Miniserie de TV
“The Honourable Woman”
Reino Unido
2014
Sinopsis (Página Oficial):
Protagonizada por Maggie Gyllenhaal. Cuando eran niños, Nessa Stein (Gyllenhaal) y su hermano Ephra (Andrew Buchan) fueron testigos del asesinato de su padre, un conocido fabricante de armas israelí. Ahora en la treintena, Nessa ha tomado el control de la empresa y reorientado su propósito sobre la conexión de Palestina e Israel con el fin de promover la paz. Sus esfuerzos le han empujado a los escenarios públicos y, mientras ella vive su vida bajo el foco constante de medios de comunicación y políticos, contrasta con su paranoia, demonios personales y su conducta peligrosa. Todo llega a un punto crítico cuando un secreto de su pasado amenaza con ser expuesto, su empresa se somete a un intenso escrutinio político y aquellos que eran los más cercanos a ella se convierten en sus enemigos más peligrosos.
¿En quién confías? ¿Cómo lo sabes? ¿Por cómo aparecen o lo que dicen? ¿Qué hacen? ¿Cómo? Todos tenemos secretos. Todos decimos mentiras, solo para guardarlas los unos a los otros… y a nosotros mismos. Pero a veces… pocas… algo puede pasar que no te deja otra opción más que revelarlas. Para que el mundo vea quién eres realmente. Tu yo secreto. Pero casi siempre, contamos mentiras. Ocultamos nuestros secretos a los demás, a nosotros mismos. Y la forma más sencilla de hacerlo es que ni siquiera sepas que lo son. Así que cuando piensas en ello de esa manera… es asombroso que confiemos en alguien.
“The Honourable Woman” trata sobre secretos y la confianza en las personas, ese invisible muro que proyectan los seres humanos y, por extensión, los pueblos y naciones. «¿En quién puedes confiar?», nos repiten en cada comienzo de los 8 capítulos que componen la miniserie tejida de metáforas e intenciones emitida por BBC Two y SundanceTV. Pero toda esa introducción se va diluyendo de la propia espiral de conspiraciones en la que sumerge su protagonista, voz en off y referente; como si cayéramos en esa mecánica moral repleta de grises y claroscuros que cubren cual máscaras las intenciones de todos los personajes. Todo está conectado cuando se trata de Israel y Palestina y no ha sido un buen momento para el estreno de una serie como “The Honourable Woman”, que no habla de buenos ni malos, ni de religión ni evidentemente de política sino del equilibrio de intereses (normalmente personales) que van reflejando los personajes que van desfilando o las naciones que interactúan en ese conflicto que se aparta de una recreación formal y visual predefinida. Se trata de un ficción sobre un halo y reflejo de realidad, pero siempre ficción. La miniserie escrita y dirigida por Hugo Blick (“The Shadow Line”) bien pudiera ser un film noir adaptado para la televisión siendo su contexto sociopolítico una simple excusa que pudiera costarle muchas críticas por declinar en posicionarse en un bando. Recordemos, no hay bandos sino muros invisibles que proyectamos para esconder nuestros secretos y cloacas morales.
Unos extraterrestres deciden invadir la Tierra y, para demostrar que van en serio, lo primero que hacen es destruir Londres y Nueva York. Luego aterrizan justo en la ‘Línea Verde’ entre Israel y Cisjordania y deciden convocar una reunión entre la autoridad palestina y el gobierno israelí. Su mensaje es simple: «¡La resistencia es inútil! ¡Deponed vuestras armas!» No puedo contarles con detalle lo que pasó después… pero, básicamente, al final sentirían lástima por los extraterrestres.
