Legends of Tomorrow (1x11) The Magnificent Eight: Y, entonces, llegó Jonah Hex

Tras ciertas dudas, da la impresión de que “Legends of Tomorrow” había puesto toda la carne en el asador en el esperado “The Magnificent Eight”. La televisión canadiense ha corrido antes el velo y ya hemos podido comprobar el potencial de la serie para trazar líneas entre el homenaje y el reciclaje gracias a la aportación de Jonah Hex (Johnathon Schaech), aunque las dudas sigan ahí. Y es que la cuestión es que la maquinaría esté bien engrasada o a pleno rendimiento y es complicado incluso a estas alturas… Sabíamos que las acciones de las ‘leyendas’, para frenar a ese inmortal tirano llamado Vandal Savage que en 2166 logró conquistar el mundo, desencadenaron otras muchas reacciones como el posicionamiento de los Maestros del Tiempo en contra de la cruzada de Rip Hunter para acabar con aquel que asesinó a su mujer e hijo. Parece que el capítulo confirma esa tónica de que las misiones del grupo van a dar sentido a toda la línea temporal final y el círculo se cerrará en 2166 sin saber si el sacrificio final otorgará la visión de conjunto de la épica o, por el contrario, esa primera secuencia y prólogo del spin-off-crossover esconde un caramelo envenenado para Savage y paradoja póstuma. ¿Realmente vimos lo que ocurrió o una fluctuante realidad todavía por concretar? El menor de los problemas para los viajeros de la Waverider es actualmente su gran antagonista sino que, tal y como avecinaba Mick Rory, los cazadores van a por todos ellos y no se detendrán hasta que cada miembro del grupo borrado de la faz de la historia. Efectos secundarios por los viajes en el tiempo aparte, el plan de Rip Hunter pasa conducir a su equipo al lejano Oeste en Dakota en 1871. El pueblo de Salvation es el destino y escondite ya que entra en juego el concepto de las fragmentaciones a modo de ángulos muertos en la línea temporal, siendo el mejor momento para que los Maestros del Tiempo no puedan dar con su paradero. Es obvio que nuestros protagonistas no van a poderse quedarse quietos y los problemas les aguardan. Sin contar con Jonah Hex. Veremos de nuevo ese planteamiento habitual de su implicación emocional con la posibilidad de salvar a personas con las que se encuentren. Ese es el caso de Martin Stein para tratar la tuberculosis de ese niño que se llama Bertie y que un día se convertirá en sea H. G. Wells, elevando el sentido paradójico su viaje y detonando el conflicto de Rip Hunter por su inanición pasada. Repasemos “The Magnificent Eight”, undécimo episodio de la primera temporada de “Legends of Tomorrow”. 

Es obvio que las referencias a Wyatt Earp o John Wayne iban a estar a la orden del día junto a viejas ensoñaciones de la infancia de alguno de los protagonistas. No esperen que Chronos aka Mick Rory aka Heat Wave se ponga sentimental en la barra del bar aunque, tal y como nos confirma Sara Lance, su personaje sea distinto sin que sepamos si es para mejor o para peor. Da la impresión de que ese reciclaje y reinvención le ha sentado bien aunque los escritores sigan tratando de dar hondura a los personajes a través de su pasado. Descubrir información sobre el padre del Dr. Martin Stein, por ejemplo, pudiera ser una simple excusa para sentarle en una mesa a jugar a las cartas con otros forajidos que harán gala de su mala educación. La pela prototípica en el bar del lejano oeste no se hace esperar y pudiéramos sentirnos como esos habitantes de Salvation viendo a ese variopinto grupo irrumpir en su pueblo haciendo gala de pose y carisma. Jonah Hex se encontraba también en ese ‘salón’ y reconoce a unos viajeros del tiempo cuando se topa con ellos y, sobre todo, cuando reclama ver a Rip Hunter. Uno de los materiales con los que trabaja la serie es todo el back-story alrededor de Hunter y sus anteriores viajes y en “The Magnificent Eight” descubriremos que él fue víctima de ese influjo similar al vivido por Ray Palmer en la década de los 50 y que su cobardía todavía le persigue…

