Va a costar olvidarse de esta primera parte de la
tercera temporada de “The
Walking Dead”… Y mucho. Ya no
se trata simplemente de los millones de espectadores que siguen una serie en
una cadena de cable mientras que AMC se
puede frotar las manos, ni que Glen Mazzara y
Robert Kirkman formen un equipo perfecto o que la crítica
norteamericana aplauda unánimemente a la ficción… sino de que los fans por fin
pueden presumir de serie más allá de cómic, fenómeno social y viral y
merchandising. “Made to Suffer”
cerrará la primera parte la próxima semana y nos quedaremos sin serie hasta
febrero… Ya resuenan las nuevas noticias: Chad Coleman fichado
para interpretar a Tyresse, el sospechoso tweet borrado de Laurie
Holden que podría servir de spoiler para su muerte en el season
finale de la presente temporada o el regreso de Morgan Jones (Lennie
James)… De momento, manda hincar el diente a “When
the Dead Come Knocking”, séptimo capítulo de la tercera temporada de “The
Walking Dead”.
Si la muerte llamó por teléfono a Rick, ahora cobra
forma de vida en una debilitada Michonne que visitó, al cierre de “Hounded”, al
sheriff en la prisión. Obviamente la división de fans era muy visible en las
libres licencias que el propio Robert Kirkman está
dando sobre el material original. También es lógica cierta escisión anterior al
haber ‘errado’ con las decisiones. De la primera temporada tan sólo gustó el
piloto y para colmo no se desviaba apenas unas viñetas del original. La segunda
comenzó mal… pero acabó demasiado bien. Y, ahora, en esta tercera el desvío es
notable pero al mismo tiempo su resultado en pantalla funciona impecablemente.
Tendremos un público, donde mi incluyo, que valorará la serie como algo independiente y otros que cada vez
se quedarán con menos pelo sobre sus cabezas. Tal vez el frikismo sea una tarea
arda y dura, el mayor virus que asola el planeta con su afilada guadaña. ¿Está
dispuesto a sufrir tanto? ¡Cómase los cómics o apague la televisión! ¡No hay
más opciones salvo que quiere ir disfrazado de Walter White toda su vida!
En Woodbury Merle interroga a Glenn, exigiendo saber
la ubicación de su grupo. Glenn obviamente se niega e incluso propina un cabezazo
a Merle. Maggie se encuentra en la habitación contigua y escucha, aterrorizada,
como Merle responde al cabeza con continuados golpes sobre su novio… Esto es
tan sólo el aperitivo…
En la prisión nos quedamos con Michonne que, al
tocarse su herida y empapar su mano con sangre, delata su ‘humanidad’ a los
caminantes. Su katana no es suficiente al caer desmayada y es salvada por Carl
y Rick… que comprueba que la herida proviene de un disparo y recoge el cuerpo
de la luchadora mientras que su hijo toma las provisiones… Michonne se levanta
en la sala principal de la prisión y es interrogada por Rick, que le pregunta
su nombre. Obviamente no se fían de ella pero tampoco Michonne de ellos. Rick
es interrumpido por Daryl para descubrir la noticia más positiva aparte del
nacimiento de su hija. Carol sigue viva y el abrazo con Rick forma parte de
esos momentos sensibleros necesarios en una serie tan ‘inhumana’ como
“The Walking Dead”. Carol se da cuenta de que Lori ha muerto y da el
pésame a Rick mientras que Michonne, encerrada, observa todo. Ya sea por su
odio hacia el Gobernador o porque ve que puede confiar en ellos, Michonne
informa al grupo del secuestro de Glenn y Maggie por el mismo tipo que le
disparó. El chantaje ni la coacción funcionan con ella pero finalmente les
habla de Woodbury, del Gobernador y su sonrisa falsa, de los 75 supervivientes
que habitan en la misma e incluso se ofrece a ayudarles en su peligrosa misión
de rescate. Esta chica lo que quiere es marcha-marcha… o venganza-venganza…
Rick, Daryl y Oscar deciden ser el equipo de rescate
de Glenn y Maggie. Cargan un coche con armas mientras que Rick aparta a un lado
a su hijo Carl para protagonizar el segundo momento sensiblero-familiar del
capítulo. Carl ha pensado en un nombre para su hermana: Judith, como su maestra
de tercer curso. Rick sonríe y veremos que Carl tendrá que hacer frente a
problemas en “Made to Suffer” por
obra y gracia de los guionistas. ¡No todo iba a ser fácil! Pero, de momento y
en este capítulo, nos vamos a centrar en la misión rumbo a Woodbury de los
chicos… y la chica. En el pueblo del Gobernador vamos a ver cómo hábilmente quiere
utilizar a Andrea y le hará partícipe de una misión para ayudar a Milton en su
laboratorio con el Sr. Coleman. Mientras tanto, comprobaremos que la tortura
sobre Glenn nos surte efecto pero él mismo se delata al nombrar a Andrea como
miembro del actual grupo ni tampoco alegrarle el día al conocer la muerte-leeeeeeeeenta de T-Dog… Merle decide que un caminante decida si un maniatado
Glenn merece vivir y acreditaremos que la supervivencia del asiático no es
casualidad. Una silla y una pared son suficientes elementos para liquidar a un
hambriento caminante en apenas un par de minutos. ¡Y sin manos! Respecto a
Andrea y el misterioso Sr. Coleman descubriremos más elementos de las
investigaciones de Milton. Es cierto que el científico quedó animado con los
caminantes de Michonne pero su ‘incultura’ del mondo zombi y la falta de
familia y contacto con la Apocalipsis le han transformado en un ser que todavía
cree que puede lidiar con la maltrecha mente de los caminantes. El experimento
consiste en el propio Sr. Coleman, que va a morir por un intratable en estos
tiempos cáncer de próstata. Va a sucumbir pero se ha prestado como sujeto a experimentación.
