“Arañas devoradoras”
Título original: “Ice Spiders”
Director: Tibor Takács
EEUU
2007
Sinopsis (Oficial):
Cuando un joven equipo de esquí se prepara para los Juegos Olímpicos en la remota y aislada Lost Mountain Ski Resort, centrándose en la formación, quedan encantados por encontrar a ‘Dash’ Dashiell (Patrick Muldoon) —un esquiador olímpico retirado— que está allí para ayudarles a ponerse en forma. Pero sus planes se detienen cuando la Dra. April Sommers (Vanessa Williams), una científica que trabaja en un laboratorio cercano del gobierno, acude a ellos con una emergencia: unas arañas gigantes criadas en su laboratorio se han escapado y… ¡están matando y comiendo todo a la vista!
El director de “Spiders”, una de las mayores bazofias del 2013, hizo antes… TA-TA-TA-CHÁN ¡¡¡“Ice Spiders”!!! ¡BIBA! ¡BIBA! Comienza con unos créditos ochenteros y una localización que invita a perderse y no volver: Lost Mountain, Logan Country (Utah). Como toda introducción de una película de monstruos tiene que enseñar a esas bestias ‘digitales’ devoradoras que van a cazar a ‘cazadores’ y esas cosas para cercar nuestras neuronas. Hay otras cosas aparte de quedar el primero en la línea de meta, como divertirse, divertirse y hacer el gañán… ¡Muy bien! Cualquier persona sabe que en invierno no hay arañas asesinas correteando por la nieve, pero esta producción desea adentrarse en esos temores imposibles. Después de ver esta película ya no podrás ir a esquiar por temor a que emerjan arácnidos mutantes y te coman los higadillos. Sí, sí. Terror de unas arañas gigantes que practican esquí sobre sus patitas me quieran dar caza y comerme. Sí, sí. Terror. Sí, sí. ¿Terror? Terror, los pelos de Patrick Muldoon.
La película consigue que te enteres de que tenemos una Vanessa Williams de segunda y otra… de tercera. Esta es la de “Candyman: el dominio de la mente”, “New Jack City” o “Melrose Place”, no la de “Eraser” o “666 Park Avenue”, ¿claro?
—¿Qué son?
—Capullos, descomunales… de grandes.
Sí, aquí hay mucho capullo... pero detrás de las cámaras, claro. Entre que las arañas gigantes dopadas con esteroides están hambrientas y uno se agarra su cabeza para evitar que le coman su cerbero, llegamos a lo peor de todo… Y es que “Arañas devoradoras” se quiere poner sentimental con una musiquita que no viene a cuento ni a cuenta con unas vísceras derramadas por todos lados y, de repente, cambia a un especial punk-vomitarra-navideño de la MTV. ¿De verdad? Uno no entiende el cambio aunque, ¿qué se puede esperar de una película con arañas gigantes asesinas que esquían sobre sus patitas?
¡Preparen la pista que yo llevo a las arañas! ¡BIBA! ¡BIBA! Calor, movimiento y luz, hay que tener para conquistar el corasón y HAMOR de estas voraces arañas hormonadas que en el fondo son unas víctimas. Al fin y al cabo, todo acaba sobre el patriotismo y la manipulación del pueblo herido con un final que es lo más patético y demagógico visto en tiempo sobre las muertes ‘circunstanciales’. El prota quiere darnos una lección moral y se le olvidan la muerte de 30 civiles y el post-trauma rápidamente al saciarse su ombligo con el triunfo de su heroísmo. La interpretación de Patrick Muldoon es lo más… ejem… lo más ¿horrible? Aunque, ¿qué se puede esperar de una película con arañas gigantes asesinas que esquían sobre sus patitas?
¿Tienes respuestas para todo? Para calificar, desde luego, a “Arañas devoradoras” sí: TODO UN BODRIO y una las de las 50 Peores Películas del Siglo XXI.
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