“Los nuevos extraterrestres”
Director: Juan
Piquer Simón
España
1983
Sinopsis (Fuente: Sensacine):
Un niño que vive
rodeado de animales por los que siente devoción encuentra un huevo especial. En
su interior se incuba el germen de un embrión alienígena. Cuando nace, la
criatura muestra una apariencia similar a la de un oso hormiguero. La cría se
alimenta por medio de una trompa, con la que coge cacahuetes. Además, el
extraterrestre es capaz de manipular el espacio y el tiempo con sus dedos. El
peligro acecha al nuevo amigo del niño cuando su existencia es descubierta por
un grupo de cazadores furtivos. El grupo, deseoso de atrapar a un ser tan
extraordinario como es el alienígena, inicia su búsqueda. ‘Los nuevos
extraterrestres’ es una película española dirigida por Juan Piquer Simón, un realizador que obtuvo estatus de figura de
culto en el mercado de la Serie B con producciones como “Mil gritos tiene la noche” y “Slugs,
muerte viscosa”.
Juan
Piquer Simón es uno de los más admirados
directores para todo fan de la tróspidez cinematográfica nacional, nuestro Ed Wood natural. “Los nuevos extraterrestres” es, además, nuestro BODRIO más
internacional gracias a su inolvidable aparición en “Mystery Science Theater 3000”, que catapultó la anti-obra maestra
a figurar eternamente en el Bottom
100 movies de Imdb y ser una de las 100 Peores Películas Españolas de Todos los Tiempos. La frase que resume la
película es la siguiente:
Los hombres te buscan
primero por tu carne y luego por la de ternera… pero está visto que si no
tienes una linda cara no hay nada qué hacer.
La carne
cinematográfica de “Los nuevos
extraterrestres” está compuesta de niebla —más que en todas las películas
de Jack el destripador juntas— y una conexión inmediata con “E.T., el extraterrestre”. Cuenta la
leyenda que el filme de Piquer Simón fue concebido
antes que la cinta de Spielberg y que los productores obligaron al director a rebajar la
violencia y poner más parecidos con “E.T.: The Extra-Terrestrial” durante el rodaje, debido a la
coincidencia de ambas cintas y acrecentar el oportunismo en taquilla. La obra
embrionaria, por lo tanto, quedó mutilada y su cercanía a la Serie B de los 50 o
a “Alien” fue reciclada
posteriormente con otras modificaciones para su distribución internacional a
finales de los 80 con insertos de otra película para sus títulos de crédito.
Así, estamos ante un filme mutante alejado de esos otros mockbusters o turksplotation,
como “El E.T.E. y el Oto” o “Badi”, defecados
desde la aparición de la ‘tortuga cuelli-larga’ parida por el director de “La guerra de los mundos”.
La otra realidad,
aparte de que en la película se alterna con el ‘día’ y la ‘noche’ incluso
dentro de la misma secuencia, es que está claro que si no tienes ‘una linda
cara’ no hay nada qué hacer. A la ignominiosa película Juan Piquer Simón le pasa algo parecido. Pese a los pocos medios,
pésimas actuaciones, nulo e injustificado guión y acabado cutre-total, el director
de “Supersonic Man” o “Slugs, muerte viscosa” siempre pensaba
en el consumado empaque de cine norteamericano de la época. En “Los
nuevos extraterrestres” únicamente la aparición de Concha Cuetos —incrustada en nuestro recuerdo gracias a “Farmacia de Guardia”— y los paisajes
de la Sierra de Guadarrama podrían remitirnos a estar viendo una película casposa-patria.
Luego tenemos a Trumpy (Trompi, para los amigos), que forma parte de una raza
alienígena nacida de un huevo, y que responde con violencia a las amenazas y ‘cosas
mágicas’. Es una especie de cruce (y mucho antes) de Vomitón y Alf alimentado
con leche y cacahuetes y fan del Simon. La película consigue ser tan-tan-tan-tan-pero-que-tan-confusa
—entre cantantes con un ego más grande que las tochas-aspiradoras de los alienígenas
maléficos y peludos, cazadores furtivos más perdidos que el guión de esta cinta
y guardabosques y pueblerinos de la zona con hijos tróspidos— que acabamos por
desconocer qué ‘narices’ (nunca mejor dicho) hacen los evil-E.T. al otro lado
del Atlántico ni cómo llegaron desde el espacio allí. Ese conglomerado de premisas junto a los peligrosos alienígenas,
cruce de cerdo y oso según los protagonistas del engendro, no lo arregla ni un
plan belleza de siete días…
Queda claro
que la película debería haberse llamado “Huevos
en la noche”… porque hay que tener güevos para no tirarse al suelo de la
risa con semejante BODRIO. De hecho, los fans de MST3K siempre han indicado que
el capítulo con esta película de telón de fondo fue el mejor con diferencia. Las
aventuras de Trumpy son indispensables para todo fan de la cultura basura, cine
cutre y arte del absurdo. Por favor, no abandones a Trompi… no abandones a “Los nuevos extraterrestres”.
Acabo de leer tus tres últimas entradas en el blog, y quería escribir algo ingenioso, pero no puedo. Jajaja! No puedo dejar de reír... estás to' loco, colega!!! Pobre JP Simon... era un tío majo!!!
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