¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta? ¡Porque me encanta que me preguntéis «¿Por qué sigues viendo “The Big Bang Theory” si no te gusta?»! Hora de repasar “The Misinterpretation Agitation”, séptimo capítulo de la octava temporada de “The Big Bang Theory”.
El cielo existe y está en el sótano de la casa de un urólogo en Sherman Oaks.
Sheldon Cooper, como el resto de los chicos (y espectadores), se va a topar con una colección repleta de iconos y referencias para gloria del frikismo en “The Misinterpretation Agitation”. En realidad, pudiéramos encontrarnos ante el mejor capítulo de una temporada mediocre por el mero hecho de sorprender en cierta medida al espectador. Normalmente el universo de “The Big Bang Theory” está rodeado de decenas de noticias semanales y se nos informa al dedillo de todas las apariciones, fichajes, cameos y colaboraciones. Tal vez sea el motivo por el que la llegada de Billy Bob Thornton, jugando con una variación inofensiva y nerd de ese gran personaje llamado Lorne Malvo en “Fargo”, haya sorprendido a propios y extraños. Interpreta a un extraño urólogo al servicio de muchas estrellas de Hollywood, que vive con su madre y que es incapaz de socializar con el mundo y, por extensión, encontrar a una pareja femenina. Es el mejor cliente de Penny y las técnicas de venta de la rubia pasan por cautivar a los doctores a los que vende sus productos. Bien, el Dr. Lorvis se persona en el edificio de Penny, Sheldon y Leonard con un ramo de flores pensando que una muestra de afecto y que su comercial le guiñara un ojo son suficientes pruebas para un cortejo cercano al stalkeo. Del mismo modo que Sheldon ha tenido problemas acosando a famosos, el Dr. Lorvis ha tenido situaciones incómodas al pensar que una simple mano en su hombro —contada por Mississippis— establece el grado de interés sexual de una mujer por él.
Pero el Dr. Lorvis no establece la sexualidad por el escote sino por el propio apego y cariño y pone en el mismo rasero a Penny que a Amy Farrah Fowler. Previamente, dicha sexualidad había acarreado una fuerte discusión entre Bernadette —seleccionada para estar en una revista como una de las 50 científicas más sexys y atractivas de California— y la mencionada Amy. Para la novia de Sheldon que una exitosa microbióloga sea reconocida por su apariencia y no por sus logros es todo un fracaso para las mujeres científicas, ya que no podrán ser tomadas nunca en serio. Aquí existen ciertas líneas sobre una crítica social y también sobre los celos de la sexualidad que no posee Amy y sí Penny y Bernadette. Penny utiliza la misma para sus ventas flirteando un poco y escondiendo al mundo que está comprometida y el Dr. Lorvis será la respuesta del destino para que vea el reverso de sus consecuencias porque, ciertamente, está manipulando a hombres incapaces de socializar y aprovechándose sus carencias afectivas. Otra cuestión es que el Dr. Lorvis sea un inofensivo stalker que desconoce que está stalkeando. Prueba de ello pudiera ser la frase «Suenas como Sigourney Weaver cuando la seguí al cuarto de baño» como elemento de ese perspicaz juego sobre la sexualidad que lleva a Amy a provocar que eliminen el artículo en el que iba a aparecer Bernadette. Amy mandó a los editores un virulento correo electrónico —en plan feminazi— sobre que jamás considerarían hacer un artículo clasificando a los hombres científicos por su sensualidad. De nuevo, la crítica social de boca de Bernadette: «Nadie quiere ver a Neil deGrasse Tyson con una camiseta mojada, tumbado sobre el capó de un Porsche». Tal vez quieran verlo las mismas (y los mismos) que compraron el calendario geek en “The IT Crowd” [Calendar Geeks 3x06]…
Con la diferencia entre el mal gusto y el debate entre buena o mala publicidad, aparece también una virulenta respuesta de Bernadette acusando a Amy de tener celos y que odia que otra gente exprese su sexualidad porque nadie quiere que exprese la suya. El golpe bajo produce una ruptura, pero el Dr. Lorvis y su interés por Amy —que le obliga a dejar su ‘relación’ con Penny como un acto de amistad— ejerce de ese pegamento para recomponer todo. “The Misinterpretation Agitation” funciona mejor que todo lo ofrecido esta temporada (y en las anteriores) porque se despega del juego romántico y parejitas para lanzar una lectura sobre sus propias relaciones. Ya sea la perversión sexual con la ropa interior de Bernadette con el fetichista de Howard, como comparar la relación de Penny y Leonard con el mítico juego de salas recreativas ‘Donkey Kong’: la historia de una preciosa chica rubia incansablemente perseguida por un hombre pequeño y raro. La propia premisa de los guionistas (y amigos de la pareja) de ese amor improbable esté condenado al fracaso, ofrece al Dr. Lorvis una posibilidad de ser implacable y persistente. A los chicos les importa poco que un inconsciente acosador y lunático les deje encerrados con llave en su sótano mientras trata de ligarse a la novia de uno de ellos. Sheldon y compañía están en el cielo y también las chicas, ya reconciliadas, están hipnotizadas de ver el sonograma de la próstata de Tobey Maguire. Esperemos que sea el comienzo de una bonita y urinal amistad y que Billy Bob Thornton anime este comienzo tan absolutamente anodino y patético.
