“Sexo en Nueva York 2”
Título Original: “Sex and the City 2”
Director: Michael Patrick King
EEUU
Director: Michael Patrick King
EEUU
2010
Sinopsis (Oficial):
Diversión,
moda y amistad: “Sexo en Nueva York 2”
trae, de nuevo, todo esto y más cuando Carrie (Sarah Jessica Parker), Samantha (Kim Cattrall), Charlotte (Kristin
Davis) y Miranda (Cynthia Nixon)
vuelven a darle otro bocado a La Gran Manzana —y más allá— continuando con sus
agitadas vidas y amores en una nueva entrega realmente deslumbrante. ¿Qué
ocurre después de dar el ‘sí’ quiero"? La vida de estas chicas resulta ser
todo lo que han soñado pero, ¿no sería ‘Sexo en Nueva York’ si no nos brindara
algunas sorpresas? En esta ocasión en forma de una aventura glamorosa y soleada
que, a toda prisa, lleva a las mujeres lejos de Nueva York a uno de los lugares
más lujosos, exóticos, y vibrantes de la tierra, a un lugar donde la fiesta
nunca acaba y hay algo misterioso esperando a la vuelta de cada esquina.
La crítica
internacional sintió el horror.
Los Razzies
sintieron el horror.
Ricky Gervais y Photoshop sintieron el horror.
Millones de
personas también sintieron algo en común cuando vieron esta película: el
horror.
¿Quién no
pudo sentir el H-O-R-R-O-R?
“Sexo en Nueva York 2” es la cinta más aterradora vista
desde su estreno y, por extensión, la mejor película de terror del Siglo XXI. Calificada como una de las mayores aberraciones del 2010 y con uno de Los 10 Peores ‘Posters’ de la Historia del Cine, ni todas las películas juntas de la sección oficial
del Festival de Sitges llegan al 1% de espanto y mutilaciones aquí mostradas.
El filme, aparentemente, es un tratado sobre el tiempo, el feminismo, la
vacuidad y el sexo con la tercera edad. Aparentenemente, claro. Michael
Patrick King se vale de un inentendible y alargado metraje de 146 para
torturarnos con un carrusel de sobresaltos, sustos y terribles miedos. Comienza
brutalmente con la boda gay más hortera de la historia de la humanidad y
sacando a un monstruo de la Universal como homenaje: Liza Minnelli. Después continúa el H-O-R-R-O-R desde un simplista y
pesadillesco petardeo-desarrolleo:
Las hormonas
de Samantha, un horror.
La dudas
matrimoniales de Carrie y el sofá, un horror.
La dicotomía
laboral de Miranda, un horror.
La niñera
tetona sin sujetador de Charlotte, la scream
queen de este slasher conceptual.
Las
apariciones de fantasmas como Miley Cyrus o falsificaciones de Louis Vuitton provocan
cientos de gritos al instante… pero cuando Charlotte se coloca el refajo sudado
en pleno desierto arábico y Carrie suelta que tenga cuidado porque alguien
puede leerla los labios, muchos espectadores tuvieron que abandonar las salas por
su violencia explícita causando, incluso, hasta desmayos. Sus continuados desvaríos
entre ordinariez y humor facilón explotan en la secuencia en la que Carrie,
Charlotte, Miranda y Samantha cantan juntas
en un karaoke ‘I Am Woman’, sintetizando
todos los horrores del “El exorcista”
en apenas unos minutos… y nos quedan muchos otros de tormento. El hotel donde
se alojan tiene una atmosfera malsana en la que se respira y se siente al mal que
ya quisiera “El resplandor” pero las
torturas a las que serán sometidas las protagonistas dejan a “Hostel” en cosquillas con una pluma en
los pies: que te quiten los estrógenos en el aeropuerto, que no puedas
magrearte a gusto ante una sociedad que se escandaliza con un beso en público cuando provienes de un país civilizado en el que se escandalizan ¿con un pezón?, que seas
pro-feminista y tengas a cuatro sirvientes esclavizados calentándote la leche
para tomar el Cola-Cao y utilices a los hombres como objetos sexuales para luego quejarte de machismo, que un jeque
árabe te deje de pagar la más lujosa de las vacaciones o que tengas que hacer
lo indecible para no viajar en clase turista desde un país al que consideras
bárbaro y tercermundista pero que realmente está a la última debajo del burkha.
No es casualidad que desde que se estrenara “Sexo en Nueva York 2” comenzara la Primavera árabe. ¡No es
casualidad!
Repasar los
momentos dignos de pesadilla podría despertar traumas perpetuos pero nos
hallamos ante la película que mejor ha plasmado el terror este siglo: el
apartamento de casados es tan poco glamuroso como fantasmagórico que hace que el
edificio de “[•REC]” parezca la casa
de los Teletubbies, una atmósfera
malsana por la que Danny Boyle hubiera
vendido su alma para “28 días después”,
el mejor terror psicológico que deja a “Hard
Candy” en paños (rojos) menores, localizaciones de terror como Abu Dhabi
que no habría diseñado en su mente ni el mejor y más inspirado Guillermo del Toro para “El laberinto del fauno” o gente más
blanca, chunga y con más años que la niña de “Déjame entrar”. ¡Olvídense
de “The Walking Dead”, “Amanecer de los
muertos”, “American Psycho” y “Los otros”! ¡Olvídense porque aquí está lo
mejor de todas ellas! Muertas vivientes que corren más rápido que Usain Bolt a por un reloj vintage de rebajas, sociópatas
sofisticadas en potencia que dejan los juegos de Jigsaw en entretenimientos de
patio de colegio y secuencias tremendamente gores como cuando Penélope Cruz dice que es la
Vicepresidenta de la Bolsa de Madrid para constatar el nivel de profesionalidad
patrio. ¡GRITEN TODOS JUNTOS! Otros de los hechos que espantó a la audiencia en las salas fue la
nariz de Sarah Jessica Parker, más
peligrosa y letal que un cuchillo afilado que empuñara Patrick Bateman. Es un
hecho constatado que el público se tapaba la cara cuando Carrie se giraba pensando
en que le iba a sacar los ojos con la tocha picuda. ¡Y eso que la película era
en 2D! ¡Insuperable! ¡TODO aquí es insuperable! ¡Insuperable! Porque la cuestión es que estamos ante la mejor película de terror del Siglo XXI. Ante el H-O-R-R-O-R más absoluto. Sí, el H-O-R-R-O-R.
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