El arranque de la segunda temporada de “¿Quién quiere casarse con mi
hijo?” AKA “QQCCMH” AKA “¿Quién quiere casarse con mi hijo
tróspido?” tuvo unos estupendos datos de audiencia que seguramente revalide
la pasada noche del jueves en su segunda entrega (si no tenemos en cuenta la
presentación de madres e hijos inicial). ¿Por qué tanto impacto? Porque el
programa de Cuatro es el que mejor ejemplifica y simplifica la
#Trospidez. De hecho fue el trending topic de la noche muy por encima de la
imposición del propio espacio: #QQCCMH2. Luján Argüelles sigue narrando
con mucho humor y el punto perfecto de ironía las aventuras y desventuras de
cinco madres y sus respectivos hijos (esta vez con un par de mellizos en el
pack) para conseguir boda, amor y pastel… a la carta. La consolidación del
fenómeno televisivo ha llevado la trospidez a límites de corte y costura
musical en un montaje en el que “¿Quién quiere casarse con mi hijo?”
sabe considerarse como aquello que es: un divertimento 100% tróspido.
En esta entrega las mothers se reúnen con pretendientas y pretendientes,
los hijos también… se revelan secretos a las futuras suegras y se decide quién
irá a vivir durante una temporada con príncipes y reinas. Lo anterior podría
ser el resumen del segundo programa de la segunda temporada de “¿Quién
quiere casarse con mi hijo?”. Vayamos, como un reality show, por partes:
Isidoro y Dolores han deparado los momentos más flojos de este programa tróspido. Dolores es la SANTA de la edición y es complicado defraudarla. Se ha ganado a todas sus posibles nueras en una sesión de patinaje. Pero, ¿¡qué quiere!? A su hijo con un harén. Isidoro, el tiburón de rastrillo, continúa discerniendo con quién se queda a golpe de meter mano y buscar morreos. La rumana y la madre con hijo por mentir fuera…
Gabi, Míster Albacete 2009, y Toñi, Cersei Lannister de Castilla, siguen
buscando princesa. Toñi se hace la tonta para sacar a la tonta a flote y
descubrimos de nuevo que el lenguaje no verbal entre madre e hijo son fruncimiento de morros y toqueteos de pelo… Los
secretos que descubre Toñi sobre las aspirantes a nueras son reveladores y
desagradables: cirugía y mentiras sobre la edad. ¡IMPERDONABLE! África fuera
por mentir en su edad (tiene 37) y Yaiza (¿se escribe así?) por no ser una leona
Lannister.
Pedriño y Mary son lo mejor de esta temporada de momento y sus encuentros y desencuentros con los candidatos ha generado momentos de trospidez catódica fundamentales para sofocar a retortijones los estómagos de la audiencia. Las puñaladas entre los pretendientes es palpable: «Es intenso… como el café» para definir a Giordis… el santero. Mary se merece un programa de investigación propio y en el show de hoy lo mismo se replantea abrir una tienda bondage en Chueca. «Me llevaron a una tienda de sado… y no me hicieron nada. Y eso que había cosas para joderle la vida a uno». Pero Pedriño va a la zaga de su mother: aparte de conocer que Emilio es superdotado (y todos sabemos que aquí no hay mucha actividad cerbral), nos dejó la revelación filosófica del Siglo XXI: «Llevar pajarita, chaleco y camisa por dentro sólo lo puede hacer Chenoa». Mientras que el resto de novio ‘hetereos’ en busca de pareja han metido mano y lengua, Pedriño demuestra que ser gay no es sinónimo de vicio. Rubén y Antonio, eso sí, a la calle. El primero por ser una moderna de pega y el segundo porque ser tuno y Brüno es incompatible.
—¿Dos pollos y tres tomates para cuatro personas?
—Me gusta que sobre comida.
El culo fue detonante pero estos chicos no quieren muñecos, aunque nos
regalan diálogos memorables y trospidez por los cuatro costados:
—¿Cómo se llama ezto?
—Triziclo…
—No, máquina de azer er amo'.
Comenzamos, eso sí, con las expulsiones de Luis Carlos y Álvaro
sin-mother y un ¡Qué fuerte! Y terminamos con dos chicas que se van
fuera y no viajan. ¡Fuera muñecos y muñecas! Miriam, que ha tenido relaciones
con otras mujeres, no es del agrado materno… pero es elegida. Habemus drama… ¡Qué
fuerte!
[Conversación 10% ficticia]
—¡Mamá, has vuelto a BEBER!
—Ayer estaban cachondas y hoy no han tocado la porra
al policía…
Isabel se las lleva a un boys y Javi de ‘burdesque’. Esta
madre e hijo lo que tienen es vicio corriendo por sus venas. Sus chicas lo
tienen claro:
—¿Cómo eres?
—Yo... tra-tra-tra-viesa.
Javi tiene la picha echa un lío: no sabe si quiere
fuego o hielo… y al final ciertos consejos maternos por revelaciones sobre
cuernos provocan que la elección: Nerea y Rocío a la calle. Lágrimas y futuros
malos rollos entre la actriz porno Lucía (en el sobre dicen que tiene un hijo
como secreto, lo que revela que Cuatro quiere seguir con el escándalo) y la
pelota de Sara. ¿Seguiremos llorando nosotros también (y de la risa) en el
próximo programa?
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