(2012)
EEUU
Director: Rich Moore
Título original: “Wreck-It Ralph”
Sinopsis (Página Oficial):
“¡Rompe
Ralph!” es la historia de un juego de
arcade en el que el protagonista que siempre ha tenido el papel de malo está
decidido a probar que puede ser un buen tipo. Ralph sueña con ser tan querido como Fix-It Felix,
el héroe del videojuego. El problema es que a nadie le gusta un chico malo,
pero en cambio todos aman a los héroes, así que cuando llega un nuevo juego con
un personaje malo, el sargento Calhoun, Ralph lo ve como su oportunidad para
convertirse en un héroe y alcanzar la felicidad. Así pues, Ralph se mete en el
juego con el sencillo plan de ganar medallas de todo, pero accidentalmente
libera a un enemigo mortal que amenaza a todos los juegos.
Soy un malo, y eso es bueno.
Jamás será bueno, y eso no es malo.
Y no me cambiaría por nadie.
Si uno intenta buscar coherencia a uno de los guiones más estúpidos del
2012… con una de las mejores premisas argumentales del 2012, puede quedarse con
la boca más abierta que Pac-Man:
—Nadie se puede creer que un videojuego tan cutre
como ‘Fix-It Félix Jr.’, copia barata de ‘Donkey
Kong’ con un Shrek antropomorfo,
vaya a celebrar su 30º aniversario.
—Nadie se puede creer que en unos salones recreativos
no apaguen las máquinas cuando cierran. ¡Qué estamos en crisis!
—Bueno, de hecho… ¡NADIE se puede creer que existan
salones recreativos abiertos en nuestros días! ¡Y podría afirmar que desde hace
bastantes años!
—¡Y mucho menos que dejen niños solos por las calle y
que vayan a jugar a máquinas recreativas, que abandonen sus hogares y a la caja
tonta como en ese genial capítulo de
“Los Simpson” titulado ‘Itchy & Scratchy & Marge’!
—¿¡Y qué pasa si hay un apagón eléctrico en la zona!?
¿¡Se mueren todos!? ¿¡Olvidan quienes fueron y vuelven con valores de fábrica!?
¿¡¡Pero QUÉ C8J8NE8-BITS ES ESTO!!?
Todos sabemos que los emuladores, las consolas e internet cerraron las salas recreativas y enclaustraron en la soledad a millones de frikis y futuras generaciones. “¡Rompe Ralph!”, por lo tanto, sólo puede ser entendida como un drama de época. Sí, pero como un fallido drama de época. Ni ‘malos anónimos’, ni protectores de corriente y ni la sombra del famoso ‘Turbo’. 45% “Toy Story”, 25% “Monstruos, S.A.”, 20% “¿Quién engañó a Roger Rabbit?” y 10% referencias populares relacionados del mundo de los videojuegos. Alguna muy acertada, sí… pero 0% originalidad al fin y al cabo. Pixar (perdón, los negros de Pixar trabajando para sus amos de Disney) no tiene ideas. Perdón, tiene ideas pero no sabe desarrollarlas sin satisfacer a todo tipo de públicos y enmarañar todo en estudios de mercado. Se mezcla ‘Centipede’ con ‘Call of duty’ y ‘Mario Kart’ con sobredosis de glucosa, confitería y princesitas Disney. Realmente aquí destapa lo que realmente es “¡Rompe Ralph!”: no es un homenaje al mundo del videojuego sino una estudiada lección de marketing que lleva perpetrándose desde los 80 en varios proyectos fallidos.
Esto no es homenaje a los 8-bits o al videojuego como lo fueron piezas como “Pixels”, “Dan the Man” o el memorable ‘Digital Estate Planning’ de “Community”. Esto no es “Scott Pilgrim contra el mundo” y la máxima y el high score de epatar a base de paku-paku sin importar el triunfo o fracaso comercial de la propuesta. Esto es un simple Game Over neuronal y chantaje emocional a base de guiños al mundo del arcade. ¿Arcade? No, esto es una Arcada, un glitch y pornografía pixelizada y renderizada emocional. El mundo no se trata de colgarse medallas o ser el mayor de los villanos. Trata de aceptar lo que uno es… partida a partida. Me conozco el código de programación del juego hecho película y veo simplemente números, a lo “Matrix”, de las ganancias que estarán calculando los ejecutivos de Disney. Y, lamentablemente, no veo mucho más salvo un START para muchos y un GAME OVER para el villano, y a mucha honra, que escribe.
El truco de Pixar (perdón, los negros de Pixar trabajando para sus amos de Disney) es poner golosos cortometrajes al arranque de sus películas para conseguir el aplauso de la sala antes de que empiece la propia cinta. “Paperman” es un brillante y elegante ejercicio, estilo años 40-50-‘Mad Men’, sobre blanco, negro y carmín con uno de los argumentos más chorras de la historia del romance que me ha recordado a una de las mayores gilipolleces de la historia del cortometraje: “Signs” de Patrick Hughes. Al igual que la horrenda y facinerosa fábula amorosa de oficina, aquí se lanzan por una ventana tantos aviones de papel como neuronas en uno de los argumentos más simplistas e ilógicos vistos en tiempo. Si fuera la historia de dos toxicómanos que se lanzan papelinas y tienen un ‘viaje’ conjunto me valdría… pero ver como un oficinista lanza su trabajo por los aires, en busca de la conquista de unas bragas y un pintalabios chic, entra en los anales del mal gusto racional. El sino marcado con flechas aéreas de papel recrea una metáfora de que somos simples personajes de un videojuego gris llamado destino. “Paperman” mezcla bellísimos momentos de poesía con el absurdo del amor. Si se entiende como un verso renderizado tiene su encanto, si se analiza fríamente es la mayor gilipollez que se ha hecho en el mundo del cortometraje después de “Signs”. Usted elige la partida y (qué juego) donde meterla. La monedita, claro... que esto es Disney.
¡PAMPLINAS! Parece que a alguien se le derramó el pochoclo y gaseosa antes de ingresar a la sala y se tomó con Ralph por eso.
ResponderEliminar¿Pocholo y gaseosa? XD
EliminarTomo cocaína para no perder detalle y efectivamente si se me 'derrama' MATO. Pero en este caso no hubo accidentes salvo para propia película. :P
Gracias por el comentario Cesar y saludos
Em, ni el corto ni la peli son de Pixar...
ResponderEliminarAh, gracias por el comentario Matasanos. ;)
Eliminarpor dios xd. esto no es una crítica, es una burla. Me he reido mucho de las tonterías que ponías... básicamente porque eres perfecto para destripar cualquier maravilla del cine, es decir, incluso pones mal al cortometrage jajajaja mis carcajadas han resonado durante unos minutos breves.
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