Director: John H. Williams
EEUU
2010
EEUU
2010
Sinopsis (Página oficial):
En “Space
Chimps 2: Zartog Strikes Back” Cometa quiere seguir siendo astronauta y por
error viaje al Planeta Malgor donde entabla lazos afectivos con Kilovatio
y vive su sueño. Sin embargo, es hora de que Cometa se pruebe a sí mismo
cuando Zartog, el temido gobernante alienígena, se hace cargo del
Control de la Misión.
Cometa debe mostrar que tiene los conocimientos adecuados, y unirse a los chimpancés y compañeros Ham, Luna y Titán, para salvar la misión y al mundo.
Cometa debe mostrar que tiene los conocimientos adecuados, y unirse a los chimpancés y compañeros Ham, Luna y Titán, para salvar la misión y al mundo.
¿Es que todavía ningún padre o madre ha presentado una demanda contra los
responsables de este bodrio por abusar (cerebralmente) de sus hijos?
¡No me lo puedo creer!
Considerada la peor película del 2010 para público y crítica, “Space Chimps 2: Zartog Strikes
Back” es uno de los mayores
atentados neuronales que se han visto dentro del cine de animación. Repito,
cuesta creer que todavía ningún padre o madre haya presentado una demanda por
los posibles daños neuronales que ha hecho este bodrio a sus hijos.
A partir de aquí, sobran las palabras y pasemos a los hechos: se trata de un vergonzoso reciclado de la anterior película (“Space Chimps: Misión espacial”), como si fuera una versión tuneada y parcheada. Con todo el morro del mundo repiten lo mismo prácticamente en diferente orden. Si uno se fija son las mismas animaciones en diferentes escenarios… que realmente son los mismos que en la anterior película. ¡Una vergüenza!
No hay trama, ni historia. Simplemente quieren que la gente compre el DVD
para que sus niños vean los mismos monos y no se den cuenta. A eso se le llama
timo. No pasa nada, ni hay humor, simplemente es un BODRIO en la extensión y
distensión de la palabra.
—Utilizarlo como posavasos.
—Regalárselo a su peor enemigo. [Aunque como esto es tan cliché lo mismo se lo espera y le dice que ya la tiene]
—Realizar usted su propia ‘misión espacial’ para introducírselo vía
rectal a los responsables y después meterles en una jaula de un zoo con los de
su especie. Si el mono haces, mono eres.
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