Malos tiempos para “Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D.” la noche de los martes. El ‘dato’ para muchos pudiera ser su empate con “The Flash” y su caída libre ante uno de los más pobres lead-in ofrecidos por ABC. Si “Selfie” y “Manhattan Love Story” son carne de cancelación, tratar de lidiar con dos de los programas más vistos en EEUU (“The Voice”, “NCIS”) se ha convertido en un imposible junto a la espantada de audiencia generada por ese irregular para unos —insultante para otros— inicio de su primera entrega. “I Will Face My Enemy”, cuarto capítulo de la segunda temporada de “Agentes de SHIELD”, confirma el buen estado de forma de la propuesta creada por Joss Whedon. Otra cuestión son esos horribles datos que pueden hundirla por estar rodeada de los peores estrenos de su cadena y seguramente los ejecutivos busquen algún tipo de revulsivo en forma de cameo mientras siguen apareciendo noticias de la adaptación de ‘Civil War’ para el futuro cinematográfico de Marvel. Clark Gregg y Ming-Na Wen conducen otro notable capítulo en una temporada con escasas y cuasi-invisibles fisuras y que va a potenciar las posibilidades de ese enfrentamiento entre HYDRA y S.H.I.E.L.D. con el ejército de EEUU y Raina (y el padre de Skye) como pivotes y fuerzas desequilibrantes. Es hora de repasar “I Will Face My Enemy”.
Hay demasiados estímulos en el episodio que confirman la resurrección de “Agents of S.H.I.E.L.D.” y sus esfuerzos en pulir y reestructurar sus errores del pasado. Todavía, no obstante, no estamos ante una serie perfecta y quedan elementos que perfilar. Prueba de la mejora pudiera ser, por ejemplo, el primer acto en el que la sofisticación de una trama de espías encubiertos en una peligrosa misión provoca una inteligente escenificación en la que no falta un espectacular baile entre Clark Gregg y Ming-Na Wen. La idea es mostrarnos a una Melinda May que rompa su personaje y buscar un enfrentamiento con un doble para revelarnos que las coreografías en las escenas de lucha han sido potenciadas, mejoradas y estilizadas sobresalientemente. Otro fallo y error corregido. Por si fuera poco, la serie nos va a revelar cómo funciona la máscara que utiliza Natasha Romanoff (La Viuda negra) en “Capitán América: El soldado de invierno” y que nos remite a la reciente saga cinematográfica de “Misión imposible”. Si bien How It Should Have Ended (HISHE) sacó los colores por el giro de guión y recurso que pudieran haber cambiado el ‘final’ y último acto de la película dirigida por Anthony Russo y Joe Russo, el capítulo de “Agentes de SHIELD” va a revelar cómo funciona y contradecir así tal posibilidad.
“I Will Face My Enemy” nos va a presentar una pintura de 500 años de antigüedad como único elemento resistente a un devastador incidencia en una iglesia en Miami. Detrás de la pintura tenemos los símbolos que ya hemos visto tanto en El Obelisco como en esas ‘fórmulas’ alienígenas que dibuja compulsivamente Coulson en esos ataques que ‘graba’ May. Una fiesta benéfica celebrada en la mansión de Gabriel Soto en Florida —donde se halla la pintura— va a suponer la operación de SHIELD con el propio Coulson y May como agentes de campo. El juego de roles nos va a deparar un carrusel de máscaras con Talbot haciendo acto de presencia y cómo se engañan ya a los escáneres de retinas sin necesidad de arrancar los ojos de víctimas que ya pueden respirar tranquilas. Acechados por la seguridad de la fiesta al quedar al descubierto su tapadera, descubrirán que Talbot y el gobierno se hicieron con la pintura y… ¡sorpresa! ¡Talbot trabaja para Hydra y Whitehall!
