“Al imponer una responsabilidad demasiado grande, o mejor dicho, toda la responsabilidad, en sí mismo, te aplastas a ti mismo.
Frank Kafka
En su primera temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:
Felicidad, confianza, temor, aceptación, respeto, conciencia, orgullo, ira, compasión, aislamiento, duda, sacrificio e identidad.
En su segunda temporada nos dieron otros 13 nuevos:
Progreso, dejarlo estar, dignidad, culpa, ahora, control, evasión, verdad, servicio, honestidad, preguntas, resentimiento y secretos.
En su tercera temporada nos dieron otros 13 más:
Incertidumbre, confort, sospecha, sinceridad, vergüenza, engaño, intuición, perspectiva, confrontación, distancia, estancamiento, heroísmo y lamentos.
Y, ahora, en su cuarta y última temporada:
Primer episodio “Amends”, enmienda; segundo “Consequences”, consecuencias; tercero “Loyalty”, lealtad; cuarto “Answers”, respuestas; quinto “Forward”, adelante; sexto “Patterns”, patrones y séptimo “Responsibility”, responsabilidad.
Aclarado que Wilfred es Mataman y Bruce ejerce Krungel, siendo un viejo hecho de látex aquel que chantajeó a Henry durante 30 años, “Wilfred” tenía que arreglar también los asuntos familiares de Ryan antes de volcarse en las revelaciones finales de la serie. La dramedia de FX sigue dibujando firmemente la felicidad de todos sus protagonistas de las maneras más misteriosas posibles confirmando el cambio de actores. Si Billy Baldwin sustituyó a Dwight Yoakam, Wilfred hará un chiste a lo “El Príncipe de Bel Air” para constatar el cambio de madre. No tendremos a Mary Steenburgen como Catherine sino a Mimi Rogers, la primera mujer de Tom Cruise, como nueva actriz que arregle tanto su situación personal como la de sus hijos Ryan y Kristen y ¿pueda? aportar alguna pista sobre Bruce y ese misterioso viejo afín a la secta del Rebaño del Pastor Gris que parecía conocerla.
“Wilfred” se resume en la búsqueda de la felicidad y los intentos de alejamiento de la oscuridad mediante la confrontación directa que genere una catarsis. Wilfred es un perro y no es psicólogo, pero actúa como ese Dios sobre Ryan para que halle el camino que le proporcione una prosperidad vital y emocional desde ese intento fallido de suicidio que fue el punto de partida de la serie. La gracia es esa: Wilfred no es un psicólogo pero se comporta (y ejerce) como tal. Aunque la familia también es importante y motor de viejos traumas y necesidades. De este modo, “Responsibility” va a dejar atadas muchas cuestiones dramáticas de “Wilfred” aunque va a dar un respiro a esa línea argumental de Catherine e incluso proponer un futuro final feliz. John Michael Higgins interpreta al Dr. Cahill que trata a la madre de Ryan en el manicomio y no faltan los añadidos políticamente correctos que den un entorno propicio al capítulo. Véase ese incidente traumático que no es otro que una violación en masa con la que uno se puede hacer la víctima cual perro mutilado. La serie de Jason Gann y Adam Zwar siempre ha sabido estructurar muy bien sus libretos y aquí en la primera secuencia yacen todos los elementos que irán desarrollándose. Ryan siempre ha tratado de calmar la contienda de madre e hija y evitado así la catarsis. Wilfred le recordará lo beneficioso del round final junto a su animadversión por los perros mutilados. Los perros con tres patas son una lacra para la comunidad perruna y Ralston, el perro del Dr. Cahill, desatará la envidia canina de Wilfred. ¿Ayudará Oso con un cuchillo a equilibrar la desnivelada balanza?
“Responsibility” tiene una líneas sencillas de narración dejando claro que Catherine no sabe nada de Bruce a las primeras de cambio. La idea es que Catherine quiere dejar el manicomio y es decisión de Kristen confirmar una nueva prueba de fuego que anteriormente fracasó. Todo se complica cuando se descubre que mantiene una relación con el Dr. Cahill y que están enamorados desde el terapeuta descubrió que su madre no era otra maníaca depresiva, bipolar y psicótica común y corriente gracias a un poema sobre un enano atascado en una lavadora. “Wilfred” tiene tiempo de ponerse existencial a su modo, ya sea por la transgresión de la automutilación o por chistes políticamente incorrectos donde los enanos entonarán una ofensiva réplica. La cuestión es que mientras que Ryan quiere calmar las aguas y evitar, en realidad, la felicidad por la confrontación de sus seres queridos, Wilfred toma cartas en el asunto vía res social y causa la ansiada catarsis. La vida de Kristen es su fracaso y no encontró la felicidad: tiene que mentir sobre sus posibilidades laborales o sus citas porque no ha encontrado su sitio y no considera justo que otros hallen la felicidad menos ella. Wilfred tenía razón y la futura boda del Dr. Cahill y Catherine pudieran ser el punto de encuentro y final de la serie. El destino recompensa al perro con un nuevo atropello y cliffhanger final donde un coche le desprende de una de sus patas (o brazos en su sentido antropomórfico) cumpliendo su sueño: ¡ya es un perro de tres patas! ¡POR FIN! ¿FIN?
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