“The Big Bang Theory”, “Big
Bang” o TBBT designan a la misma serie, pero muestran una evolución
en la sitcom de Chuck Lorre y Bill Prady hacia el componente más
criticado por un gran número de seguidores: las parejitas. La comparación más
obvia (y odiosa) puede ser la de una versión de “Friends” con geeks
y nerds, pero la serie que catapultó a Jennifer Aniston, Courteney
Cox, Matt LeBlanc, Matthew Perry, Lisa Kudrow y David
Schwimmer estaba marcada así desde que esos seis jóvenes se juntaron para
revolucionar a las audiencias. En el caso de Leonard Hofstadter y Sheldon
Cooper sus aventuras pasaban únicamente por las relaciones con su nueva y
atractiva vecina, Penny, y sus dos amigos y compañeros de fatigas frikis
y laborales. La serie trataba su integración en el mundo ‘normal’ y posicionaba
a esos habituales personajes, retratados como un componente cómico y
extravagante en la ficción habitual, como auténticos protagonistas sin perder
ni sus referentes ni caer en la hipocresía: nos reíamos con ellos y nunca de
ellos. Con el aumento de audiencia, nominaciones y premios la serie se ha
postulado como ‘La Sitcom’ de la parrilla televisiva norteamericana. Se hacen
estudios en universidades sobre el aumento de jóvenes que quieres estudiar
física al rebufo de sus nuevos héroes, y lucir una camiseta desgastada de Flash
no es ser friki: es ir a la moda. Precisamente “The Big Bang Theory” ha entrado en un bucle de no-originalidad infinito, ya que las condiciones
marcadas en su ecuación inicial han sido distorsionadas evitando que puedan
cumplirse nuevamente: Big Bang dejó mucho tiempo atrás de ser Big
Bang.
[Spoiler Alert: si es que en una sitcom de parejitas-previsible como “The Big Bang Theory” puede haber spoilers, claro]
Amy Farrah Fowler (Mayim Bialik) y Bernadette Rostenkowski (Melissa Rauch) han pasado a formar parte de la plantilla fija para ser las parejas de Sheldon y Howard respectivamente. La línea argumental de la temporada podría resumirme en la consolidación de las parejas anteriores junto con ese eterno Guadiana romántico compuesto por Penny y Leonard. El espejismo al cierre de la cuarta temporada sobre una relación de la rubia con Raj queda rápidamente bloqueado: el chico que tiene intolerancia a la lactosa y la eterna empleada del The Cheese Cake Factory han nacido el uno para el otro. Aunque estén juntándose y separándose (o haciendo que se separan… ¡o que se juntan!) hasta que acabe la serie. Existe un afianzamiento, sobre todo, de Howard y Bernadette en lo que ha sido la primera boda protagonizada por protagonistas de la serie y cuyos pasos hemos estado viendo en su ritual: compromiso, presentaciones paternales, duelos a gritos entre el trasplante de roles de suegra y nuera, despedida de soltero, crisis, azúcar, más crisis, más azúcar, crisis total, una tonelada de azúcar y, finalmente, altar. Howard no es sólo el primer personaje protagonista de la serie en contraer matrimonio sino que es puesto en el espacio como cierre a la temporada. Sólo queda Raj (y se queda solo), cuyos momentos filogays con su mejor amigo han ido quedando enterrados para intentar infructuosamente buscar pareja: ni una sorda aprovechada ni la voz femenina de Siri salida desde su iPhone. Ni siquiera el intento de un matrimonio de conveniencia ha dado sus frutos. Raj, al igual que muchos espectadores, está condenado al más absoluto desprecio y ostracismo mientras el público mayoritario al otro lado de la pantalla enfatiza esos momentos de diarrea de azucarillos con onomatopeyas que reducirían a Mordor a cenizas. ¡Una vergüenza! ¡Un insulto! Sería, para que entiendan mi punto de vista, como si “Freddy contra Jason” acabara en la boda de “La saga Crepúsculo: Amanecer – Parte 1” y Freddy con un bombo en la luna de miel.