Talbot necesita a Coulson para descifrar el grabado posterior en la pintura y Coulson requiere de la ayuda de Talbot para acceder a la misma. El acuerdo parece claro pero May explora la habitación del hotel donde se aloja el general revelando la conspiración: la agente Q (33), ex de SHIELD y sometida al método para ‘lavar el cerebro’ de objetivos de alto valor, y Bakshi (con su bio-máscara de Talbot) son los responsables del cambio de rumbo de la operación de Hydra. El enfrentamiento es evidente pero May se verá sorprendida y caerá inconsciente. Con una gota de sangre y una grabación de voz, la bio-máscara provocará que Q (33) sea May, saboteando la nave de los chicos con un virus y llevando a Coulson a la boca del lobo. Evidentemente una mujer de pocas palabras hace dudar al actual director de SHIELD y su odio al café delata el engaño. Puñetazo a la cara por mentirosa y traidora. Por otro lado, Fitz sigue luchando contra sus daños cerebrales y esa imaginaria Jemma Simmons que, en realidad, da la impresión de ser un mecanismo de su mente para guiarle hacia lo correcto y cura. Será precisamente Fitz aquel que salve al grupo mientras que May se liberará en la habitación de Bakshi para iniciar una pelea de dobles. Coulson reducirá a Bakshi y se hará con la pintura mientras que May nos revela sus dotes (y lencería) en esa lucha de espejos ‘plateados’ y doppelgangers.
Hydra llega demasiado tarde para que tanto Coulson como May escapen e informarán a Talbot de la pintura (engañándole respecto a su destino) como de los planes de la pérfida y diabólica organización haciéndose pasar por él. ¡No a los dobles, sí al Clone's Club! “I Will Face My Enemy” es un capítulo estimulante en todas sus facetas de acción, suspense, humor pero nos revela que Coulson confía plenamente para que May le sustituya si pierde el norte como John Garrett y quiere que ésta le mate si acaba sumido en el caos. May acepta a regañadientes mientras que Whitehall nos revela uno de sus gadgets made in Hydra para ‘convencer’ a Raina que le entregue El Obelisco en menos de 48 horas. El escenario de encuentro entre todos los grupos enfrentados es inevitable y “Agentes de SHIELD” ha alcanzado el equilibrio que se le reclamaba. Consecuentemente, siempre existen daños colaterales. Por ejemplo, el aumento de protagonismo de Lance Hunter y filtro a Grant Ward seguramente provoque un futuro cambio de mecánica con Skye en medio. Antoine Triplett ha perdido demasiado protagonismo y no sabemos si entender el fichaje de Alphonso ‘Mac’ Mackenzie y sus escenas junto a Fitz como parte de una muerte impactante anunciada. ¿Triplett aporta algo ahora mismo dentro de los mecanismos de la serie? ¿Sacarán algo de la manga? Aparte de descubrir que Lola sigue en reparación nos queda saber más de las agujetas por tanto reír (falsamente) de May y algo de esa nostalgia que empapa su pasado con Coulson. En el próximo capítulo, “A Hen in the Wolfhouse” (2x05), llega Bobbi Morse (¿Mockingbird?) y apostamos a que esas conversaciones sobre ex novias de Lance bien pudieran estar relacionadas. Mientras tanto, recemos Santa Maria De Las Flores para que no se nos queme esta serie y suba la audiencia…
Hay demasiados estímulos en el episodio que confirman la resurrección de “Agents of S.H.I.E.L.D.” y sus esfuerzos en pulir y reestructurar sus errores del pasado. Todavía, no obstante, no estamos ante una serie perfecta y quedan elementos que perfilar. Prueba de la mejora pudiera ser, por ejemplo, el primer acto en el que la sofisticación de una trama de espías encubiertos en una peligrosa misión provoca una inteligente escenificación en la que no falta un espectacular baile entre Clark Gregg y Ming-Na Wen. La idea es mostrarnos a una Melinda May que rompa su personaje y buscar un enfrentamiento con un doble para revelarnos que las coreografías en las escenas de lucha han sido potenciadas, mejoradas y estilizadas sobresalientemente. Otro fallo y error corregido. Por si fuera poco, la serie nos va a revelar cómo funciona la máscara que utiliza Natasha Romanoff (La Viuda negra) en “Capitán América: El soldado de invierno” y que nos remite a la reciente saga cinematográfica de “Misión imposible”. Si bien How It Should Have Ended (HISHE) sacó los colores por el giro de guión y recurso que pudieran haber cambiado el ‘final’ y último acto de la película dirigida por Anthony Russo y Joe Russo, el capítulo de “Agentes de SHIELD” va a revelar cómo funciona y contradecir así tal posibilidad.
