“¿Quién quiere casarse con mi hijo?” AKA “QQCCMH” AKA “¿Quién
quiere casarse con mi hijo tróspido?” llegó con su Gala Final al aparente
final del camino. La pasada semana el Festival Tróspido, pese a estar anunciado
no con mucha antelación, originó una lluvia de críticas. El año pasado Cuatro
realizó la misma estrategia de alargar su docurreality con el mismo
programa-recopilatorio… pero sin avisar… causando las iras y odios de gran
parte de la audiencia. Las anécdotas y mejores momentos de la presente edición
tampoco sentaron nada bien. ¡Todos queremos ver el desenlace final y no un
intrascendente capítulo extra! Es cierto que Ruxandra, Lucía, Priscila o Jai
Liu dan mucho juego… ¡pero que les pongan su propio programa y nos dejen en
paz! Ahora llegamos a lo trascendente que nos podrá sacar de la crisis… ¿Habrá
bodas? ¿Los retoños elegirán (de nuevo) a sus madres? ¿Se seguirá mordiendo las
uñas Pedriño? #QQCCMHfinal y #bodatróspida fueron trending topics a
nivel mundial y el universo fue nuevamente tróspido. ¿Están preparados para
revivirlo?
La reunión de Luján Argüelles con las
madres no deparó muchas sorpresas para lo vivido anteriormente en compañía de
sus hijos y pretendientes y prentendientas. Dolores ejerció de brasas
con sus historias ante el atónito general de la presentadora y del resto de las
madres de los tróspidos. Realmente Dolores es lo más tróspido de la edición…
Ella, su perro, su marido y su hijo (y sus risas). ¡Puras bajas pasiones
almodovarianas! Si algo bueno tiene y ha ofrecido “¿Quién quiere casarse con
mi hijo?” es que permite un reciclado de sus protagonistas tanto en
spin-off como realitys tiene Mediaset. Muchos nos imaginamos a madres
tróspidas danzando por “Supervivientes” o hijos tróspidos y
pretendientes ondeando el cielo de “Gran Hermano”.
Antes de los ‘altares’ llegaron los momentos vulgares y flecos sueltos. Javi deja a Sara y se queda con Rocío. Ya lo sabíamos… Manu visita a Pedriño en su hotel pocas horas antes de la boda sin novio y es invitado como supuesto del supuesto… Ya lo sabíamos… Aunque celebrar y hacer el papelón para el Oscar porque te toque el Pedriño Gordo… ¿no es cómo celebrar que te apaleen 40 miembros de la mafia rusa?
Antes de los ‘altares’ llegaron los momentos vulgares y flecos sueltos. Javi deja a Sara y se queda con Rocío. Ya lo sabíamos… Manu visita a Pedriño en su hotel pocas horas antes de la boda sin novio y es invitado como supuesto del supuesto… Ya lo sabíamos… Aunque celebrar y hacer el papelón para el Oscar porque te toque el Pedriño Gordo… ¿no es cómo celebrar que te apaleen 40 miembros de la mafia rusa?
Llegaron las bodas tróspidas de oro
que cagó el moro. Comenzó Isidoro con Dolores llevándose la sorpresa al ver a
su favorita aparecer por las puertas. La elección de Natalia estaba mascada
pese al juego choni con el que pretendió Isidoro dar chumba-chumba. Realmente fue en
altar poligonero donde menos Isidoro fue Isidoro y el lugar en el que a madre e hijo les faltó
perro, risas de rata y marido. Natalia fue la selección final con una Dolores que estaba
deseando dar una patada en el culo a un hijo tróspido necesitado de conocer
mundo y mujer. Dolores sentenció con ‘Ya
tengo edad para ser abuela’. Aunque se le olvidó decir que también cara
para liderar el ejército de Sauroman… no te jode.