Jonah Hex indica al grupo que acabaron con un miembro de la peligrosa banda de Stillwater que se dedica a robar, matar y robar (en ese orden), poniendo además en riesgo a la línea del tiempo y alertando a esos cazadores que les acosan en la sombras. Se siente que “The Magnificent Eight” es una especie de episodio similar a medio camino entre una entrega de “El equipo A” y los clichés de un western en el que los (super)héroes tendrán que salvar a un pueblo atemorizado por una sádica banda. Su previsibilidad puede que mate en cierto modo esa necesidad de construir un gran capítulo que sirva de cimiento para una serie todavía en construcción. Evidentemente sólo podrán utilizar la tecnología y armas de la época. Los escritores, por otro lado, siguen insistiendo tanto en la historia de amor entre Ray Palmer y Kendra Saunders como en todo ese arco argumental de la protagonista a través de sus múltiples reencarnaciones. Se trata del material más débil y la investigación de Kendra llevará a Hawkgirl a encontrarse con una vida pasada (ya de avanzada edad) que desvelará que el destino ha condenado a la protagonista a permanecer siempre con Carter Hall y que la tragedia cubre a todo aquel que osa ocupar su lugar cual maldición. Al menos, esa es su versión de los hechos. Kendra y Ray siguen juntos y enamorados aunque el drama aquí es lo mal que envejecerá Hawkgirl… Yo si fuera Ray me buscaba a otra pájara.

Con Ray como nuevo sheriff y afinando la puntería los enfrentamientos con la banda liderada por Jeb Stillwater son continuados y el material sobre el que se asienta la acción de “The Magnificent Eight”. Interesa esa ‘batalla’ a la luz de la luna entre un fondo nublado para arrestar al villano o la cuotas mínimas de lo que pudiéramos esperar de un capítulo muy esperado y que, por lo tanto, pudiera defraudar a algunos por tampoco ser un delirio de fuegos artificiales. En realidad, el destino de Salvation es la clave para el grupo saque al relucir el pasado de Rip Hunter. Descubriremos que Calvert era una ciudad en Oklahoma que 1868 y que fue el prólogo de Hunter en el que la una banda utilizó toda su ira al no cooperar con sus draconianas imposiciones. Rip estuvo allí antes cuando ni siquiera su hijo había nacido y en el aquel entonces era un Maestro del Tiempo que no ayudaba a personas o trataba de ser un héroe. Sabía lo que iba a ocurrir y Calvert finalmente cayó por no marcar la diferencia y eludir su responsabilidad. Esa espina clavada sigue pesando y Jonah Hex es la prueba viviente de ese recuerdo. “The Magnificent Eight” es, por lo tanto, un capítulo para la redención personal de Rip Hunter en el que se siente a Jonah Hex más como un catalizador que como un héroe que trate de reivindicar su aparición con miles de balas y ese posturero del que sí hacen gala el resto de personajes (los movimientos de capa de Hunter y los chillidos de Firestorm sobran). Las heridas y cuentas pendientes entre Hex y Hunter quedarán selladas e incluso entendemos que su vinculación y lazos se reflejan en el nombre del hijo de Rip. ¿Volveremos a ver Jonah Hex? No faltará un duelo en el que Hunter acabará con Jeb Stillwater (y Jax sea rescatado) pero todas las acciones previas provocaron la llegada de los cazadores, suponiendo un enfrentamiento de los superhéroes y leyendas con su tecnología futurista para la catatonia de los asistentes. Con el equipo a pleno funcionamiento, los sicarios de los Maestros del Tiempo serán derrotados aunque dejan caer que se inició el Protocolo Omega y que The Pilgrim (Faye Kingslee), la asesina más mortífera y letal, acabará y dará caza a sus versiones más jóvenes para borrarles de la línea del tiempo. Ya ha empezado y en “Last Refuge” (1x12) tendremos un nuevo material en el que la batalla frente a Vandal Savage comienza a ser incluso secundaria. Veremos cómo avanza todo ese arco argumental.

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