“I Will Face My Enemy” nos va a presentar una pintura de 500 años de antigüedad como único elemento resistente a un devastador incidencia en una iglesia en Miami. Detrás de la pintura tenemos los símbolos que ya hemos visto tanto en El Obelisco como en esas ‘fórmulas’ alienígenas que dibuja compulsivamente Coulson en esos ataques que ‘graba’ May. Una fiesta benéfica celebrada en la mansión de Gabriel Soto en Florida —donde se halla la pintura— va a suponer la operación de SHIELD con el propio Coulson y May como agentes de campo. El juego de roles nos va a deparar un carrusel de máscaras con Talbot haciendo acto de presencia y cómo se engañan ya a los escáneres de retinas sin necesidad de arrancar los ojos de víctimas que ya pueden respirar tranquilas. Acechados por la seguridad de la fiesta al quedar al descubierto su tapadera, descubrirán que Talbot y el gobierno se hicieron con la pintura y… ¡sorpresa! ¡Talbot trabaja para Hydra y Whitehall!
Talbot necesita a Coulson para descifrar el grabado posterior en la pintura y Coulson requiere de la ayuda de Talbot para acceder a la misma. El acuerdo parece claro pero May explora la habitación del hotel donde se aloja el general revelando la conspiración: la agente Q (33), ex de SHIELD y sometida al método para ‘lavar el cerebro’ de objetivos de alto valor, y Bakshi (con su bio-máscara de Talbot) son los responsables del cambio de rumbo de la operación de Hydra. El enfrentamiento es evidente pero May se verá sorprendida y caerá inconsciente. Con una gota de sangre y una grabación de voz, la bio-máscara provocará que Q (33) sea May, saboteando la nave de los chicos con un virus y llevando a Coulson a la boca del lobo. Evidentemente una mujer de pocas palabras hace dudar al actual director de SHIELD y su odio al café delata el engaño. Puñetazo a la cara por mentirosa y traidora. Por otro lado, Fitz sigue luchando contra sus daños cerebrales y esa imaginaria Jemma Simmons que, en realidad, da la impresión de ser un mecanismo de su mente para guiarle hacia lo correcto y cura. Será precisamente Fitz aquel que salve al grupo mientras que May se liberará en la habitación de Bakshi para iniciar una pelea de dobles. Coulson reducirá a Bakshi y se hará con la pintura mientras que May nos revela sus dotes (y lencería) en esa lucha de espejos ‘plateados’ y doppelgangers.
Hydra llega demasiado tarde para que tanto Coulson como May escapen e informarán a Talbot de la pintura (engañándole respecto a su destino) como de los planes de la pérfida y diabólica organización haciéndose pasar por él. ¡No a los dobles, sí al Clone's Club! “I Will Face My Enemy” es un capítulo estimulante en todas sus facetas de acción, suspense, humor pero nos revela que Coulson confía plenamente para que May le sustituya si pierde el norte como John Garrett y quiere que ésta le mate si acaba sumido en el caos. May acepta a regañadientes mientras que Whitehall nos revela uno de sus gadgets made in Hydra para ‘convencer’ a Raina que le entregue El Obelisco en menos de 48 horas. El escenario de encuentro entre todos los grupos enfrentados es inevitable y “Agentes de SHIELD” ha alcanzado el equilibrio que se le reclamaba. Consecuentemente, siempre existen daños colaterales. Por ejemplo, el aumento de protagonismo de Lance Hunter y filtro a Grant Ward seguramente provoque un futuro cambio de mecánica con Skye en medio. Antoine Triplett ha perdido demasiado protagonismo y no sabemos si entender el fichaje de Alphonso ‘Mac’ Mackenzie y sus escenas junto a Fitz como parte de una muerte impactante anunciada. ¿Triplett aporta algo ahora mismo dentro de los mecanismos de la serie? ¿Sacarán algo de la manga? Aparte de descubrir que Lola sigue en reparación nos queda saber más de las agujetas por tanto reír (falsamente) de May y algo de esa nostalgia que empapa su pasado con Coulson. En el próximo capítulo, “A Hen in the Wolfhouse” (2x05), llega Bobbi Morse (¿Mockingbird?) y apostamos a que esas conversaciones sobre ex novias de Lance bien pudieran estar relacionadas. Mientras tanto, recemos Santa Maria De Las Flores para que no se nos queme esta serie y suba la audiencia…
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May vs May awesome!! la serie ha mejorado muchísimo en esta segunda temporada y cada capítulo es una gozada pero no dejo de temblar pensando que la van a cancelar por los malos números... será posible que los ejecutivos de esta cadena sean tan tontos? en vez de darle un mejor horario..
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