Pedriño, Mary y Manu protagonizaron
el momento ‘asesado’ de la velada. ¡Puro teatro! Está claro que Pedriño tenía
claro que iba al programa a conseguir cierta popularidad para vender sus
trapitos y que ha podido acabarse el primer libro entero en su vida. 30 años ‘le
ha costado’ terminarse la biografía de Ana Obregón para poderse sentirse
identificado por la co-co-co-protagonista de “Bolero”. La pregunta es…
¿en qué? ¿En llevar escote u olerle el canalillo? Con Manu en el altar y Mary, vestida
como Lady Gaga cuando va al Metadona esperándose a su niño como
la mujer del torero sin peineta pero con moño y coño, al final sucedió lo que
tenía que suceder. Parecía todo pactado: tú te llevas la publicidad para que te
contraten en Hong Kong y yo me quedo en Galicia cosiendo las bragas al peluche
de Donkey Kong —aunque el regalo de la muñeca para el papel higiénico que le hizo Dolores le supondrá gastarse lo que ha ganado en psiquiátras—. Pedriño elige a su mami y seamos sinceros, ¿quién va a querer —de
verdad y no por dinero ni popularidad— a Pedriño aparte de Mary? Confirmado, ha
sido el Padre Apeles de esta edición y Manu la Yola Berrocal del
entuerto y con culo tuerto.
Gabi y Toñi eran los Lannister de la
edición y su elección previsible de Patricia parecía obedecer a una técnica
calculada. Su madre no quería a Priscila bajo ningún concepto en la final y parece que el empresario de la
noche dejó esa carta al contemplar las virtudes ‘paramentales’ de tan peculiar e
imprescindible personaje tróspido. En la boda Disney con príncipe y princesa
falta la Reina. Con y sin asesora zen al lado, Toñi pidió a su hijo que la
eligiera a ella. La Boda Zen acabó con Gabi poniendo el añillo a Patricia sin
que nadie interrumpiera la decisión final. ¿Nadie? ¿De verdad? Un contraplano
de Priscila amordazada en un almacén hubiera dado juego tróspido…
Luis Carlos, Álvaro y Paqui quisieron
dar juego hasta el final y tal vez conscientes del envite sin convite, los responsables
del programa dejaron ¿lo mejor? para el final. Una de las imágenes que más ha
explotado Cuatro ha sido la de la cara de Paqui emulando a un
dibujo de Tex Avery. En principio teníamos a Miriam y Sara vestidas para
ir de disco en pleno altar, pero quién nace lechón muere cochino… o lo que es
lo mismo: quién es tróspido acaba tróspido perdido. Luis Carlos se queda con
Miriam ante una Paqui que tendrá que consolarse con su hijo pequeño… Pablo…
aparecido de la nada.
Álvaro echaba de menos a una persona
y le ha dado el punto llorón… ¿¡Otra vez!? ¡Dejadle, que es sensible! Toca
correr en el momento romántico para el final a golpe de Tina Turner y Mad
Max. Necesitamos un héroe y da lo mismo que estés en la peluquería o que
los guionistas del programa te digan que aquí faltan lágrimas, lo importante es
que Ana vuelve. Regresamos que su historia de amor fue elegida la Love Story
más tróspida del show y ahora llegaba el momento de la verdad con una Sara que iba
a entonar más fuerte su ‘¡Qué fuerte!’ Sí, porque… ¡qué fuerte! Sara se queda
flipando al ver que por su sobaquillo aparece Ana y saber que el amor está
reservando antes de que aparezcan los créditos finales… Ella no se quedará para
ver la subida de musical final y el beso… porque es la otra. El papelón que
tiene Paqui es tremendo… pero, antes, tendrá que pasar por el oculista para que
le revisen la vista o le metan los ojos para dentro.
Javi e Isabel era la historia con
spoiler del programa desde el capítulo 'juan'. Da lo mismo que Rocío pose para el Interviú
y diga que ha habido sexo entre pretendientes y pretendientas porque el
pescado estaba vendido. Esperábamos a Sara vestida con un chándal amarillo y
armada con una katana poniendo orden... pero nada. La imagen inicial era ver a
Isabel partir dejando a su hijo y su descerebrada nuera atrás. Javi lo definió
como caos pero Isabel como un portazo. El programa, eso sí, nos ha mostrado un
epílogo con reconciliación entre lo teatral y lo tróspido. ¿No es acaso así la
mejor manera de definir esta segunda temporada de “¿Quién quiere casarse con
mi hijo?”?
Nota final: por si fuera poco el
programa se atreve en mostrar la gran capacidad cerebral y el imprescindible
léxico de los mellis. Por culpa de la nulidad craneal de los susodichos nos
suben mañana la prima de riesgo fijo… Para que digan que este programa es de
una vacuidad intranscendente. Perdonen, que aquí está enganchada hasta la nueva
delantera del Barcelona llamada Angela Dorothea Merkel.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarjajajajaaja
Eliminar¡Mira que celebrarlo! ¡Qué fuerte!
Gracias por el comentario y Saludos Ataunowich! ;)