“Guardianes de la galaxia”
Título original: “Guardians of the Galaxy”
Director: James Gunn
EEUU
2014
Sinopsis (Oficial):
Marvel, el estudio responsable de “Iron Man”, “Thor”, “Capitán América” y “Los Vengadores”, las franquicias de éxito mundial, nos presenta un nuevo equipo: los Guardianes de la Galaxia. La nueva película de Marvel, “Guardianes de la galaxia” es una aventura espacial de proporciones épicas y mucha acción que amplía el universo cinematográfico de Marvel dentro del cosmos. En esta ocasión, un temerario aventurero, Peter Quill, es objeto de una implacable persecución después de robar una misteriosa esfera. Para poder escapar, Quill tiene que pactar una complicada tregua con un cuartero de disparatados inadaptados: Rocket, un mapache armado con un rifle, Groot, un humanoide con forma de árbol, la letal y enigmática Gamora y el vengativo Drax the Destroyer. Cuando Quill descubre el verdadero poder de la esfera, deberá hacer todo lo posible para derrotar a sus extravagantes rivales en un intento desesperado de salvar el destino de la galaxia.
En “Young Adult” el libreto firmado por Diablo Cody presentaba la incapacidad de evolucionar de su protagonista, interpretada por Charlize Theron, en una cinta de cassette que atrapaba en ‘The Concept’ de Teenage Fanclub ese eterno avance detenido por un ‘stop’ y un reiterado y autoconsciente rebobinado. Volvemos al mismo punto aunque desenrollando aún más la inmadurez antes que la adolescencia, a un personaje atrapado en su infancia y marcado por una eterna niñez. Una inocencia, por el contrario, robada tras una abducción señalada por la tragedia como designa la tradición que nos confirmó la estupenda “La Liga de la Justicia: La paradoja del tiempo” de Jay Oliva: la necesidad de defunción de seres queridos de las formas más traumáticas posibles para construir a los (super)héroes. El guión de James Gunn y Nicole Perlman, del mismo modo que la película dirigida por Jason Reitman, se articula sobre una cinta de cassette y un icónico walkman con unos auriculares de almohadillas de color naranja. Se trata de que la cultura de los 80 (y aledaños) tome el control de una aventura espacial que bien pudiera ser una de piratas al borde de la extinción. El director de “Slither: La plaga” toma el timón y somete ese turbulento mar a una tormenta de acción, humor y, por supuesto, una gran lluvia de sentimientos. James Gunn rápidamente toma consciencia del tono y se lanza al humor para romper y dinamitar la épica, para quebrar el drama y la sensibilidad que yacen en ese hueso de su fruto cinematográfico y galáctico.
“Guardianes de la galaxia” quiere ceder a su jugo por encima de pulpa y posiblemente su debilidad sea atorarse en el drama, en dibujar conflictos graves y emocionales como marca de tristeza y profundidad del retrato de sus héroes pero, tal y como revela su secuencia introductoria, el dolor es un simple fragmento del pasado. Toca divertirse, disfrutar y bailar, olvidar esa gravedad que sujeta a los protagonistas. Y ahí aparece esa cinta de cassette y ‘Come And Get Your Love’ de Redbone para estigmatizar los títulos de créditos iniciales, para imprimir el alma del film: el pasado es un artefacto que recarga de emoción y sentimientos nuestros vacíos y carencias. La cuestión es que ese colorido y brillante mundo quede en peligro por un gran panteón flotante gris, desmoronado de toda conmiseración y sensibilidad, imposibilitado para entender la alegría de ese icono que forma la cultura popular que subyace en tan suculento néctar. Los héroes, no obstante, llegan preparados, quieren marcar su espacio e incluso proporcionar una dinámica que invite a su capacidad de robar protagonismo a cualquier miembro del grupo. Esa mecánica se repite en cada secuencia coral formando otra de sus muchas protectoras capas donde la simplicidad de Groot se convierte el mejor buque para campar por ese insondable océano llamado “Star Wars”.
