viernes, 1 de marzo de 2013

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The Americans (1x05) Comint: Señales de inteligencia

Con la noticia de que “The Americans” tendrá una segunda temporada todavía caliente, es un buen instante para repasar las sensaciones positivas de estos primeros cinco capítulos emitidos por FX. De momento, se ha ganado el furor de la crítica y el público va conociendo una de las mejores series norteamericanas que han llegado con este midseason plagado de bluffs y errores. A la espera de confirmar si “House of Cards” (más miniserie, que conste) es más y mejor, la ficción de Joe Weisberg y protagonizada por Keri Russell y Matthew Rhys quiere en sus primeros 13 capítulos sentar las bases de una serie con mucha proyección de futuro. ¿Más que la de “Homeland”? Veo más factible cinco buenas temporadas de “The Americans” que cinco de la serie que protagonizan Carrie Mathison y Nicholas Brody… aunque el tiempo dirá y espero equivocarme sinceramente. “Comint” es el quinto capítulo de la primera temporada de “The Americans” y es momento de repasarlo.

La actividad COMINT (Communications Intelligence) es el motor del capítulo de homónimo nombre. Consiste en esa obtención de información valiosa y secreta mediante una interceptación de comunicaciones y, obviamente, su desencriptado. El capítulo va a servir de base para asentar los personajes y respaldar una propuesta que ha crecido en cada capítulo. Ya no son necesarios los flashbacks aunque existe cierto juego en esos disfraces e identidades secretas (de su identidad ya secreta) que utilizan los espías rusos para mover una absoluta red de contactos. Desde que los rusos saben que los estadounidenses están construyendo un sistema de defensa que acabaría con su arsenal nuclear, los vientos fríos están más agitados que nunca. El tablero de ajedrez está colocado y las fichas están siendo reveladas. Phillip y Stan tienen respectivos apoyos dentro de las organizaciones ajenas y Nina será comprometida en este capítulo… mientras que Martha y sus zapatos sexys podrán dar mucho juego en el futuro.


35 años y 8 meses de matrimonio… y ni una pregunta de su trabajo, puede ser el resumen de aquello que saca Elizabeth a un hombre llamado Adam Dorwin, que trabaja para un grupo de tecnología láser. Resulta ser que Adam es un espía ruso y está solo desde la muerte de su mujer. Elizabeth descubrirá por Claudia que Adam necesita una reunión o podrían perderle, pero en la ‘Rezidentura’ soviética todo el mundo está encerrado sin poder hacer movimientos por un nuevo cifrado que están usado en sus radios los agentes del FBI. El objetivo de Phillip y Elisabeth será en este capítulo hacerse con esos códigos para facilitar la reunión de Adam con Vasili, al que llama desesperado desde una cabina alertando al FBI. “Comint” nos servirá también para mostrarnos que Beeman es un personaje mucho más complejo y sumido en una crisis matrimonial. Parece que él vive una farsa… Realmente el capítulo nos va a mostrar tanto la complicada vida de alcoba de una pareja de espías, que ahora son realmente pareja (y matrimonio), y el distanciamiento de Beeman y su mujer. La relación del agente del FBI y Nina también se afianza aunque su carácter es peliagudo y afilado, ya que no existe la confianza mutua cuando a la rusa no le queda más remedio que colaborar.


A golpe de mamada Nina se hará con la información del encuentro entre Vasili y Dorwin y comenzará una cadena de acontecimientos y contactos. La jugada de ajedrez está servida y veremos que la adrenalínica y peligrosa misión de Elizabeth y Phillip para conseguir los códigos, realmente no ha servido por mucho. Vasili es consciente de que el FBI le sigue y realmente en un puente se despide (en la distancia) de su amigo: Elizabeth debe asesinar con un disparo entre ceja y ceja a Dorwin. En la embajada soviética, Vasili y Arkady analizan todo: obviamente hay un traidor en la casa… y es coherente que Nina sea puesta a prueba en el futuro. ¿La reutilizarán como agente doble para pasar las mamadas al propio Beeman? Queda en la recámara la información que saca Elisabeth a golpe de correazo en su espalda por parte de Kurt Schultz, cuya empresa ha descubierto la manera de hacer un sistema de camuflaje de señales portátiles y esa nueva ración de drama matrimonial y choque laboral de un matrimonio de espías. La confianza sale victoriosa y también el buen sueño porque se avecinan pesadillas. De momento, “The Americans” vuelve a mostrar señales de inteligencia.

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