EEUU
Director: Raja
Gosnell
2008
Título
original: “Beverly Hills Chihuahua”
Sinopsis (Página
Oficial):
Una consentida Chihuahua de
Beverly Hills llamada Chloe se encuentra accidentalmente perdida en las
humildes calles de México, sin ningún spa ni tienda exclusiva de Rodeo Drive a
la vista. Sola por primera vez en su vida, debe confiar en algunos inesperados
nuevos amigos, incluido un pastor alemán conocedor de las calles llamado
Delgado y un amoroso cachorro llamado Papi para que estos le 'echen una pata' y
la ayuden a encontrar su fuerza interior en su increíble viaje de vuelta a
casa.
[La nota de
esta obra de harte es de 11,48 sobre 10]
¿Qué lleva a un chihuahua a vagar?
¿Qué lleva a un chihuahua a vagabundear?
¿Qué lleva a un chihuahua a dejar su cama, montar su bolso y volverse a casa?
Cabalgar en un bolso más allá de la inmensidad, corretear bajo perfumes de Dolce & Gabbana, utilizar
tintes caninos y sumirse al ladrido agudo, son algunas de las vitales
cuestiones filosóficas que nos revela esta obra de arte in-temporal. Con
lágrimas en los ojos después de ver “Un chihuahua en Beverly Hills” puedo
afirmar que es lo más parecido que se ha hecho a “Centauros del desierto”, ¡nunca jamás! Pero nunca-nunca-nunca-jamás. La influencia de la lírica fordiana se establece correctamente en el filme de Raja Gosnell,
que utiliza magistralmente la fotografía y los
escenarios post-western para acentuar prodigiosamente el relato sobre los orígenes
peludos de una chihuahua pija y consentida.
Los tintes de pelo trágicos y los instantes humorísticos ahondan en la psique de humanos y perros para contrastar sus emociones y pasiones con amplitud estilística-efervescente dentro de valores plausibles como el honor, la familia y la amistad. La redención en cuadrupedia bajo los estigmas del pasado y la sangre, el lucimiento del Louis Vuitton y cepillado y baño de algas son transcripciones y metáforas así como el odio a Berlín de la chihuahua protagonista, como marcadas heridas latentes de la sociedad judía-norteamericana hacía las huellas del nazismo. No es una chihuaha cualquiera: es mandona, arrogante y la manipuladora de Beverly Hills, nueva metáfora del imperialismo estadounidense.
Como gotas de agua... |
No te insultes a ti misma… ¡No insultes a la raza de
los chihuahuas!
¡NO MÁS!
Sí, se acabó…
¡NO MÁS!
Los chihuahuas no somos juguetes ni accesorios de moda.
¡NO MÁS!
No nacimos para lucir sombreros ridículos ni viajar en bolsos.
¡NO MÁS!
Nunca más nos hablarán como si fuéramos bebés. Ya está bien de aguantar diminutivos como Pichurrín o Cielito.
¡NO MÁS!
No más nombres como Fifí, Fufú, Lulú o Chiquita.
¡NO MÁS!
Sí, los chihuahuas temblamos pero no para divertir a los humanos. Temblamos porque conocemos el poder de nuestra fuerza interior. NUESTRO LADRIDO.
¡NO MÁS!
Sí, somos pequeños pero somos poderosos.
¡NO MÁS!¡NO MÁS!¡NO MÁS!
Únete a nosotros. Abraza el NO MÁS… Busca tu ladrido… De ahí viene poder, de ahí viene tu ser.
¡SOMOS CHIHUAHAS! ¡QUE NOS OIGAN RUGIR!
Tu ladrido llegará cuando más lo necesites y esta gran
HOBRA MAESTRA ha llegado para gruñirnos directamente a los ojos. Ladrad de
envidia, si el maestro Ford rodara una película en la actualidad sería idéntica
a “Un chihuahua en Beverly Hills” y no hay lugar a dudas ni discusión; se trata de saber o no saber de cine... y no reconocerlo es de ser un IGNORANTE. ¿Lo es acaso usted?
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
¡GUAU!
¡GUAU!
[En rugido agudo, que conste]
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU!
¡GUAU!
¡GUAU!
[En rugido agudo, que conste]
Esta Es La Verdadera Hobra Maestra Del Siglo. Es Una Pena Que Boyero Todavía No La Ha Visto. Porque Si Lo Hiciera Se Le Rompería El Corazón De Las Emociones Que Transmiten Esta Película
ResponderEliminar¡QUE VIVA EL CINE!
¡BIBA EL CINE!
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