“Dragonball Evolution”
Título alternativo: “Dragonball (and Brain) Execution”
Director: James
Wong
EEUU
2009
Sinopsis (Página
Oficial):
Basada en una de las series más conocidas de manga
japonesa, “Dragonball Evolution” cuenta
la épica aventura de un joven guerrero que descubre su destino...y salvar al
mundo de las fuerzas malvadas.
Como regalo de su dieciocho cumpleaños el revoltoso
Goku recibe una misteriosa Bola de Dragón. Sólo existen seis más y se dice que
al unir las siete cualquier deseo puede ser concedido a quien las posee.
Entretanto un anciano jefe de guerra llamado Piccolo se escapa de su cadena
perpetua y emprende su búsqueda a unir las bolas de dragón. Goku dependerá de
la ayuda de sus amigos y necesitará desarrollar su destreza en las artes
marciales para poder vencer a Piccolo antes de que sea demasiado tarde.
Ni “Prometheus” ni “Inland Empire”, la película del Siglo XXI que merece una
explicación se llama “Dragonball
Evolution” porque… ¿qué ‘balls’ quiso contar James Wong en esa escasa hora y media que provocó que fuera
considerada una de las diez Peores Películas del Siglo XXI? Voy a aventurarme a escribir algo sobre una cinta
que ha sido considerada, por muchos, equiparable y al mismo nivel de aversión del
exterminio nazi o la pederastia y, por lo tanto, soy consciente de que avanzo en
un terreno pantanoso, complejo y peliagudo. Es más, no me extrañaría mañana
abrir la puerta de casa y encontrarme una caja llena de DVD y Blu-ray de la
película como clara amenaza de muerte. No obstante, Twentieth Century-Fox ya amenazó previamente a toda la humanidad con estrenar la secuela el mismo día en que los mayas decían que se acababa el mundo al ver que nadie se tomaba en serio el Apocalipsis. El fin del mundo, gracias a un Super Saiyan God, no lo contemplaremos hasta 2015 con el estreno de “Dragonball 2: Reborn”. Avisados quedan.
El seísmo
que azotó en 2009, a propios y extraños, provocó que sigan resonando en nuestros
días el eco de los gritos de aquel entonces. «¡No nos toques las ‘balls’ (y
menos si son de dragón)!» o «¡Qué tengan balls
a poner un stand en una feria de cómics o la Comic-Con!», fueron muchas de las
innumerables amenazas de los fans internacionales de la serie espetaron. Justin Chatwin, al igual que el 98% de
los responsables y protagonistas, no encuentran trabajo en Hollywood y ya se habla de una cinta similar a
“Poltergeist” pero con cementerio
oriental empapelado de mangas de Goku esta vez. Y es que si uno compara la ira
de los radicales católicos y fervientes seguidores de las sagradas escrituras
contra Dan Brown, Ron Howard y Tom Hanks frente a la de los millones
de amantes de los cómics de Akira
Toriyama descubrirá que, salvando las blasfemas distancias, está película
engendra el odio. La indignación no se basa en que te guste o no o el casting
sea más acertado o menos insinuante, el problema es que el “Dragonball Evolution” no tiene nada que ver con “Dragon Ball”… ¿me explico? Si le
hubieran llamado “Me caí de una montaña
y me metí el pinar entero por mi orto” nadie les hubiera denunciado por
plagio… porque cualquier parecido con el manga es pura y mera coincidencia. Pero
si nos olvidamos de ese masivo levantamiento de brazos como símbolo de atraco,
de las millones de personas que nos hemos sentido insultadas y esperando un
Genkidama sobre la cabeza de los responsables que nunca llegó, toca reflexionar
y hallar una explicación. Preguntémonos, entonces, ‘EL PORQUÉ’ de este INSULTO:
HIPOTESIS EVOLUTION
✺ El director y/o productor de la cinta era un resentido que de
pequeño fue duramente agredido por sus padres y no le dejaban leer manga y
mucho menos “Dragon Ball”. Sus
compañeros, además, le robaban los cómics que tenía que conseguir en el mercado negro prostituyéndose y su represión sexual aumentó gracias a los clips de Sabrina
y Kylie Minogue en una televisión que no era de color. Nunca tomó en
condiciones un bocadillo de nocilla. ¡Nunca! Sí, no le dieron bocatas de
nocilla, ni tuvo cariño, ni amor, ni vio ‘Willy Fog’ ni ‘Campeones’, ni sintió
un cosquilleo cuando sonaba la melodía de cualquier serie de animación
japonesa, ni conoció a Naranjito, ni lloró con la muerte de Chanquete. ¡Este
señor es un hijo de Hans Landa como poco! Cuando cayó en sus manos la
adaptación dijo: «Us bais a cagär en to, memoles frikis. ¡Esta va a ser mi
venganza por todos mis traumas infantiles! JAJAJAJAJA ¡ME DESORINO! ¡DESTRUIRÉ
UNO DE LOS ICONOS DE VUESTRAS INFANCIAS PARA QUE SINTÁIS TODO EL ODIO QUE LLEVO
DENTRO! JAJAJAJAJA ¡ME DESORINO!». Todo lo anterior en inglés y con
equivalentes estadounidense, claro…
✺Nos hemos equivocado. “Dragonball
Evolution” es una obra de futuro. Dentro de 50 años la pasarán por la
filmoteca y la crítica internacional se preguntará cómo ningún mortal contempló
la formidable belleza y admirable arte de esta genuina y resplandeciente obra
maestra. No somos lo suficientemente cultos para entenderla, eso está claro.
Tal vez haya que tener un coeficiente intelectual que no exista en la
actualidad para concebir la magnificencia cinematográfica de esta obra
imperecedera de arte.
El tiempo
pondrá a cada uno en su sitio, pero que actualmente sea considerada una de las Peores Películas del Siglo XXI y sus notas en páginas de cine no las levanta
nadie ni en doscientos años ni pidiendo
un deseo a un Dios dragón. Esto último lo sé porque cuenta la leyenda toriyamana que alguien lo hizo y el
dragón le metió todas las bolas por el culo para cosérselo mágicamente después y
que se quedarán allí durante toda la eternidad. También dicen que es aquel que
te manda la caja de DVD y Blu-ray si escribes algo de esta película para
amenazarte de muerte. Aunque sea una leyenda urbana, no obstante, tengan cuidado
con este BODRIO que tocó las bolas a un planeta entero.
Esta claro, es la segunda hipótesis, la primera es demasiado realista en comparación y siempre debe ser la más descabellada.
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