Título Original: “Cats & Dogs: The Revenge of Kitty Galore”
Director: Brad Peyton
2010
Sinopsis (Página oficial):
En
la viejísima batalla entre gatos y perros, un felino enloquecido se ha pasado
bastante de la raya. Kitty Galore, una antigua agente de la organización
de gatos espías MIAU, se ha vuelto pícara y ha ideado un plan diabólico no solo
para derrotar a sus enemigos caninos, sino para subyugar a sus antiguos
compañeros felinos y dominar el mundo. Frente esta amenaza sin precedentes, los
gatos y los perros se ven obligados a unir sus fuerzas por primera vez en la historia
en una insólita alianza para salvarse a sí mismos y a sus amos.
Los de Google (alienígenas dispuestos a dominar el mundo) han desarrollado en su famoso Laboratorio X una inteligencia artificial para emular el cerebro humano. Le dieron su famoso e imprescindible buscador para que aprendiese por su cuenta… Lo primero que hizo fue buscar entre fotos y vídeos de gatos entre millones de imágenes extraídas y vídeos de YouTube. Los gatos siempre han producido en la red catarsis sociales y es entendible que “Como perros y gatos: La revancha de Kitty Galore” intenta volver a colar sus colas peludas en los orificios del boxoffice (sí, sé que suena falta). Sobre todo después del éxito de “Como perros y gatos” y su PLAN DE ACCIÓN PAKITO.
En esta segunda parte los salvadores del mundo se definen como el Drem Team pero más bajitos… y los guiños, al igual que en la primera parte pasan por “Misión Imposible” o James Bond en una larga coctelera de ingredientes. Afirman que son «la delgada línea perruna entre los humanos y el caos» y que se toman «muy en serio ser el mejor amigo del hombre» pero parece que esta película quiere ser nuestro enemigo para matarnos cerebralmente. Aunque sean caniches, no les pinches. Que salga Kenneth Parcell de “30 Rock” haciendo Kenneth Parcell o los cameos de Kiernan Shipka (Sally Draper en “Mad Men”) son los últimos ladridos en una perrera montada en el Titanic.
Kitty Galore es una especie de Jocker que busca venganza pero únicamente produce vergüenza ajena. Salen gatos hippies puestos de marihuana y esas cosas… ¿qué tanto gusta a los niños? La película trata de hallar qué animal y especie es más tonta: palomas, gatos, perros y humanos optan a tal título. ¿Qué sentido tiene meter un guiño de “El silencio de los corderos” en una película infantil? ¿Es para los padres? ¿Esos mismos que están a punto de meterse una escopeta en la boca o piensan los motivos por los que tuvieron descendencia? Además, “Como perros y gatos: La revancha de Kitty Galore” es anti-pedagógica: la paloma que lleva un plan hip-hop y suelta frases del tipo «¿Es un pájaro, es un avión? No, he acertado a la primera» hace que quieras pisarlas cuando te las encuentras por la calle.
Entre las
sobredosis de bullet time y que Kitty Galore quiere destruir la
humanidad empezando por nuestros cerebros viendo esta película, el espectador
se siente como ese pobre ratón que tiene la ‘despelada’ villana como su
mascota: secuestrado, humillado y relamido hasta que llegan los títulos de
crédito. Lo más desconcertante (y es difícil entre tanta bajeza
cinematográfica) son los títulos de crédito finales con un montón de videos de
gatos y perros… No sé si quieren hacer visual el efecto de que olisquear culos tiene su recompensa aunque me
temo que cualquier espectador saldrá de la película pensando en comprar una
pistola para volarse los sesos. MIAU es el acrónimo de ‘Mininos Implicados Ante
un Universo-seguro’ pero debería ser el de ‘Mierdas Insultantes Animadas
Ultrajantes’.
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