Manhattan Love Story: Comedia romántica hecha serie, TOMA 1.598.456

Serie de TV

“Manhattan Love Story”

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

“Manhattan Love Story” es una nueva comedia romántica que empieza a emitirse los martes de este otoño y se basa en esta premisa simple: la única manera de mantener relaciones —con amantes, cónyuges, familiares, compañeros de trabajo o amigos— es mantener la mayor parte de nuestros pensamientos para nosotros mismos. En el corazón de la historia se encuentran Dana (Analeigh Tipton) y Peter (Jake McDorman), una pareja que navega en el complicado terreno de las relaciones de hoy en día. El público escuchará los pensamientos de Dana y Peter, destacando las diferencias de hombres y mujeres como esta pareja atravesando los puntos altos y bajos de las citas.

Crítica Bastarda:

Hay que tener C-O-J-O-N-E-S para hacer una serie romántica en Manhattan después de “Sucedió en Manhattan”, bodrio infernal con Jennifer Lopez y Voldemort. Hay que tener capacidad T-E-S-T-I-C-U-L-A-R para hacer una serie romántica en Manhattan teniendo en antena una ficción sobre el Proyecto Manhattan. Hay que tener O-V-A-R-I-O-S para sacar a Woody Allen de su sarcófago y dejar el olor a refrito apolillado a cien kilómetros a la redonda. Pese a todo lo anterior, “Manhattan Love Story” arriesga sus genitales con fragancia de amapolas y polución neoyorkina y se suma a esa ya confirmada moda de llevar la comedia romántica al formato televisivo fragmentada por capítulos. Si 90 previsibles minutos se van a convertir en series de ocho temporadas, compuestas de 23 capítulos cada una, que me lo digan ya para encerrarme en una filmoteca viendo una y otra vez el blanco y negro de la pequeña joya de Allen del 79 y no salir hasta que se hayan muerto todos de un derrame cerebral.

Desconozco si los ejecutivos de las principales cadenas norteamericanas vieron la estupenda “Dates” el año pasado y decidieron reformular la comedia norteamericana en televisión a rebufo de las buenas críticas recibidas por la serie británica. Puede que el cierre de “Cómo conocí a vuestra madre” haya provocado que los canales de televisión quieran imponer tendencias esta temporada con “Selfie”, “A to Z” y la ya mencionada “Manhattan Love Story”. El formato va quedar estirado para que la evolución de esas parejas vaya desmigajándose episodio a episodio, pese a que ya nos conozcamos esas historias cosmopolitas de amor y romance a las primeras de cambio. Evidentemente sabemos que Dana y Peter son el uno para el otro tras los inaugurales veinte minutos, aunque ellos no se darán definitivamente cuenta hasta después de 4.599.861 episodios… si la audiencia se lo consiente, claro.

“Manhattan Love Story” confirma también esa tendencia (¿hipster?) de que los amigos de los protagonistas de las sitcoms tienen que llevar barba y sumarse al patrón de entrelazar familia, amigos y citas para disponer de suficiente material de las desventuras románticas de sus protagonistas. Se juega con la voz en off y el salto de punto de vista y narrador, se busca el contraste entre lo torpe y lo gracioso, lo directo sobre el indivisible pensamiento y el cinismo sobre lo adorable a modo de poco estimulante estrujamiento. Me interesa más el estudio de mercado que ha hecho la serie, con esa lista de Nueva York que tiene la protagonista, que la propia sitcom en sí misma. El tour romántico sobre el telón de fondo está servido pero la historia sobre la chica nueva en la ciudad, nula y torpe para tecnología, y el «tipo de chico que hace de todo una broma así que cuando alguien se ofende es su culpa» tiene sus entornos laborales bien definidos, para seguir la crónica de un cuento romántico con monólogos interiores en busca del fervor uterino. “Manhattan Love Story”, en definitiva, quiere ser ese bolso de diseño que toda mujer adopte y meta en su casa… y que tenga C-O-J-O-N-E-S, capacidad T-E-S-T-I-C-U-L-A-R y suficientes O-V-A-R-I-O-S para no mirar en ese interior tan vacío como pestilente debido a ese olor rancio a antipolillas perfumado. Usted decide, es su bolso... que yo me quedo con mi bolsa escrotal a buen recaudo, gracias.

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