Seamos sinceros y francos con nosotros mismos, a la espera de “S.H.I.E.L.D”
esta es la única serie de superhéroes en antena con vocación de perdurar. No es
que los antecedentes fueran más allá de “Smallville” y los fiascos más
lejos que “The Cape”. Con el lanzamiento en nuestro país a nivel
publicitario todo el mundo ha visto el torso y lo que no es torso de “Arrow”.
En un otoño de estrenos desolador la serie de Flecha Verde ha sido la más valorada por público y crítica. Volvamos a la sinceridad como elemento de
transparencia: la serie es lo que es, un entretenimiento muy efectivo sin tomar
como estúpido al público (la interesante “Hunted” de Frank Spotnitz
gana en ese concepto a “Arrrow” por goleada, por ejemplo), y que no
quedará ni trascenderá más allá del pasatiempo en tiempos de crisis. Me parece
bastante curioso que el ataque frontal a esta serie haya sido compararla con
“Batman Begins”, como si dicho cotejo tuviera base y fondo en los
palpitantes cimientos nolanistas. Nolan copió descaradamente la
concepción, elementos y diseño del superhéroe reinventado por Frank Miller
ya en los 80. Realmente no tiene demasiados méritos en lo que hizo más allá de
demostrar que la oscuridad y suciedad puede ser también mainstream.
Someter al análisis serio a “Arrow” como a la canonizada trilogía nolanista
me parece del rigor de la prensa rosa… salvo que uno quiera trollear a sus fanáticos,
talibanes y, en algunos casos, homicidas seguidores. No sé si dentro de un par
de años criticar a “Arrow” conllevará el ataque directo del frikismo
como ocurre en la actualidad someter a un análisis narrativo y cinematográfico imparcial
a Christopher Nolan. No obstante hundir
cualquier propuesta, ya sea “El Padrino II” o “Jack y su Gemela”, es
tan sencillo como colocarse delante de un teclado…
Otra de las críticas recurrentes, a modo de cliché, sobre “Arrow” ha
sido definir a sus personajes como bidimensionales. ¿Será por qué están sacados
de viñetas o por qué todos los personajes televisivos salvo contadas ocasiones
son bidimensionales? El capítulo se va a centrar en esos personajes
bidimensionales de diseño… Oliver se va a topar con La Cazadora y sentirá sus
pelillos bidimensionales de punta cuando conozca a la misteriosa Helena
Bertinelli (Jessica DeGouw), hija del jefe de la mafia Frank Bertinelli.
Ambos se dará cuenta que son tan parecidos como quedar expuestos al peligro que
se cierne sobre ambos. Podría recordar a la relación de Dexter con Hannah McKay
en la penúltima temporada de “Dexter”. La química manda por encima de lo
cerebral. Y es que Helena está llevando su peculiar venganza sobre su padre por
responsabilizarle de la muerte de su prometido. Oliver quedará atrapado en ese
fuego cruzado al ser su madre un daño colateral cuando La Cazadora asesina desde
su moto a balazos a un hombre llamado Coponi, vinculado con Bertinelli,
produciendo una conmoción cerebral a Moira. Oliver querrá venganza pero se dará
cuenta, poco a poco, de la identidad del asesino. Thea se acercará a su madre
en convalecencia domiciliaria y ambas se darán cuenta de que el Oliver que
conocían ha sido cambiado por su estancia en la isla. Tendrán que aceptarle
como es… con sus secretos. No obstante, Thea indica a Oliver que tendrá que
encontrar a alguien con el que compartir sus secretos. No le funcionó con
Laurel ni tampoco en realidad con Diggle… ¿Encontrará en la hija de Bertinelli
ese personaje anímico que necesita en su vida?
Tommy y Laurel continúan con su relación, retomando la misma, como una cita
para eludir los amigos con derecho a roce que fueron en el pasado. Si muchos
nos preguntábamos qué pintaba Tommy en la serie… descubriremos un giro
revelador. Resulta que el padre de Tommy es el responsable de dejarle sin
tarjetas de crédito, coche y lujos para gusto real de Laurel… pero también es
el villano sobre el que Moira tiene que rendir cuentas y sobre el que se está
desmarcando desde que intentó asesinar a su hijo. Respecto a la trama
principal, Queen desoye los consejos de
su escudero Diggs y de su supuesto antagonista Lance… Descubrirá, como Flecha
Verde, que Helena es La Cazadora. Intenta evitar el segundo cobro en el mismo
mes del ‘impuesto’ de la mafia por la mano derecha de Bertinelli, Nick. El
encuentro se resolverá con una batalla entre Flecha Verde y La Cazadora, donde
Queen verá el rostro de Helena… Con un nuevo encuentro ambos serán conducidos
hasta Nick, que desvelará a Helena que él fue quién mató a su prometido al
colaborar con el FBI. Realmente era Helena quién traicionó a su padre por sus crímenes
y ahora Queen se libera para que ambos liquiden a Nick y a sus hombres. Con los
asesinatos Bertinelli pensará que han sido producidos por las Tríadas y la
guerra parece que va a estallar sobre Starling City. El pelo artificial de China
White volverá a nuestra vida mientras que Walter regresa para gusto de Moira
(sí, otra canción y más momentos sentimentales). Por si fuera poco el capítulo
acaba con el careo de Queen y Helena. Ella también sabe que él es Flecha Verde.
Hijo, con esa sombra de ojos… ya se te veía el plumero desde el primer capítulo…
Queen le recrimina que lo que está haciendo es venganza en vez de justicia.
Ella no está de acuerdo porque cree que es lo mismo. Finalmente ambos pueden
desvelar quiénes son sin máscaras, cascos de motoristas o sombras de ojo de los
chinos. Acaban fundidos en un beso… ¿mortal para alguno de ambos? Lo veremos en
“Vendetta”…
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