Cuatro capítulos sobresalientes han despejado dudas
a los más escépticos: “The Walking Dead” quiere
empezar a ser una serie más
que notable dentro de la excelencia televisiva. A la espera de confirmar la
primera gran temporada y definitiva de la ficción amarrada por Glen
Mazzara y Robert Kirkman, “Seed”, “Sick”,
“Walk with Me”, “Killer Within”, y ahora “Say the Word” quieren
dejar claro que éxito, televisión por cable, popularidad, terror, casquería y
soberbia calidad pueden estar ligadas en una misma ecuación. La serie de la AMC ha
dado en el blanco como si la audiencia fuéramos caminantes a la deriva,
atraídos por algo (o alguien) que queremos devorar hasta las entrañas. Es
momento de revisar al detalle, dedillo y entresijo “Say the Word”, quinto
capítulo de la tercera temporada de “The Walking Dead”.
Contrastes e interiores sería un título alternativo
a esa palabra mágica o clave dentro de una serie que cada vez admite más
dobleces. Por un lado, en “Say the Word” vamos
a comprobar que el letal virus que ha causado una Apocalipsis y llenado el
planeta de caminantes podría estar mutando mientras que la locura
interior de los ‘lideres’ es mostrada. El enfrentamiento entre Michonne y El
Gobernador va a ser inminente y vamos a ver que la acción tiene que tomar su
curso para forzar un encuentro y reunión en el grupo. Quedan tres capítulos
hasta el corte de los restantes que compondrán la tercera temporada y es
previsible que en “Made to Suffer”, octavo
capítulo que se emitirá a principios de diciembre, disfrutemos de la colisión
entre Rick Grimes y el misterioso Gobernador. Ahora mismo los personajes se
encuentran atrapados en prisiones: algunas son visibles, otras interiores y,
otras, invisibles a los ojos de los propios presos y prisioneros.
Comenzamos con la población de Woodbury disfrutando de
un asado a mediodía. Todo es festividad y alegría aunque Milton ya deja a caer
a Andrea que aquello que se va a celebrar por la noche no se puede describir
con palabras… El Gobernador cepilla el pelo de alguien en su salón y nuestro
subconsciente piensa inmediatamente en la cabeza de un caminante. Esta vez
tiene cuerpo y nombre… Se trata de Penny, la hija del Gobernador, que ahora
forma parte de la legión de los no-muertos y desea picar un poco de papá. El
Gobernador declina la oferta y vuelve a ponerla una bolsa de la tela en su
cabeza susurrándole al oído lo mucho que la quiere. En ese momento el
Gobernador se asoma por las rendijas de la persiana de su ventana y observa a
Michonne que mira su habitación desde la acera.
Respecto a la prisión vamos a vivir el dolor de Rick
por la muerte de Lori y su manera de superar el trauma. Coge un hacha y se mete
en los bloques de celdas para liquidar cualquier rastro de caminantes que quede
en el interior. El resto de grupo intentará localizar leche para el bebé en
forma de fórmula láctea. Daryl y Maggie se van en moto para buscar provisiones.
En el patio de la prisión tanto Oscar como Axel ayudan a Glenn a cavar tres
fosas por los difuntos. Hershel y Glenn conectan y se lamentan que por culpa de
un imbécil se haya causado tanto daño y dolor. El propio Glenn ahora va a tener
remordimientos de no haber matado a todos los presos… También el protagonista
de rasgos asiáticos se preocupa por Rick y decide introducirse en el túnel del
terror que ha creado para encontrar a un líder ausente, loco y aturdido y
superado por las circunstancias. Glenn intenta traerlo de vuelta pero, sin
decir ninguna palabra, le golpea contra la pared y le manda de regreso a la
realidad. Rick se va a enfrentar contra su torturada mente y comenzará a tener
¿alucinaciones? sobre caminantes que ¿hablan? ¿e insultan? No nos queremos
imaginar que tengamos mutaciones y que los caminantes reciten a Shakespeare, Góngora o Quevedo… que
se pongan en MODE TELECINCO y suelten por esa boquita de podrido-piñón inmundicias
rastreras antes de intentar arrancar el pescuezo de los sufridos protagonistas.
¡Un poquito de po-favor que no estamos en un hotel transilvánico! ¡Basta
ya de más maltratos a los protagonistas de “The Walking Dead”!
¡Basta ya! Mientras que Daryl y Maggie localizan en un centro de cuidado
infantil biberones y fórmulas lácteas,
Rick acaba volviéndose turumba y acuchillando a un caminante gorrón con
empacho-tripón. Entendemos que es el que se ha comido los restos de Lori
relamiendo el improvisado plato-platea que formaba el suelo de la sala de
calderas… ¡Qué comilones los caminantes! ¡No ha dejado ni el hilo del Tampax! El bebé va a ser también alimentado y queda decidir un nombre para ‘la
primera hija con vida’ de “The Walking Dead”…
Carl nombra a las caídas en combate… pero deberá pensarse el nombre definitivo,
aunque el ‘Pequeña-patea-traseros’ que propone Daryl pude quedar como ‘animal
acuático’.
