Con el cuarto capítulo de la sexta temporada de “True
Blood”, titulado “At Last”, el posicionamiento de la misma ha
quedado marcado cual mordisco. Tenemos una entrega de diez episodios y los avances
van a ser obviamente más ágiles, aunque la ficción de la HBO nunca se ha caracterizado por
dar vueltas sobre lo mismo. ¿O sí? Tal y como avanzaba en la review del anterior episodio, la serie
posiblemente se haya vuelto muy previsible ante la falta de ideas… pero “True
Blood” siempre ha sabido moverse entre la vergüenza ajena, lo estúpido, el cliffhanger y el «WTF!». Esta sexta
temporada es un reciclado para propulsar la ficción de la HBO tras la marcha de Alan Ball
y se augura una limpieza de reparto. ¿Con quién se quedarían ustedes? No, por
favor… no… ¿No digan que mantendrían a esos anodinos cuerpos musculados o
pechugas con sugerentes canalillos? No, por favor… no… Está claro que la serie
necesita una limpieza al completo y “At Last” es prueba de ello.
Como estamos en verano hay que despelotarse. Bueno,
en “True Blood” siempre están en verano… y consecuentemente
despelotados. ¿Qué ocurrirá si tuviéramos una temporada de la serie en pleno
inverno con todo cubierto de nieve y todos los personajes vestidos con forro
polar? Sí, la cancelarían al segundo capítulo por falta de audiencia. En este
capítulo la lluvia de torsos y melones va a ser bastante ostensible así como de
unos giros que se venían venir. La identidad de Warlow quedará revelada y no es
otro que Ben. ¿Lo dudaban? Lo descubriremos en el momento en el que decida
salvar a Jason de su muerte inminente con su propia sangre… y, obviamente, el
resto de personajes vayan descubriéndolo. Sobre todo Sookie, que une las piezas
sanguinolentas rápidamente mientras que su hermano se replantea su sexualidad.
¿No les recordó a esa secuencia onírica de Bill y Sam temporadas atrás?
“True
Blood” ahora actúa con dos frentes vampíricos unidos por un punto en común pero
separados por la nueva naturaleza jerárquica. Billith quiere sintetizar la
sangre de hada para salvar a los suyos de la luz del sol, que acabará con su
especie, mientras que Eric desea utilizar a Willa para transformarla en vampiro
derramando su sangre a través del crucifijo de la joven y, así, intentar frenar
la Guerra iniciada por Burrell. Billith y su esbirra Jessica mantienen preso a Takahashi para sintentizar la
sangre de hada con la que se toparán, cual recurso de guión tan insólito como habitual
de la serie, en las hijas de Andy que han crecido y ya tienen pechos… de
distintos tamaños. ¡Y las mayores de edad quieren diversión y alcohol! Rápidamente
Jessica las convence y acaban de party
en la mansión Compton. Su padre, por el contrario, inicia una búsqueda para
demostrarnos que Arlene y Terry no dan mucho juego si no tienen un Ifrit o una fantasma pisándoles los
talones. ¿Les incluimos en la limpia o la serie necesita personal familiar?
Niall se pondrá al día con Nora y explicará aquello
que sabe sobre Warlow pero a Nora le vuelve a perder el olfato y acaba reducida
por un grupo de oficiales de la LAVTF. La misma suerte correrá Pam ante la
mirada de una impotente Tara. Los vampiros van cayendo mientras el resto de
especies luchan entre sí. La manada de lobos va a perseguir a Sam, Nicole y
Emma, que serán conducidos fuera de la ciudad para protagonizar una extraña
revisión de una road-movie con cambiaformas, defensoras de los derechos de
especies sobrenaturales y cachorros de hombres lobo… Sí, esto es “True Blood”...
¿lo dudaban? Sam escupe las penas rápidamente y ya tenemos rollo con caballo
por medio… Esperemos que Lafayette pinte algo más en el asunto porque su nombre
va a empezar a sonar en las papeletas de descartes de cara al season 6 finale…
Los sueños eróticos de Jason hacen ver a Niall que
Ben es Warlow. La operación para derrotarle en pleno despelote (¿gratuito?) y ducha
era esperado por el vampiro-hada, que hipnotiza a Jason y desangra a Niall
escupiendo su sangre en la bañera. Mientras tanto, Sookie prepara una cena
pasada por plata… como la que le espera seguramente a Willa, que descubre el ‘engaño’
e intenciones de Eric. El vikingo quiere que Burrell vea que los vampiros
también son humanos y la niña quería simplemente perder su virginidad y, al
final, ha acabado siendo la segunda creación del milenario vampiro. En el
regreso a casa de la joven veremos que los tacones puntiagudos de Sarah Newlin
ahora marcan la política y que el corazón de Burell se reblandece… hasta que
Willa huele sangre de una herida y actúa como un bebé hambriento. Sarah también
nos demuestra que es de armas tomar… Willa acabará en el campamento y nos
preguntamos horrorizados si ya en cuatro capítulos está medio Bon Temps allí,
¿qué pasará en otros seis? Tampoco Warlow es muy fan de dejar cabos sueltos con
una excepción: Niall. Realmente fue aquel que le dejó vivir para continuar su
línea sucesoria miles de años atrás y, ahora, le envía a la dimensión que le
retuvo durante 20 años. ¿Todo cerrado o
veremos ese portal a conveniencia?
Como cada capítulo de “True Blood” tiene que
acabar fuerte y en alto (y algo de espanto) y tendremos a una Jessica
adolescente perpetua, que cede ante la deliciosa aroma como la miel de las
jóvenes hadas masacrando a todas ante la mirada de decepción de su papá. Da la
impresión de que Andy sabe que Bill está implicado y que los pasos de Billith y
Warlow están condenados a encontrarse para perpetuar la especie. ¿Quitó Warlow
el tapón de su bañera? ¿Convertirá Bill a las mocosas en vampiro-hadas para
dejarnos espatarraos como a su madre
en el paritorio? ¿Será Jessica castigada sin cenar? ¿Lanzará Sookie su Kame
Hame Ha (Supernova mode) sobre la espalda desnuda de Warlow después de su
perfecto plan de seducción? Lo descubriremos en “Fuck the Pain Away” si
es que no muere alguien más durante la semana…
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