Nessa Stein es la Baronesa, el último bastión y posible esperanza para conseguir la paz entre Israel y Palestina y acercar la riqueza a ambos países frenando al terrorismo. Ella es un icono, una metáfora de la esperanza, pero como esos extraterrestres acabaremos sintiendo lástima del laberinto de mentiras en el que se ve atrapada. Ella también es víctima de su secreto y Hugo Blick juega con la imagen y el choque de la reiteración sobre elementos similares para partir de esa secuencia que abre la miniserie y que da sentido también a esos créditos cercanos a la onda expansiva de “Homeland”. Es cierto que la premiada y actualmente cuestionada ficción de Showtime abrió las puertas junto a la sintonía post 11-S a otro tipo de retratos más críticos y objetivos, más molestos de cara a la concepción muchas veces simplista y bipolar que proponen los mass-media. No es que la reciente “Tyrant” o también “The Honourable Woman” vayan a ser shows definitivos aunque Blick se recrea en el instante y la imagen por encima de los diálogos explicativos porque, tal vez, la historia ya nos la conozcamos sin que nos hayan contado.
Capítulo a capítulo, el rompecabezas se va resolviendo pero nuevas piezas crean un entorno repleto de capas que forman castillos temblorosos a punto de caer. He ahí el mérito de “The Honourable Woman”, en construir con inteligencia una gran red de espectros e intereses internacionales y personales con El Medio Oriente como un foco dramático y de suspense. Los enemigos son aquellos que te vas haciendo, nos indican, pero realmente los intereses se diluyen en la perspectiva. ¿Existe la creencia auténtica en una ‘causa’ o al final todo es simple y sencilla venganza, un simple juego de las principales potencias para recrearse como héroes de una contienda donde corre la sangre de otros? Los secretos van aflorando, desvelándose… las máscaras y muros van cayendo y revelando los rostros y miradas que allí se escondían. Blick se evade de la religión y estigmatiza la alegoría de la enfermedad para trazar el curso del odio y sus consecuencias. Los brutales giros del capítulo “The Hollow Wall” (1x07) sirven como gran clímax ante su resolución final teñida de la ironía y el malicioso humor negro, que se instauraron como los otros intérpretes de una miniserie que trata de hallar la esperanza en sus imágenes y su estilo ácido en el juego de despachos. Una ilusión que se proyecta del mismo modo que el inquebrantable espíritu de su protagonista, encarnada por una prodigiosa Maggie Gyllenhaal. Se trata de evadirse de ese fondo lleno de violencia, alejado sobre un vacío tan cercano a punto de hacer estallar los muros que nos separan de esa brecha. De ese diminuto orificio que divide dos mundos y que puede ser visto como una luz de expectativa, perspectiva y confianza. ¿La paz interior es la paz exterior más allá del perdón, de admitir que nos merecemos ese mundo caótico de intrigas y conspiraciones? ¿Nos merecemos realmente este mundo enredado, violento e incoherente?
Los colonizadores (EEUU y Reino Unido) levantan sus hilos para manejar a esas marionetas llamadas Israel y Palestina, que tratan de luchar y resistirse al gran poder y tensión impuestos. Los méritos de “The Honourable Woman” pasan por transmutar la pulpa de una telenovela en sus resortes noir y psicológicos, sumergiéndose a la esencia de esa naturaleza de suspense y drama. El conjunto queda resguardado sobre su introductoria y contundente secuencia inaugural, sobre la que va pivotando todo el discurso de una miniserie en la que no falta una historia de amor marcada por la nostalgia y el pasado. ¿De quién te puedes fiar? ¿El más simple objeto se puede convertir en la más mortífera arma? Y, entonces, ¿qué nos queda? Nos queda la mirada ensangrentada de dos hermanos que forman dos polos opuestos condenados a estar sentados y permanecer durante toda su existencia sobre esa sangrienta mesa presidida por un cuchillo de doble filo, donde las grandes corporaciones multinacionales y los países más poderosos marcan y apuntillan el mantel. Nos queda divisar y recrearnos sobre ese invisible muro, que nos separa de ese festín audiovisual y texto tan retorcido como velado, donde también estamos invitados a sentarnos y observar ese estile sanguinolento que marca el rumbo del contexto socio-político del mundo en el que vivimos. Ese virulento mundo con una tenue luz de esperanza que nos merecemos.
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