Milton quiere jugar con su subconsciente antes de la transformación. Andrea le
advierte de aquello que pasará y verá… y la rubia no se equivoca. El Sr.
Coleman levantó la mano… pero para zamparse al Sr. Milton. Los reflejos y el
cuchillo de Andrea salvan al nervioso científico friki que anotará sus
¿fiascos? en su diario.
Nos va a interesar más lo que ocurre con Glenn
aunque los experimentos de Milton estén vinculados seguramente con la hija-sobrina-animal-de-compañía-caminante
del Gobernador… e incluso con la propia vida del científico. Ante la falta de
efectividad en el interrogatorio de Merle, el mismo Gobernador toma las
riendas. Empieza con Maggie y sus tácticas de buen chico pero no funcionan. También lanza un guiño al cómic con esa amenaza de cortar la mano... de Glenn. Maggie verá la cara de depravación y manipulación del Gobernador mientras su
sujetador cae al suelo. No hay violación… pero tampoco lo necesita… ya que se
persona con la novia de Glenn en topless para que el asiático vea y piense…
mal. El chantaje y coacción es directa y decide apuntar primero a Maggie y
después a Glenn… para que su novia tenga que delatar la ubicación de su
campamento, el número de supervivientes y que se establecieron en la prisión
después de liquidar a los caminantes de su interior… Nota: el abrazo de Glenn y
Maggie descamisada no entra en los momentos sensibleros del capítulo.
El Gobernador es consciente de que el grupo de Glenn
y Maggie vendrá a buscarles. Cierto es… Nos quedamos con ellos en un choche
camino a Woodbury, aunque Michonne advierte que hay patrullas y tendrán que
completar la última milla antes de que anochezca a pie. Se encontrarán en el
bosque con una numerosa horda de caminantes y tendrán que refugiarse en una
cabaña. En el interior esperábamos a un caminante pero allí habita un hombre en
la cama armado que les amenaza con dispararles. No sé si el tipo, acreditado
como Hermit, está más perdido que un sordo en un tiroteo o un ciego en una
Apocalipsis Zombie. La realidad es que el tipo les amenaza con llamar a la policía.
¿La del Gobernador? ¿Forma parte del equipo de vigilancia del mismo? Rick se
identifica como fuerza de la ley pero sabemos que no lleva su placa encima. Le
sirve para intentar reducir al ¿lugareño? que ansiará salir por la puerta
delantera repleta de caminantes hambrientos. Michonne decide sofocar las glotonerías
carnales de los caminantes y atraviesa al desfogado superviviente con su
afilada katana. El grupo decide arrojarle como distracción a los eternamente famélicos
zombis para escapar por la puerta de atrás.
El choque es inminente pero también el cierre de esta
primera parte de la tercera temporada. Con la información sobre la prisión el
Gobernador se dispone a tomarla… Primero envía a Merle y Caesar Martinez a los
alrededores para conseguir más información. Por la cabeza del Gobernador pasó
la idea de refugiarse en la misma pero Merle le indicó que no era viable. Ahora
comprueba cómo el grupo del hermano de éste lo ha hecho con menos efectivos…
Con el trabajo sucio realizado el plan parece perfecto… pero cuenta, como
siempre, con unos inconvenientes. Lo primero es la sangre y sabe que el enfrentamiento
entre Merle y Daryl será próximo y necesita a su mejor hombre y su afilado
garfio-cuchilla de su lado. Lo segundo y vinculado con lo primero es el
acercamiento del grupo de Rick ya a los muros de Woodbury. De momento, le queda
el consuelo de Andrea y el descubrimiento del fallido experimento de Milton… «Todo
se ha terminado… Todo está bien.» suelta a Andrea redimida al buen whisky mientras
le abraza… Sabemos que aquí nada se ha terminado sino que ha vuelto a comenzar.
¿Seguiremos vivos otra semana para disfrutar del ansiado primer desenlace de la
temporada o lo reviviremos como muertos con nuestros ojos inyectados en un
virus adictivo llamado “The Walking Dead”? Por
cierto, ¿nos ha recordado la banda sonora final a Carpenter?
Ralex:
ResponderEliminarCapítulo sencillamente brutal, el pasado capitulo era de trancision, pero este, este es la antesala para el cierre de la primera parte, y de aca a esperarnos HASTA FEBRERO, pero bueno aprovechare a ver la primera temporada y de paso revivir la segunda.
Hola Ralex!
EliminarPara algunos ya es la mejor serie de la parrilla televisiva. Me preocupa, no obstante, la cuarta temporada sin Glen Mazzara que el regreso de la tercera. Prometer rematar las buenas sensaciones.
Saludos bastardos y gracias por el comentario! ;)
JEJE POBRE HOMBRE EL D LA CABAÑA, PERO CON LO LOCO Q ESTABA M EXTRAÑA Q NO SE LO HUBIERAN ALMORZADO ANTES
ResponderEliminar¿¡Qué hacía AHÍ!? ¿Han elegido al más tonto y dormilón para proteger la zona más peligrosa?
EliminarSaludos!!!