El cameo de Billy Bob Thornton, desde luego, ayuda mucho a recomponer esta mediocre y escasamente divertida temporada de “The Big Bang Theory”. Su personaje, el Dr. Lorvis, agrupa un calidoscópico emocional de sus carencias y aporta todo tipo de guiños de famosos con multitud de objetos icónicos en la colección del personaje. Ya sea con la vasectomía de Gene Roddenberry, la piedra renal de James Cameron a modo de llavero o la infección de vejiga de William Shatner. El Dr. Lorvis pensó que su sótano repleto de icónicos objetos sería una buena forma de conocer mujeres… En cierta medida y finalmente, no se equivocó. No se preocupen los fans de la serie actual, basada en ese intrascendente y superficial juego de parejitas que dejó prostituido el comienzo de “The Big Bang Theory”, que Kaley Cuoco ya tiene en su poder la estrella número 2.532 en el Paseo de la Fama de Hollywood. GUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAU!
El cielo existe y está en el sótano de la casa de un urólogo en Sherman Oaks.
Sheldon Cooper, como el resto de los chicos (y espectadores), se va a topar con una colección repleta de iconos y referencias para gloria del frikismo en “The Misinterpretation Agitation”. En realidad, pudiéramos encontrarnos ante el mejor capítulo de una temporada mediocre por el mero hecho de sorprender en cierta medida al espectador. Normalmente el universo de “The Big Bang Theory” está rodeado de decenas de noticias semanales y se nos informa al dedillo de todas las apariciones, fichajes, cameos y colaboraciones. Tal vez sea el motivo por el que la llegada de Billy Bob Thornton, jugando con una variación inofensiva y nerd de ese gran personaje llamado Lorne Malvo en “Fargo”, haya sorprendido a propios y extraños. Interpreta a un extraño urólogo al servicio de muchas estrellas de Hollywood, que vive con su madre y que es incapaz de socializar con el mundo y, por extensión, encontrar a una pareja femenina. Es el mejor cliente de Penny y las técnicas de venta de la rubia pasan por cautivar a los doctores a los que vende sus productos. Bien, el Dr. Lorvis se persona en el edificio de Penny, Sheldon y Leonard con un ramo de flores pensando que una muestra de afecto y que su comercial le guiñara un ojo son suficientes pruebas para un cortejo cercano al stalkeo. Del mismo modo que Sheldon ha tenido problemas acosando a famosos, el Dr. Lorvis ha tenido situaciones incómodas al pensar que una simple mano en su hombro —contada por Mississippis— establece el grado de interés sexual de una mujer por él.