Pero el éxito manda y el dato es que cuanto más se aleja “The Big Bang Theory” de su origen, cuánto más se humaniza a Sheldon, cuánto más se pierden los detalles y guiños geeks por ese juego de parejitas… más lejos está la serie de ser ese ‘Bazinga!’ emocional de cualquier seriéfilo que se precie. Muchos la dejaron en la cuarta temporada y esta quinta ha sido la peor con diferencia. Pero ante la ausencia definitiva de la genial “The IT Crowd” (salvo algún especial que está en camino y el proyecto de un largometraje) y el ninguneo vomitivo de la audiencia norteamericana a la definitiva y monumental “Community” es normal que la exitosa serie de la CBS haya encendido hace tiempo su piloto automático. ¿Cambiarían ustedes algo que funciona? Fue curioso que el arranque de esta quinta temporada coincidiera con la noticia que puede dejar a la Teoría de la Relatividad de Einstein en un mar de dudas. El Experimento Opera demostró que la velocidad del neutrino supera a la de la luz, pero fue rápidamente desmentido y descalificado al invalidar los resultados del experimento. Se comprobó un error y, de momento, todos los libros de física no deben ser rescritos y si alguien ha suspendido esa asignatura todavía no puede reclamar. ¿Reclamaremos también la minoría (y cada vez mayoría) que pensamos que “The Big Bang Theory” va cuesta abajo en imaginación y humor o nos darán una patada la secta de fanáticos seguidores de la serie en nuestro culo que nos convierta en un conjunto de partículas capaces de superar la velocidad del neutrino? Las respuestas posiblemente se encuentren en esta decepcionante y aburrida temporada: salvo el paintball del inaugural The Skank Reflex Analysis, los cameos de Brent Spiner, Stephen Hawking y Leonard Nimoy (las apariciones de Wil Wheaton siempre suelen funcionar aunque se esperaba más del de Courtney Ford), algunos chistes afortunados contados con los dedos de una mano, la llegada del capítulo número 100 y la ‘aparición’visual de Mrs. Wolowitz… el saldo es muy negativo.
Nada de lo anterior importa. El éxito de la serie se traslada a una audiencia demoledora que alcanzó y superó los 15 millones de espectadores dejando plantado al mismísimo ‘American Idol’. Aunque los parones no ayudaron a mantener ese nivel, “The Big Bang Theory” es la sitcom más exitosa y una de las que tienen mayor repercusión internacional. Negar el teorema de la conquista de esta serie sería de necios, criticar su inconstante resultado una prueba más para confirmar que no existen fórmulas sobre el éxito. Simplemente hay que aceptarlo, aunque cada vez sean más unos cuantos números que acompañan a los ratings de audiencia que llegan el día siguiente de su emisión.
Absolutamente de acuerdo en todo menos en los elogios a "Community". Un saludo.
ResponderEliminarHola Anónimo!
Eliminar"Community" va directa a ser una serie de culto por lo que es normal que despierte amores y odios. ¿Qué otras sitcoms en antena sigues?
Saludos y gracias por el comentario
Pues a mi también me parece que esta serie se ha ido a tomar por culo a lo largo de las temporadas, sobre todo la tercera y la cuarta. Lejos cedan atrás los aciertos y la originalidad de las dos primeras temporadas.
ResponderEliminar¡¡¡Eso si, Amy Farrah Fawler es la hostia!!! Si sigo aguantando esta serie es por ella, lo reconozco. Si no, hace tiempo que la hubiera dejado de lado.
Hola Raúl!
EliminarSheldon y Amy son los dos aciertos de la serie... pero sus tramas tienden siempre hacia su noviazgo y lado romántico. A veces funciona y otras cansa cuando Penny se mete por medio (algo habitual, por cierto).
Si la sigo viendo es por criticar, que conste. ;)
Saludos y gracias por el comentario