Queda claro
que esta séptima temporada será recordada como una despedida de viejas tramas y
asuntos pendientes. También, para completar el destino de los dos personajes
principales: Liz en busca de un hijo y Jack en busca del ser el CEO de
Kabletown / NBC. Después de una falsa alarma con un un niño hemofílico con un
trastorno del sueño llamado Dracul, Liz descubrirá por parte de Tracy que
necesita ser más espontánea. Por otro lado, Liz en su espontaneidad acompañará
a Jack a Florida para consumar la herencia de su difunta madre. Sabemos que
para Jack era una bruja miserable y que sus últimas palabras hacía él son un
misterio: «Solo quiero que seas feliz». Con Liz y Pete en la distancia, Tracy y
Jenna se hacen ‘cargo’ de TGS haciendo todo tipo de tonterías para divertirse. Lutherking
Martin, abogado de la NBC, les explica que han sido demandados por Hazel Wassername
(AKA Richard Drench) por 50 millones de dólares por maltrato y abusos sexuales.
Como es una demanda absurda, teniendo en cuenta el historial de demandas de
Hazel, el abogado les explica que necesitan la forma de todo el personal como
declaración jurada de que no ha habido conductas inapropiadas en el lugar de trabajo.
¿De verdad?
Jack y Liz conocen a la cuidadora de la bruja llamada Martha. Al contrario de lo que pueda parecer, Martha recuerda a Colleen como una persona feliz, de sonrisa fácil y muy divertida. Jack piensa que se trata de una estafa y Liz al fisgonear en la habitación descubre que ambas eras lesbianas y tenían una relación. Jack no se lo puede creer pese a continuadas pruebas y esculturas vaginales. Ambos pasan la noche juntos y en la misma cama pero la serie sabe leerse a sí misma y a sus personajes: ¿por qué nunca se enrollaron teniendo en cuenta que Jack era un mujeriego y compartían tanto tiempo en soledad? Liz piensa que es porque no es divertida y Jack nunca ha querido romper la relación especial mentor-aprendiz. Al final acaban, como siempre, comportándose como un matrimonio y Jack pasa la noche en el coche. A la mañana siguiente Jack muestra su gratitud a Martha y se da cuenta de la autenticidad y verdadero amor de su relación mientras que Liz llama ya que está en aprietos…
Kenneth es
el único que no firma la declaración, no porque Hazel fuera su novia sino porque
vio (y sufrió) muchas cosas en la oficina completamente inapropiadas. A Tracy y Jenna les
da lo mismo que Kenneth pierda lo único que le queda y le obligan a firmar. Ambos
se sienten incómodos al día siguiente ya que comprueban que Kenneth ha dejado
de ser Kenneth: tiene patillas, viste con chaqueta de cuero y le encanta el
jazz. Ambos se dan cuenta del error y llevan a Kenneth junto a Martin
Lutherking. Veremos una serie de flashbacks que nos harán ver que Kenneth
podría demandar a la NBC al ser él el objeto de abusos continuados y que el abogado tendrá que llevar otro tipo de defensa
ante la falta de firma de la única persona sincera de TGS.
Liz fue espontánea y trató de colarse en la exposición mundial de Harry Potter. Jack soluciona todo pero se replantea si alguna vez podrá ser feliz. Liz le dice que está a punto de ser nombrado CEO de la NBC y que para él eso es estar más feliz que nunca. De vuelta a la oficina Liz recibe dos noticiones: la trabajadora social de la agencia de adopción ofrece a dos hermanos que no pueden ser separados y acepta; también Hank Hooper, como anuncio Martin Lutherking, indica a Liz que debido a la demanda y el pecado que habita TGS el show ha sido cancelado y acaban la próxima semana... como su último acto de consejero delegado. ¿Qué pasará a continuación?
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