domingo, 21 de julio de 2013

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Un chihuahua en Beverly Hills: Lo más parecido que se ha hecho a “Centauros del desierto”

Un chihuahua en Beverly Hills”
EEUU
Director: Raja Gosnell
2008
Título original: “Beverly Hills Chihuahua

Sinopsis (Página Oficial):

Una consentida Chihuahua de Beverly Hills llamada Chloe se encuentra accidentalmente perdida en las humildes calles de México, sin ningún spa ni tienda exclusiva de Rodeo Drive a la vista. Sola por primera vez en su vida, debe confiar en algunos inesperados nuevos amigos, incluido un pastor alemán conocedor de las calles llamado Delgado y un amoroso cachorro llamado Papi para que estos le 'echen una pata' y la ayuden a encontrar su fuerza interior en su increíble viaje de vuelta a casa.

Crítica Bastarda:

[La nota de esta obra de harte es de 11,48 sobre 10]
¿Qué lleva a un chihuahua a vagar?
¿Qué lleva a un chihuahua a vagabundear?
¿Qué lleva a un chihuahua a dejar su cama, montar su bolso y volverse a casa?
Cabalgar en un bolso más allá de la inmensidad, corretear bajo perfumes de Dolce & Gabbana, utilizar tintes caninos y sumirse al ladrido agudo, son algunas de las vitales cuestiones filosóficas que nos revela esta obra de arte in-temporal. Con lágrimas en los ojos después de ver “Un chihuahua en Beverly Hills” puedo afirmar que es lo más parecido que se ha hecho a “Centauros del desierto”, ¡nunca jamás! Pero nunca-nunca-nunca-jamás. La influencia de la lírica fordiana se establece correctamente en el filme de Raja Gosnell, que utiliza magistralmente la fotografía y los escenarios post-western para acentuar prodigiosamente el relato sobre los orígenes peludos de una chihuahua pija y consentida.


Los tintes de pelo trágicos y los instantes humorísticos ahondan en la psique de humanos y perros para contrastar sus emociones y pasiones con amplitud estilística-efervescente dentro de valores plausibles como el honor, la familia y la amistad. La redención en cuadrupedia bajo los estigmas del pasado y la sangre, el lucimiento del Louis Vuitton y cepillado y baño de algas son transcripciones y metáforas así como el odio a Berlín de la chihuahua protagonista, como marcadas heridas latentes de la sociedad judía-norteamericana hacía las huellas del nazismo. No es una chihuaha cualquiera: es mandona, arrogante y la manipuladora de Beverly Hills, nueva metáfora del imperialismo estadounidense.

Como gotas de agua...
El jardinero y chihuahua rústico representan a los aborígenes del pasado norteamericano, así que la rata sea argentina y la iguana cubana no es casualidad ni mero detalle invisible del guión. La pérdida de los patucos y la desnudez de la protagonista canina acercan la búsqueda de su propia raza y negación existencial ya que esta brillante y precisa cinta demuestra que el cine necesita chupar y las lamer los ojos y orejas de los espectadores para darles HAMOR. Por ejemplo, cuando suena Enrique Iglesias en ese momento nocturno y existencial se alcanza uno de los momentos más dramáticos del cine del Siglo XXI que hay hubiera querido “Deseando amar”. ¡Qué lirismo! ¡Qué belleza! ¡Cuánto pelo! Esta inconmensurable versión peruana de “Centauros del desierto” establece sus cardinales en un memorable monólogo cercano al discurso de Ethan:

No te insultes a ti misma… ¡No insultes a la raza de los chihuahuas!

¡NO MÁS!
Sí, se acabó…
¡NO MÁS!
Los chihuahuas no somos juguetes ni accesorios de moda.
¡NO MÁS!
No nacimos para lucir sombreros ridículos ni viajar en bolsos. 
¡NO MÁS!
Nunca más nos hablarán como si fuéramos bebés. Ya está bien de aguantar diminutivos como Pichurrín o Cielito. 
¡NO MÁS!
No más nombres como Fifí, Fufú, Lulú o Chiquita. 
¡NO MÁS!
Sí, los chihuahuas temblamos pero no para divertir a los humanos. Temblamos porque conocemos el poder de nuestra fuerza interior. NUESTRO LADRIDO. 
¡NO MÁS!
Sí, somos pequeños pero somos poderosos. 
¡NO MÁS!¡NO MÁS!¡NO MÁS!
Únete a nosotros. Abraza el NO MÁS… Busca tu ladrido… De ahí viene poder, de ahí viene tu ser. 
¡SOMOS CHIHUAHAS! ¡QUE NOS OIGAN RUGIR!

Tu ladrido llegará cuando más lo necesites y esta gran HOBRA MAESTRA ha llegado para gruñirnos directamente a los ojos. Ladrad de envidia, si el maestro Ford rodara una película en la actualidad sería idéntica a “Un chihuahua en Beverly Hills” y no hay lugar a dudas ni discusión; se trata de saber o no saber de cine... y no reconocerlo es de ser un IGNORANTE. ¿Lo es acaso usted?
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! 
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! 
¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! ¡GUAU! 
¡GUAU! 
¡GUAU! 
[En rugido agudo, que conste]

2 comentarios:

  1. Esta Es La Verdadera Hobra Maestra Del Siglo. Es Una Pena Que Boyero Todavía No La Ha Visto. Porque Si Lo Hiciera Se Le Rompería El Corazón De Las Emociones Que Transmiten Esta Película

    ¡QUE VIVA EL CINE!

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