Peter Quill, Gamora, Drax el Destructor, Groot y Rocket son los ‘guardianes’ pero también los chicos malos (y nuevos), los outsiders y, al mismo tiempo, salvadores de esa galaxia que les ha marcado y de la que ya no pueden escapar. Han quedado atrapados, al igual que nosotros, en su pasado e iconos, en sus viejos traumas e impuestas modas del género. “Guardianes de la galaxia” queda construida como una gran y premeditada montaña rusa que debe cumplir con su propio guión donde lo importante, no obstante, es la esencia nostálgica por encima de su estructura. La cuestión es ceñirse al guiño (¿«I am Groot» es la evolución de «I am Muzzy»?) y recorrer los 80 y ese cine de aventuras perdido, someterse al icono y revelarlo en el ambiente contemporáneo de la era digital cinematográfica bajo una perfecta banda sonora repleta de clásicos populares. Y de todo ese choque entre lo viejo y lo nuevo surge un héroe que muchos conectarán con Han Solo o que les hará sentir por leves momentos que Indiana Jones ha vuelto en forma de revisión espacial y templo cósmico maldito. Chris Pratt sabe que no es Harrison Ford pero el fin es vincular con la emoción del espectador y evocar sus propios recuerdos, como si también Gunn tuviera que rendir cuentas a Joss Whedon y propiciar su propio y futuro relevo. Posiblemente “Guardianes de la galaxia” sea una engañosa bisagra que, en apariencia, desea someterse a las viejas reglas para construir su espectáculo como simple vehículo para Marvel Studios, pero en su conjunto habita una perdida simbiosis sobre el cine de animación en la que sabe tomar consciencia y convertirse en salvadora y guardián del sello.
Esta entretenida, refrescante, divertida, reivindicable y colorista aventura espacial nos habla de la ironía de volver (eternamente) a los 80, de que el espectador sea trasladado en curvatura al pasado mediante el futuro. Muchos recordaremos la serie de animación de “Las Aventuras de los Guardianes de la Galaxia”, recuperaremos la pasión de escuchar la última canción de una cara de cassette antes de que saltara el botón del play, rememoraremos las latas bailarinas de Coca-Cola aferradas a sus gafas de sol y cascos o retrocederemos frente a ‘Star Fox’ de SNES. Porque, en realidad, “Guardianes de la galaxia” nos habla de la importancia de ganarse un nombre, de la dificultad de ser un mapache genéticamente modificado y cibernéticamente mejorado y que te confundan con un simple hámster parlante pero, sobre todo, de que en el espacio la carrera que tiene más futuro no es ser un guardián/superhéroe/nova-picoleto/pirata-perroflauta de la galaxia o ejercer de villano malo-maloso sino convertirse en esteticista y hacerse con los servicios de los pelos Nova Prime o la sombra de ojos de Ronan el Acusador. La película también nos revela que uno de los hijos de La Troma es capaz de engendrar uno de los blockbusters más recordables (y perdurables) del ‘Universo Marvel’, de esa franquicia condenada ya a regalarnos las piezas más elaboradas de entretenimiento de la presente década. En esta entrega, por ejemplo, hacen que seamos capaces de sentir el dolor de que haya aniquilado a toda tu familia un villano con el mismo color de piel que Papá Pitufo. No hay que llorar sino sobrellevar la pérdida con toneladas de sardónico sarcasmo, nula comprensión de la ironía y una pizca de venganza asesina. En realidad, volvemos a ese eterno avance detenido por un ‘stop’ y un reiterado y autoconsciente rebobinado con forma de recopilatorio titulado ‘Awesome Mix Vol. 1’, donde la película se transforma en un cassette y su cinta magnética acaba volviéndose en cine digital para proyectarse en miles de salas como pasatiempo perfecto. “Guardianes de la galaxia” esconde bajo su carcasa de blockbuster esos recuerdos encapsulados en la eternidad del espacio. La cinta de cassette se convierte en la fe, icono y monolito, en portador de la más poderosa energía del universo: la nostalgia. Y, nosotros, encantados… pero, por favor, pongan las ofertas de esteticista o peluquero interplanetario en los portales de empleo del planeta Tierra también. Gracias.
Reseña redux de la publicada en Cinema ad Hoc
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Órale, si que te inpiraste. Star Lord me recordó, antes que a Han Solo a Mal Reynolds de la Serenity, aunque claro, Han Solo es la referencia para este tipo de héroes.
ResponderEliminarLa vi 4 veces en el cine sin aburrirme.
ResponderEliminarEsto me saca a la luz una pregunta bastardo, ¿Que prefieres? Ir todas las semanas al cine para ver películas que te gustaron mucho; O Ir todas las semanas para entrar la mayoría de las veces (Porque en algún punto de nuestra vida cinefila vemos 3 veces o mas una misma película en el cine) a películas que nunca antes habías visto? Yo soy del segundo grupo.
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