En Woodbury todos son buenas palabras y brindis por
parte del Gobernador. Discursos basados en el hogar y la felicidad. El aplauso es
previsible pero el escepticismo de Michonne y sus presentimientos empiezan a
cobrar forma. Para empezar la afroamericana se cuela en el apartamento del
Gobernador y va a recuperar su katana. También ojeará el diario del líder local
y comprobará que hay una lista de nombres que acaban con Penny… un subrayado
continuo desde entonces en cada página, designio de su locura. Michonne escucha
ruidos y se esconde para oír la conversación entre Milton, Merle y el propio
Gobernador. Milton quiere hacer experimentos ya pero el Gobernador quiere
esperar hasta el evento que se producirá en la noche de momento… A Michonne le
empiezan a cuadrar las cosas y descubre un patio cercano al laboratorio de
Merle. Descubre una jaula llena de caminantes que son liberados para conocer el
frío y letal metal de la katana de Michonne. Es descubierta y entrevistada de
nuevo por el Gobernador que quiere resultarla para su equipo de investigación. Michonne
saca a la palestra el nombre de Penny… y el Gobernador muestra cierta
preocupación hasta que detecta que realmente la afroamericana no sabe quién es
en realidad. Cree que se trata de su mujer… o una amante. Recupera de nuevo su
katana y amenaza con su filo al cuello del Gobernador… para irse por la puerta
principal sin decir ni una sola palabra más… Es momento de que Andrea tome
cartas en el asunto y deba decidir su futuro. Por un lado tiene la paranoia de
su compañera de viaje y salvadora y, por otro, buenas palabras y una sonrisa
del líder de un refugio que parece no esconder secretos en apariencia. Aunque
Michonne explica a Andrea lo de los caminantes retenidos, el Gobernador le
razona que existe un motivo justificado. Vemos que parte de ese ‘motivo’ es dar
captura a nuevos caminantes que se hallan en un pozo fuera de las instalaciones
del refugio. Milton, Merle y el resto del equipo se burlan de los torturados y
hambrientos muertos vivientes para reducirles y sacarles los dientes con unos
alicates.
En principio Andrea y Michone se van de Woodbury y
aunque Merle parece mostrar cierta oposición inicial… después, les deja pasar con
la puerta abierta Andrea se da cuenta de que Michonne puede ser víctima de una paranoia
al pensar que quieren retenerlas para transformarlas en caminantes. Andrea no
soporta la idea de volver a las ‘andadas’, nunca mejor dicho… y decide quedarse
dejando a Michonne atravesar las puertas y salir a la aventura del mundo
cambiante, peligroso y exterior. Andrea va a quedarse sola y el Gobernador ‘mete
mano’ para invitarla a salir… Andrea va a conocer el entretenimiento local y
aldeano del que le habló Milton al principio del capítulo. Parte de una lucha
de gladiadores entre Merle y Martínez rodeados por caminantes encadenados. El
coliseo romano y entretenimiento para la plebe escandaliza a Andrea que lo
considera un acto bárbaro. El Gobernador evita que se vaya y explica a la rubia
que es necesario para que los residentes se desahoguen y no tengan miedo a los
muertos vivientes… aunque Andrea empieza a comprobar que su amiga y compañera
no iba desencaminada al dudar de esta gente. De nuevo, más guiños romerianos…
aunque en “La tierra de los muertos vivientes” no
les sacaran los dientes y el juego fuera mucho más letal y peligroso…
Daryl, a la mañana siguiente, deja una ‘Rosa de
Cherokee’ (rosa laevigata) en la tumba de Carol. Que sepamos, está en paradero
desconocido pero no hemos visto que haya sido el desayuno de ningún caminante.
¿Está muerta, viva o la torturada y maltrecha mente de Rick me confunde? Rick
sigue en la sala de calderas y recupera en cierta medida la cordura al escuchar
el gemido de su bebé… aunque sigamos sin tener claro si es suyo o de Shane. Lo importante
es que el destino va a obrar de formas lynchanas y misteriosas y, por si fuera
poco, Rick va a escuchar cómo el teléfono de las sala de calderas empieza a
sonar… Su poderoso timbre es detenido por Rick al descolgar el teléfono y
lanzar un «Hello?» como palabra magia. Pues yo digo, «Good Bye» hasta el
próximo episodio que promete ser interesantísimo. ¿Habrá alguien de verdad al
otro lado o Rick está completamente loco? ¿Escuchará a Sheldon Cooper diciendo aquello de Toc-Toc Penny, Toc-Toc Penny, Toc-Toc Penny? Lo descubriremos dentro de poco...
chidote jajaja
ResponderEliminarGRACIAS POR LA EXPLICACION AUNQUE NO HABIA MUCHO QUE EXPLICAR JAJAJA GRACIAS NOS VEMOS ME ENCANTA QUE TE TOMES ENSERIO ESTE TRABAJO AUNQUE MUCHOS NO COMENTEN
ResponderEliminarGracias a ti Daniel por los comentarios!
EliminarSaludos bastardos!
Ralex:
ResponderEliminarcomo siempre bastardo leyendo el resumen de la serie y muy bueno, por cierto SPOILER según el libro canónico de EL GOBERNADOR, penny no es su hija, si no su sobrina, y un dato mas importante es que philip "el gobarnador" es... FIN DE SPOILER, mejor no pongo todo y leanse el libro esta buenisimo.
Gracias por la info Ralex.
EliminarSaludos bastardos!