Con la noticia de que “The Americans” tendrá una segunda temporada
todavía caliente, es un buen instante para repasar las sensaciones positivas de
estos primeros cinco capítulos emitidos por FX. De momento, se ha
ganado el furor de la crítica y el público va conociendo una de las mejores
series norteamericanas que han llegado con este midseason plagado de
bluffs y errores. A la espera de confirmar si “House of Cards” (más
miniserie, que conste) es más y mejor, la ficción de Joe Weisberg y
protagonizada por Keri Russell y Matthew Rhys quiere en sus
primeros 13 capítulos sentar las bases de una serie con mucha proyección de
futuro. ¿Más que la de “Homeland”? Veo más factible cinco buenas
temporadas de “The Americans” que cinco de la serie que protagonizan Carrie
Mathison y Nicholas Brody… aunque el tiempo dirá y espero equivocarme
sinceramente. “Comint” es el quinto capítulo de la primera temporada de “The
Americans” y es momento de repasarlo.
35 años y 8 meses de matrimonio… y ni una pregunta de su trabajo, puede ser
el resumen de aquello que saca Elizabeth a un hombre llamado Adam Dorwin, que
trabaja para un grupo de tecnología láser. Resulta ser que Adam es un espía
ruso y está solo desde la muerte de su mujer. Elizabeth descubrirá por Claudia
que Adam necesita una reunión o podrían perderle, pero en la ‘Rezidentura’ soviética
todo el mundo está encerrado sin poder hacer movimientos por un nuevo cifrado
que están usado en sus radios los agentes del FBI. El objetivo de Phillip y
Elisabeth será en este capítulo hacerse con esos códigos para facilitar la
reunión de Adam con Vasili, al que llama desesperado desde una cabina alertando
al FBI. “Comint” nos servirá también para mostrarnos que Beeman es un
personaje mucho más complejo y sumido en una crisis matrimonial. Parece que él
vive una farsa… Realmente el capítulo nos va a mostrar tanto la complicada vida
de alcoba de una pareja de espías, que ahora son realmente pareja (y
matrimonio), y el distanciamiento de Beeman y su mujer. La relación del agente
del FBI y Nina también se afianza aunque su carácter es peliagudo y afilado, ya
que no existe la confianza mutua cuando a la rusa no le queda más
remedio que colaborar.
A golpe de mamada Nina se hará con la información del encuentro entre Vasili
y Dorwin y comenzará una cadena de acontecimientos y contactos. La jugada de ajedrez
está servida y veremos que la adrenalínica y peligrosa misión de Elizabeth y Phillip para conseguir los
códigos, realmente no ha servido por mucho. Vasili es consciente de que el FBI
le sigue y realmente en un puente se despide (en la distancia) de su amigo: Elizabeth
debe asesinar con un disparo entre ceja y ceja a Dorwin. En la embajada
soviética, Vasili y Arkady analizan todo: obviamente hay un traidor en la casa…
y es coherente que Nina sea puesta a prueba en el futuro. ¿La reutilizarán como
agente doble para pasar las mamadas al propio Beeman? Queda en la recámara la
información que saca Elisabeth a golpe de correazo en su espalda por parte de Kurt
Schultz, cuya empresa ha descubierto la manera de hacer un sistema de camuflaje
de señales portátiles y esa nueva ración de drama matrimonial y choque laboral
de un matrimonio de espías. La confianza sale victoriosa y también el buen
sueño porque se avecinan pesadillas. De momento, “The Americans” vuelve
a mostrar señales de inteligencia.
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