Pero el Dr. Lorvis no establece la sexualidad por el escote sino por el propio apego y cariño y pone en el mismo rasero a Penny que a Amy Farrah Fowler. Previamente, dicha sexualidad había acarreado una fuerte discusión entre Bernadette —seleccionada para estar en una revista como una de las 50 científicas más sexys y atractivas de California— y la mencionada Amy. Para la novia de Sheldon que una exitosa microbióloga sea reconocida por su apariencia y no por sus logros es todo un fracaso para las mujeres científicas, ya que no podrán ser tomadas nunca en serio. Aquí existen ciertas líneas sobre una crítica social y también sobre los celos de la sexualidad que no posee Amy y sí Penny y Bernadette. Penny utiliza la misma para sus ventas flirteando un poco y escondiendo al mundo que está comprometida y el Dr. Lorvis será la respuesta del destino para que vea el reverso de sus consecuencias porque, ciertamente, está manipulando a hombres incapaces de socializar y aprovechándose sus carencias afectivas. Otra cuestión es que el Dr. Lorvis sea un inofensivo stalker que desconoce que está stalkeando. Prueba de ello pudiera ser la frase «Suenas como Sigourney Weaver cuando la seguí al cuarto de baño» como elemento de ese perspicaz juego sobre la sexualidad que lleva a Amy a provocar que eliminen el artículo en el que iba a aparecer Bernadette. Amy mandó a los editores un virulento correo electrónico —en plan feminazi— sobre que jamás considerarían hacer un artículo clasificando a los hombres científicos por su sensualidad. De nuevo, la crítica social de boca de Bernadette: «Nadie quiere ver a Neil deGrasse Tyson con una camiseta mojada, tumbado sobre el capó de un Porsche». Tal vez quieran verlo las mismas (y los mismos) que compraron el calendario geek en “The IT Crowd” [Calendar Geeks 3x06]…
Con la diferencia entre el mal gusto y el debate entre buena o mala publicidad, aparece también una virulenta respuesta de Bernadette acusando a Amy de tener celos y que odia que otra gente exprese su sexualidad porque nadie quiere que exprese la suya. El golpe bajo produce una ruptura, pero el Dr. Lorvis y su interés por Amy —que le obliga a dejar su ‘relación’ con Penny como un acto de amistad— ejerce de ese pegamento para recomponer todo. “The Misinterpretation Agitation” funciona mejor que todo lo ofrecido esta temporada (y en las anteriores) porque se despega del juego romántico y parejitas para lanzar una lectura sobre sus propias relaciones. Ya sea la perversión sexual con la ropa interior de Bernadette con el fetichista de Howard, como comparar la relación de Penny y Leonard con el mítico juego de salas recreativas ‘Donkey Kong’: la historia de una preciosa chica rubia incansablemente perseguida por un hombre pequeño y raro. La propia premisa de los guionistas (y amigos de la pareja) de ese amor improbable esté condenado al fracaso, ofrece al Dr. Lorvis una posibilidad de ser implacable y persistente. A los chicos les importa poco que un inconsciente acosador y lunático les deje encerrados con llave en su sótano mientras trata de ligarse a la novia de uno de ellos. Sheldon y compañía están en el cielo y también las chicas, ya reconciliadas, están hipnotizadas de ver el sonograma de la próstata de Tobey Maguire. Esperemos que sea el comienzo de una bonita y urinal amistad y que Billy Bob Thornton anime este comienzo tan absolutamente anodino y patético.
El cameo de Billy Bob Thornton, desde luego, ayuda mucho a recomponer esta mediocre y escasamente divertida temporada de “The Big Bang Theory”. Su personaje, el Dr. Lorvis, agrupa un calidoscópico emocional de sus carencias y aporta todo tipo de guiños de famosos con multitud de objetos icónicos en la colección del personaje. Ya sea con la vasectomía de Gene Roddenberry, la piedra renal de James Cameron a modo de llavero o la infección de vejiga de William Shatner. El Dr. Lorvis pensó que su sótano repleto de icónicos objetos sería una buena forma de conocer mujeres… En cierta medida y finalmente, no se equivocó. No se preocupen los fans de la serie actual, basada en ese intrascendente y superficial juego de parejitas que dejó prostituido el comienzo de “The Big Bang Theory”, que Kaley Cuoco ya tiene en su poder la estrella número 2.532 en el Paseo de la Fama de Hollywood. GUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAU!
Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario en la entrada (lea antes los Mandamientos de este blog)
Lea antes los Mandamientos de este blog.