Fear the Walking Dead (2x03) Ouroboros: Flight 462, Naúfragos

Mientras que en “The Walking Dead” los muertos se han convertido en un incordio, en su spin-off siguen siendo un grave peligro al que los protagonistas han de enfrentarse al estar plagado el mar (literalmente) de muertos vivientes. “Ouroboros”, tercer episodio de la segunda temporada de “Fear the Walking Dead”, evidentemente equilibra ese concepto sumando la propia crisis de confianza del grupo (los planes de Strand) junto con otra amenaza humana en ciernes entre decisiones morales. Y es que el capítulo era esperado para conocer el destino de los pasajeros de “Fear the Walking Dead: Flight 462” y ver cómo los productores y guionistas iban a encajar tal pieza. ¿Están Charlie (Alex) y Jake Powell en peligro? ¿Sobrevivieron y formarán parte del reparto del show de AMC o, por el contrario, simplemente conoceremos su destino? En cierto modo, esa novedad del spin off permite a los creadores articular un elemento sorpresa un tanto novedoso mientras siguen desarrollando los problemas del grupo para sobrevivir en su viaje en el yate de Strand. Abigail va a sufrir algún ‘pequeño’ contratiempo y así los escritores podrán utilizar el accidente de avión de la webserie para que una misión ofrezca ese pretendido suspense. ¿Qué se encontrarán allí? ¿Algún protagonista está en peligro? Precisamente “Ouroboros” trata sobre las decisiones que tienen que tomar los personajes principales sobre los muertos pero también respecto a los vivos. De este modo, veremos a aquello que tuvieron que hacer frente Jake y Alex cuando su avión sufrió ese accidente que daba cierre a “Fear the Walking Dead: Flight 462”. En el medio del océano, Jake se encuentra gravemente herido en una balsa de supervivientes, con su rostro parcialmente quemado y desfigurado. Alex está con el muchacho junto a otros supervivientes. No hay lugar para la misericordia con aquellos que están infectados y la situación de Jake preocupa a los compañeros de bote. ¿Morirá y se convertirá en zombi sin que puedan hacer nada para evitarlo? Alex, de hecho, tiene que apuñalar a Tom, uno de los supervivientes, al tratar de matarlo mientras dormía. Michael, el otro superviviente restante, anima a Alex a poner fin al sufrimiento de Jake y éste parece confirmar tal opción… ¿Qué hará Alex? 

Pensemos que “Ouroboros” llega para dejar clara varias cuestiones:

1.- El destino de Strand es desvelado, así como sus intenciones egoístas ya divisadas en capítulos anteriores. El objetivo está cerca de una ciudad llamada Rosarito en Baja California. Al sureste de la mencionada ciudad hay unas colinas donde hay una casa con almacenes de comida, jardines, filtro de agua para el pozo y muros de hormigón reforzado. Van a tener que confiar los unos en los otros, pero nadie que no sea parte del grupo establecido subirá a Abigail. Además, ya tienen claro que no podrán estar indefinidamente en el mar. ¿Spoiler de lo venidero dentro de la serie y la confirmación de que estamos ante un show de temporadas temáticas? 

2.- Chris Manawa deberá enfrentarse a la misma decisión que Alex ya que tendrá que elegir poner fin al sufrimiento de un superviviente que se había roto la columna y que yacía todavía en el asiento del avión. Es fácil matar a los muertos (valga la redundancia), pero asesinar por compasión es muy complicado. Mientras tanto, Nick Clark confirma la evolución de su personaje y descubrirá los trucos y misterios de los ‘ungüentos’ de caminante. 

