“¿Quién quiere casarse con mi hijo?” AKA “QQCCMH” AKA “¿Quién
quiere casarse con mi hijo tróspido?” llegó a una fase determinante,
ya que los tróspidos eligieron al/la finalista en ausencia materna. Sin suegra
a la vista, las candidatas y candidatos intentaron seducir a los solteros en un
intento de trospidez desesperada. Los tóspidos tuvieron que decidir en el viaje
romántico y genital, en el que se hallaban inmiscuidos, para saber quién puede
casarse con ellos… o si seguirán enlazados con su madre a perpetuidad. Tal y
como pudimos ver en el pasado programa, el docurreality presentado por Luján
Argüelles y emitido por Cuatro ha elevado el nivel de trospidez
en redes sociales a niveles insospechados. #QQCCMH7 y #santróspido acabaron encabezando
los trending topics de la noche. Por favor, un aviso a los responsables: queremos
un spin off de las madres YA. ¡Y un premio para el técnico de sonido! Ahora es
momento de centrarse en los hijos tróspidos y sus desventuras en este nuevo
programa fatal.
Isidoro y Dolores han demostrado ser un perfecto filón mediático y su
andadura almodovoriana no ha hecho nada más que comenzar. Benidorm sigue siendo
el escaparate de una dura decisión para Isidoro. Dura, tanto en el sentido
eréctil como pasional… claro. Natalia y Alexandra son la noche y el día, el
corazón o la garantizada erección. Con un desayuno pasado por chocolate erótico
descubrimos las referencias musicales de Dolores: de Deep Purple a Pink Floyd…
de Leño a ¿¡Ramoncín!? Acabaron en un karaoke y en desfogue total, pero también
Isidoro tuvo celos por un acercamiento masculino en pleno escenario a Natalia.
Alexandra le dio en toda la boca: «ahora ya sabes lo que sentimos nosotras». ¿¡Y
nosotros qué!? Los espectadores sentimos que la despedida de Dolores con un
regalo tróspido a Alexandra que emocionó hasta Spielberg fue esplendido. Isidoro llevó, ya sin el cordón umbilical, a sus
chicas a Penélope y sacó a Alexandra fuera para tomar el duro ultimátum entre
su demonio y ángel interior… Sorprendentemente tomó su primera decisión con la
cabeza en su vida y evitó al pito y al potorro… Vuelve al interior con Natalia para regocijo, sorpresa y aplauso de la audiencia. ¿El cielo o nuestro futuro infierno?
Gabi y Toñi en La Rioja han proporcionado suficientes momentos tróspidos pese a la notable ausencia de la imprescindible Jia Liu. Todos sabemos que aquí huele a incesto y que Gabi al final se quedará con su madre, pero de momento manda el momento. Aunque recuperaremos a la china virgen carne de spin off para la gala final, nos centramos en la previsible elección del míster, empresario de la noche, futbolista… y ahora torero… En la plaza de toros se lleva a unas descontroladas Priscila y Patricia para ponerlas los cuernos. Gabi dice que era un killer pero una vaquilla acaba saliendo victoriosa. A Patricia le picó una avispa, después le pilla un toro y la noche anterior la pilló Gabi. La ha pasado de todo… confesaba Priscila. Y es que el personaje más tróspido de esta edición de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” se encuentra en su personal gruta del terror. Moscas y ramos, ramos y moscas para designar a Patricia como finalista… aunque tenga que luchar con la rival más complicada: la propio Toñi Lannister. Sí, esta niña operada muere envenenada en el convite de bodas… si es que llega, claro. Priscila fue trending topic y objeto de burlas y chascarrillos. Reíros, reíros… pero Priscila será la presidenta de la Comunidad de Madrid en 2019 cuando acabe sus estudios de Derecho Paramental.
Pedriño y Mary en Tarifa son víctimas de una llamada y revelación. Manu
recibe una call y se va con el rabo entre las piernas a Amsterdam a un
evento importante a por all. El actor porno solamente piensa en el cash, en el cash… y en
el cash. Pedriño se queda compuesto y sin madre con el único consuelo de su musculado camionero casto y precavido: aquí no se viene a fornicar sino a enamorarse... si es que alguien se puede enamorar de Pedriño y sus barbies, claro. Mientras que Pedriño se imaginaba como la protagonista de ‘Lágrimas de esperma
con destino Amsterdam’, rápidamente pasó a una ‘segunda perspectiva’. La visita
a Marbella, con eau a corrupción, parecía confirmar que Ángel iba a ser
el finalista y elección por escape de rabo. Si por la mañana surgieron los toreros
mariquitas y sin paquete, por la noche llegaron el rabo y los cuernos. Joyas y empalmadas, fueron los dilemas de Pedriño y un encuentro revelador con Olivia
Valere indicaba que el rumbo del imberbe iba a ser sobre ruedas y en la
cabina de un camión. Nada es lo que parece: mucha choni encubierta, mucho señorito
andaluz y mucho bolso de mano con poco glamour… pero para bolsas las de
Pedriño. Parece que en la caravana del amor la siesta fue con clavada de
Cupido X. Pedriño da puerta, contra todo pronóstico, a Ángel y prefiere esperar el retorno de su actor
porno en plena gira de clavadas. Ángel deja las cosas claras a Pedriño y le dice todas las verdades sin derramar su copa. Para
Pedriño se trata de la respuesta de una marica despechada con toques de marica
mala. A los espectadores nos ha defraudado la decisión… salvo que huela a cash
o cubierta de DVD X con Pedriño y Manu. Aunque, ¿¡qué se podía esperar de un fanboy de
Chenoa!?
Luis Carlos, Álvaro y Paqui
son el trío más cani de la edición. Mientras que Paqui intenta hallar un punto
de control para sus hijos llega el desequilibrio. Asturias y amigas y cuñadas
con derecho a roce parece la producción, aunque Miriam, Elena y ‘Corde’ y
Sara podrán hallar la decepción. Luis Carlos y Álvaro deberían superar sus
traumas y montar de una vez una orgía [‘Corde’ incluida]. Si alguien me dice después de
ver lo de Luis Carlos y Álvaro y 'alrededores' que no ha deficiencias en la
educación actual… que siga internado en el psiquiátrico. Escanciar la sidra se
convierte en un trauma para los espectadores, en su sentido fonológico y gramatical, pero la decisión es clara (y
obvia). Con Paqui fuera, Álvaro se queda con Sara y Luis Carlos da carpetazo a
Elena y ‘Corde’. ¿¡Alguien esperaba otra cosa!? Elena pone fina a Miriam: suelta,
víbora, camella, maleducada, malvestida, tiparraca, tipeja… En definitiva: «El cani se queda
con el choni». ¿Qué opinará de todo esto Paqui en pleno altar?
Javi e Isabel siguen
deambulando entre la euforia y el odio. Isabel quiere en la vida de su hijo a
Sara… pero Rocío se va imponiendo como clara acompañante final. Sara parece
harta de heriditas en el corazón y que su supuesto churri vaya petando en Tokyo
o que le peten en Ibiza. Pese a un catastrófico accidente en alta mar de un
plátano gigante sin víctimas mortales, el escupefuegos… escupe… primero a su madre, pero se queda
sin decisión final. ¿La tendrá clara como el resto de participantes en el programa final de “¿Quién quiere
casarse con mi hijo?” que veremos la semana que viene? ¿O disfrutaremos de la bajada de pantalones de madres y lo que no es madre?
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