Ni “American Horror Story” se libra de las
elecciones presidenciales en EEUU. El propio Ryan Murphy, desde
su cuenta de twitter, ironizó sobre la contienda de Obama y
Romney con un cartel que homenajeaba a las temporadas que conforman su
serie. Con el título de “American Horror Story: Election” y el
candidato republicano como una monja ‘posesa’ y el demócrata como Rubber Man,
el cartel fake no hace más que aprovecharse de los clichés del propio autor para dejar el
guiño de su apoyo político. La segunda temporada de su peculiar serie se
asienta con “I Am Anne Frank: Part 1”, cuarto capítulo de “American
Horror Story: Asylum”.
Briarcliff es el purgatorio de todos los protagonistas de la serie, independientemente del grado de locura o sin son pacientes o parte del personal del manicomio católico. En este capítulo vamos a dejar el terror más fantástico y esos tanteos diabólicos con la ciencia ficción para fijarnos en el pasado de un par de personajes principales. El Dr. Arthur Arden y Grace han bordeado el misterio en anteriores capítulos y es momento de desenmascararles. Para ello el episodio nos presenta a un personaje secundario interpretado por Franka Potente que resulta ser Anne Frank. El popurrí bizarro de “American Horror Story: Asylum” se confirma como total. Anne Frank llega a Briarcliff sin identificación, cartera, llaves y no quiere hablar con la policía… Rompió una botella de cerveza en un bar y apuñaló a unos hombres de negocios que comenzaron a hacer bromas sobre el Holocausto. El desmarque del capítulo, además, es sobre la línea temporal actual e introductoria sobre Bloody Face e incluso desde el acelerado montaje de anteriores entrega. La serie quiere ahora asentarse y profundizar más en los torturados personajes para empezar a resolver preguntas sobre los misterios ofrecidos.
Arden, al parecer, ha perdido el ‘rastreador’ de las criaturas del cielo e intenta localizarlo en el interior de Kit. Posiblemente la visita del alienígena a Briarcliff se debió para recuperar lo que era suyo… Kit, no obstante, se va a enterar de la historia macabra que llevó a Grace al manicomio. Primero escuchará su versión y, después, por intervención demoníaca conocerá la verdad aunque la propia Grace confirme lo que ocurrió realmente y ambos sigan con su relación, aunque la Hermana Jude esté pensando en la ‘castración’. La historia es simple: abusos sexuales, madrastra que encubrió al padre pedófilo y finalmente, con hacha en mano, liquidación familiar. Kit también se someterá al psicoanálisis del Dr. Oliver Thredson, que le ofrece un pacto para mentir en el juicio y someterle él mismo a terapia… aunque con ello haga dudar sobre sus actos y lo que considera verdad el joven. Y es que el Dr. Oliver parece un maltratador sibilino u oculta algo oscuro en su interior. Aparentemente es el personaje que más quiere ayudar a Lana Winters pero sus intentos por cambiarla de acera acaban en puro vómito. ¿Disfrutará el propio Thredson, desde su silencio, al ver a la lesbiana cogiendo el sexo de un anónimo hombre mientras se masturba? La bizarra terapia falla para desgracia de Lana, pero Thredson le ofrece huir con él cuando acabe su breve estancia en Briarcliff. ¿Realidad o ficción? ¿De verdad que no esconde nada?
Jessica Lange y James Cromwell van a ofrecernos un catálogo de excelentes momentos interpretativos en ese duelo que llevan a cabo para alzarse con el poder del manicomio. La Hermana Jude al interrogar a la nueva paciente averigua que es Anne Frank y parece que no está loca y que su historia podría ser posible… Para colmo Anne reconoce a Arden como un torturador nazi que hacía ‘experimentos’ con presas judías en Auswitch. El enfrentamiento es evidente y Arden queda expuesto. También con una visita policial por su incidente con una prostituta que niega… pero ciertos detalles, como fotografías pornográficas sadomasoquistas e insignias nazis, hacen que Jude confíe sus sospechas sobre el pasado de su antagonista a su amado Timothy Howard… El monseñor, contrariamente, defiende a Arden y ataca a su subalterna con su recaída en el alcohol. Jude explica todo a su madre superiora, que insta a que continúe el camino que le ha marcado el Señor y afronte los problemas puestos en el mismo. Mientras Jude ve en Kit y en su redención la suya propia, descubrimos que Howard está al corriente de las antiguas y delictivas actividades del nazi y e insta a ‘limpiar su casa’. Anne Frank va a acabar como la pobre Shelley pero cogió un objeto prestado a los policías que visitaron a su verdugo. Con una pistola en mano pega un tiro en la pierna a Arden y al escuchar ruidos en su ‘sala de experimentos’ descubre a una Shelley con las piernas amputadas y con los rasgos de los mutantes del exterior pidiendo que acabe con su vida. Las piezas se unen pero ahora el final queda más abierto para continuarlo la semana que viene en “I Am Anne Frank: Part 2”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario en la entrada (lea antes los Mandamientos de este blog)
Lea antes los Mandamientos de este blog.