martes, 20 de abril de 2010

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Mariquitas

¿A qué huelen las mariquitas? No tomen ninguno de mis comentarios por la vía homofóbica porque nada más que entretener y narrar mi vida se pretende pero hace unos días ocurrió un acontecimiento que enrareció nuevamente mis perspectivas sobre la vida. Esta vez olorosas. Sí, olorosas porque ¿a qué huelen las mariquitas? Todo se debe a que en ese lapsus diario, en el que las redes sociales de toda la vida cobran sentido llamado descanso o desayuno laboral, una compañera trajo su papeo en una bolsa de El Corte Inglés. Por supuesto no hay nada más glamuroso y menos cutre que pasear por las calles bolsas de lugares con criterio, seleccionados por la plebe como algo con clase y caché. El Corte Inglés la tiene desde que un asesino en serie americano utilizaba sólo bolsas de basura de marca y los criminales financieros guardan millones dentro de ellas. Y no hay empresa-basura mayor y tienda más carera que El Corte Inglés. Desde las socorridas tonalidades made in Harrods hasta las más frikis hechas de arcilla polimérica las bolsas son el complemento perfecto para marcar tendencias.

Bolsa Fashion

Bolsa burguesa
Ahora se estilan las bolsas de trapo de toda vida, aquellas desmitificadas por la cultura basura petrolera, el Carrefour, Belén Esteban, las abuelas que se las pone en la cabeza cuando llueve y el ‘Metadona’. No hay nada más cutre que llevar algo en bolsas de plástico poco glamorosas pero este no era el caso. Mi compañera abrió su bolsa, la caja de Pandora y el tarro de las esencias… porque otra de las protagonistas de aquel anónimo descanso olió la fragancia que provenía de su interior y aseveró que el olor en cuestión era de mariquita-mariquita no de una loca de Chueca. Yo, como otras secundarias del momento kit-kat, olía a campo-campero no de un cabrero o bellotero que habita en las partes más rurales de este pícaro país sino al que antaño formaba parte de los alrededores de las ciudades y que no habían sido expugnados por poblaciones chabolistas, cabras locas y picaderos variados.

Los peligros de ser mariquita
Ese campo-campero era como la magdalena de Proust y evocaba mis juventudes buscando minerales y esquivando numerosas jeringuillas de toxicómanos en los campos repletos de amapolas, margaritas, escombros y, por supuesto, minerales cercanos a mi barrio. Esos recuerdos se agolpaban en esa fragancia campestre que provenía de una bolsa de El Corte Inglés pero esa persona afirmaba que el olor era de mariquita y se extrañó que nadie supiese a qué huelen las mariquitas. Yo me hice esa misma pregunta porque desde pequeño siempre las he tenido pánico: esa micro-boca dentada y combinación hortera de color sumado a esas letales alas y ojos camuflados me hacían temer por mi vida y que devorasen un buen puñado de ellas. Tuve que hacer una prueba de valor para ver “Bichos, una aventura en miniatura” y me asustó más que “El exorcista”, “Los bingueros” y las películas de Freddy Krueger en mi prematura adolescencia.

Mariquita vestida de perro
Nunca me había interesado tanto por las mariquitas en mi vida. Al parecer la socorrida y poco fiable también wikipedia dice que se les llama coccinellidae y que su nombre varía dependiendo de la especie y el país. ¿También su supuesto olor? Hablaba de su color y que su sabor es desagradable para que no lo agradezca su depredador natural, los pájaros. Al ser también depredadores naturales de pulgones, pulgas y ácaros e ir conjuntadas todo el año son del agrado de nuestra humana sociedad. ¡Pon una mariquita en tu vida!, dice el lema. He intentado buscar en la red más información pero los comentarios tienden hacía la homofobia y no se habla de olor salvo de pachuli y perfumería pour gay. ¿A qué olerán las mariquitas? Tal vez mi pituitaria nuca lo sepa y relacione la amalgama de olores silvestres con aquellos tiempos de mi infancia. Ya no queda campo allí simplemente un parque donde se juega al voleibol con pelota de fútbol, se hace botellón y los más activos dan vueltas a su alrededor como hámsteres a una noria aunque supongo que siempre habrá mariquitas donde haya verde. Aunque mi obsesión será cómo unas mariquitas violentas (y seguramente sexualmente activas) pueden revolcarse en el interior de las bolsas de El Corte Inglés con tanta agresividad y perpetuidad.

Haciendo la colada...

5 comentarios:

  1. 21-03-2011: La entrada con más aroma a mariquita no tiene ningún comentario y eso que tiene 666 visitas en este momento...

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  2. 666 como mi número de teléfono...

    Tienes que comprar una bolsa reciclable del Carrefour..dará categoria

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  3. ¡Ya tengo una!
    Pero no huelo nada. Tendré que llevarla al curro para que me digan a qué huele.

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  4. ¿A crisis? ¿existencial?¿económica?¿de salud?

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  5. No sé, cuando certifiquen su olor las expertas con su protuberante pituitaria le informo, 666 (¿ó 999 para los amigos?)

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Lea antes los Mandamientos de este blog.

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