Japón
Director: Makoto Kamiya
2012
Título original: “biohazard DAMNATION
(Resident Evil: Damnation)”
Sinopsis (Filmaffinity):
El agente especial de Estados Unidos, Leon S. Kennedy, se filtra en un
pequeño país de Europa del Este para comprobar rumores de que armas Bio
Orgánicas están siendo utilizadas en la guerra. Inmediatamente después de su
filtración, recibe órdenes del gobierno de Estados Unidos de abandonar el
lugar. Decidido a descubrir la verdad, hace caso omiso de la orden y entra en
el campo de batalla para poner fin a la cadena de tragedias causadas por dichas
armas. Secuela del film de animación digital “Resident Evil Degeneration”.
Si “Resident
Evil: Degeneración” daba para
más, “Resident Evil: La
maldición” sigue produciendo las
mismas e idénticas sensaciones: Capcom no acaba por rematar a nivel
cinematográfico las grandes virtudes de su franquicia de videojuegos y sus
carismáticos personajes. El gigante de la industria del entretenimiento sigue
prometiendo realizar la película definitiva de ‘Resident
Evil’ y produciendo finalmente obras fallidas pese a sus
continuados homenajes a su mundo pixelizado. Otra cuestión es el éxito que tuvo
su anterior película directamente lanzada a DVD y el que seguramente tendrá
esta nueva entrega.
Mientras que Paul
W.S. Anderson ha hecho un
popurrí gothic-pop a conveniencia e indiscreción, los largometrajes de
animación de Sony y Capcom denotan aquello que los seguidores echan de menos en
los videojuegos: la construcción de una atmósfera malsana que convierta la obra
en un survival horror y no un videojuego de acción. Si “Resident Evil 4” marcó un giro en la saga se espera que “Resident Evil: La maldición” pudiera acercarse por su argumento y personaje
principal a la premisa. Pero el objetivo es hacer películas independientes que
acaban convirtiéndose en secuencias cinemáticas: simple elasticidad pixelizada
y cobertura de entretenimiento vacuo.
Entre revoluciones, sabios, oligarcas y presidentas sacadas del Tekken, hay un interesante fondo pero una
desaprovechadísima forma. Aunque cuando dicen aquello de «Nunca pensé que me
salvaría un ABO» pensaba que decían NABO… Si la cosa es dar miedo unos ABO con
gran NABO darían mucho más miedo, ¿no? Tiene momentos chanantes plagiados de “La cosa”, “La
invasión de los ultracuerpos” y “Lord of the
Rings”. Contiene instantes con
luchadores-pro-liberalización
y con poco cerebro e incluso se permite demostrar que Los Ingenieros
en “Prometheus” podrían haber dado mucho más juego. Posee, además,
sus detalles en planos subjetivos y realmente funciona cuando se convierte en un
filme de animación de acción, aunque la sensación reiterada es que a continuación
va a pasar a un modo juego para que manejemos a Leon Kennedy y Ada Wong con nuestro mando… El problema de todo el invento
tiene dos nombres propios: Shotaro Suga y Kamiya Makoto, director y
guionista de “Resident Evil Degeneration”. Y aquí hemos dado con un difícil hueso por mucho que
muestra analogías de colapsos de sistemas sociales, diferenciación entre
escalas sociales, guerras civiles y conspiraciones a gran escala: si vuelves a repetir fórmulas que no funcionaron
en la anterior película, poco puedes avanzar… Aunque el éxito de estas
películas ata, intoxica e infecta a modo de virus al producto que esté por venir.
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