3.- El episodio está pensado para que tengamos una gran batalla en la playa con bastantes muertos vivientes acechando a nuestros protagonistas. Es obvio que aquí se reincide en las mecánicas de “The Walking Dead” al eludir acabar con un personaje principal si no hay (mid)season finale por medio…

Los tripulantes de Abigail se van a encontrar con más problemas y no porque Strand no pueda ponerse en contacto con esa misteriosa persona que le informa de estado de su destino. La realidad es que los crujidos de la embarcación indican que el motor funciona mal debido a que algo está bloqueando la toma de agua. Es necesario mirar debajo de Abigail (para que tengamos alguna secuencia con escafandra) y el tiempo es oro debido a esa amenaza de sus perseguidores. Es obvio que el brazo de un caminante quedó atascado en la válvula de admisión y Travis tendrá que lidiar con ese peligro debajo del agua, mientras ejerce como técnico en la sala de máquinas eliminado el lodo del sistema de filtración. Strand aquí vuelve a aparecer como un personaje toca-pelotas en plenitud y bastante gruñón. Sabe lo que quiere y quién se lo puede ofrecer. La diplomacia es bastante opcional. Pensemos en que los productores y escritores no desean formular la historia y orígenes de un gran villano sino alternar con lo ofrecido en su show original. Strand es totalmente diferente a lo que hemos visto en “The Walking Dead” y ahí reside su interés al arrastrar también a su forma de pensar al resto de personajes. Madison es prueba de ello, aunque tampoco entendemos por qué Daniel insta a su hija a no pedir nada a la otra familia (antibióticos) bajo el lema de que la sangre es la sangre… para luego rogar a Nick que le ayude a encontrar los mismos entre las medicinas en los restos personales de los tripulantes accidentados. ¡Ni que los Manawa/Clark cobraran por ayudar!

Era previsible que en esa parada obligatoria el grupo detectará los restos del accidente en una playa cercana aparentemente tranquila. Alicia, Nick, Chris y Daniel irán en una misión de suministros y “Ouroboros” aprovecha tanto para desarrollar algo más a los personajes como para generar tensión y suspense… algo mejor que el desplegado en la cubierta del Abigail con esa sangre que sabíamos provenía del caminante que provocó la avería. Alex aparecerá para ser encontrada por Daniel y avisar la superviviente que una horda de caminantes de dirige hacia ellos. El grupo está dividido y Nick será el factor sorpresa tras caer en un pozo donde un caminante había quedado atrapado, siendo devorado por los cangrejos y comiendo éste a los mismos en una extraña secuencia con tonalidad grotesca. Y es que Nick aparecerá empapado de sangre de caminante para camuflarse entre la manada y dar al acorralado y combatiente grupo una oportunidad de escape. Travis, por su parte, arregló el sistema de filtración y puso de nuevo en marcha el motor. “Ouroboros” desea dejar en nuestras retinas la imagen de un enloquecido (y ensangrentado) Nick haciendo frente a uno de los caminantes mientras que Alex confirma que no acabó con Jake sino que buscó suministros para ayudarlo. Es obvio que la aparición de ambos supervivientes causará una nueva crisis. Strand no les quiere y surge la opción que tienen en el refugio en Mexico. Madison y Travis parecen ejercer como abogados del diablo al saber el precio para seguir teniendo su billete hacia la supervivencia. Travis, de hecho, brinda una alternativa al ofrecer remolque a la balsa de Alex hasta San Diego, dándoles agua, mantas y comida el resto del grupo. Puede que aquí comprendamos la jugada de los productores y guionistas respecto a “Fear the Walking Dead: Flight 462” y la introducción de nuevos personajes. No se trata de realizar guiños al material original como vimos en las webseries de “The Walking Dead” sino que el efecto de ver el trato que reciben Alex y Jake sea más duro para los espectadores. No son ya simples secundarios episódicos sino personas a las que hemos conocido y nos duele lo que les pasa… aunque el discurso final de Alex invite a la esperanza. Strand decidirá cortar la cuerda delante de Madision y regresar a la cabina para que el rostro de la protagonista refleje la impotencia de los propios espectadores. Alex y Jake han quedado a la deriva… sin que conozcamos cuál será su funesto destino al permanecer náufragos en alta mar. Suerte, la necesitaréis con tanto hijo de fruta suelto.

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