al paralelismo. Los rusos ahora son los americanos o lo que es lo mismo: no se puede controlar a un perro rabioso conducido por el fanatismo religioso. Precisamente el tablero de ajedrez dispuesto en la Guerra Fría se basaba en un juego de traiciones, chantajes, engaños y manipulaciones. De este modo abrimos con Elizabeth, caracterizada para la ocasión, consiguiendo una lista de agentes que participan en las operaciones en Afganistán a través de una agente de la CIA descontenta y molesta. Sí, la venganza es otro material perfecto para las misiones de los espías. Por el contrario, esa agente de la CIA llamada Charlotte se ve reflejada literalmente en ese espejo distorsionado al que somete “The Americans” a sus personajes. Se arrepiente y delata a Elizabeth. Su sexto sentido (perfecto recurso en la dirección) hace que nuestra protagonista se vaya del bar viendo cómo llega el FBI al lugar. ¿Podrá escapar? Es curioso que sea el propio Agente Gaad aquel que detenga a Elizabeth y ésta reduzca tanto a él como a su compañero no sin unos algunos problemas. La nariz destrozada de Gaad va a ser el recordatorio ante Stan de que se equivocó: los ‘ilegales’ de la primera temporada siguen en suelo estadounidense… ¡y son sus vecinos! No sabemos si Stan sospecha algo o está más preocupado de hacer frente a la separación de su esposa. Las sesiones de grupo motivacionales (EST) dan título al capítulo aunque ese amor perdido sigue haciendo mella en su alma. La noticia de que Nina fue condenada por espionaje y traición también dejará conmocionado a Oleg, que no pudo hacer nada para salvarla. Interesa que Arkady suelte alguna frase maliciosa sobre el eufemismo «No se le daba bien el papeleo». Da la impresión de que ese idealista, que quiere que su país abandone Afganistán, no contempla la posibilidad de que, en realidad, Nina estuviera enamorada de Stan y no de él. De momento, tiene al agente del FBI en la mirilla… y también tendrá que lidiar con ese nuevo agente llamada Tatiana (Vera Cherny) que presumiblemente dará sentido a las tramas de oficina de la Rezidentura.
“EST Men” desea incluir ciertos elementos que irán desarrollando a lo largo de la temporada. Nos olvidamos de Margo Martindale y nos presentan a Frank Langella como nueva estrella invitada a cargo de supervisar a la pareja. Se llama Gabriel y ya les conoce. Seguramente fuera su supervisor antes de la aparición de Claudia. Evidentemente La Central quiere saber sobre la evolución de Paige y Philip se ve sorprendido al ver que su mujer ha ido trabajando en el futuro de su hija, evaluándola, sin que éste hubiera sido consciente de nada. Paige está ideológicamente lista gracias a su vocación ‘religiosa’ y pacifista… aunque la veamos cambiar de canal ante el anuncio de la muerte del presidente soviético Brezhnev. Aparte de ver cómo Stan da lecciones de tiro (pero no de kamasutra) a Martha Hanson y que Elizabeth está entrenando a un joven británico, hay dos grandes focos de suspense esta temporada sin contar con todo aquello que pueda deparar la Guerra de Afganistán. La visita a EEUU de una mujer del ‘Institute for US and Canadian Studie’ va a poner toda la atención del FBI ante un previsible movimiento del KGB para enviar un mensaje con su viaje. Por otro lado, Phillip utilizó a Analise para acercarse (y ser la amante) de Yusef, que trabaja para el ISI. La intención de Phillip es manipular a Yusef ya que el ISI canaliza cualquier intervención de la CIA en el conflicto afgano. Analise está enamorada de Yusef y su revelación le cuesta su propia vida. El agente del ISI estrangula ante la traición sin importar las palabras de la propia Analise… La secuencia de amor se vuelve en tragedia… Phillip, que escuchaba en la habitación contigua un tanto torpemente por necesidades del guión, llega tarde aunque con el billete dorado (y desnudo) ante sus ojos. Yusef puede ser chantajeado para hacer que ese ‘crimen’ desaparezca por arte de magia. Con esos elementos “The Americans” regresa con todo su potencial sin olvidar todo el drama y back-story de esos espías. La madre de Elizabeth se está muriendo y no sabemos cómo la afectará en esa relación primordial con su propia hija. Aunque sea tremenda e injustamente infravalorada, de momento, siempre nos quedará un pedazo de brownie, de un pedazo de serie. Es momento de ir desmigajando este estupendo y sabroso pastel y saborearlo placenteramente.
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