La manera más correcta de disfrutar de “Legends of Tomorrow” es dejarse guiar por ese sentido de exploitation sobre una serie de superhéroes valiéndose de retales y reciclajes de otros espectáculos. “Abominations”, cuarto episodio de su segunda temporada, nos lleva de nuevo a ese terreno sobre el que se ha asentado satisfactoriamente la propuesta de The CW dejando apartadas esas dos bases sobre las que se ampara: la desaparición de Rip Hunter y el asesinato de Rex Tyler. Precisamente apartarse de esas líneas argumentales propicia que nos centremos en el liderazgo de Sara Lance y que comencemos a pensar en los descartes previos. ¿De verdad que “Legends of Tomorrow” ha echado en falta al personaje que unió a las leyendas? ¿Alguien se acuerda también de Kendra Saunders? En realidad, el amo de la función y aquel que está dejando huella está siendo Mick Rory y tenerlo zombificando dos terceras partes del capítulo incluso no desmerecen para un golpe de efecto final que entra de lleno en la grandes frases antológicas que nos está dejando. Y es que “Abominations” nos transporta a ese viaje de explotación donde todo vale de incluso una infección zombi puede llegar cruzarse con “Underground” de WGN o “Django desencadenado”. En esta ocasión, un personaje infectado por el virus zombi, que el grupo no puede identificar como Amo del Tiempo o pirata del tiempo, acabó en Mississippi en 1863, en pleno clímax de la Guerra Civil de Estados Unidos. Ese sangriento año nos va a traer tanto encuentros como los propiciados por General Ulysses S. Grant para establecer una conexión sobre el liderazgo con Sara Lance y la necesidad de confiar hasta el último aliento en sus hombres. Y Sara tiene un problema con un miembro de su equipo al que los escritores han desprovisto de cualquier elemento cercano a la superheróica. Ray Palmer ha dejado de ser ATOM y, ahora, tiene que encontrar su sitio… Y, sobre algunas líneas anteriores, ¿a qué personaje realmente echamos más en falta? Repasemos “Abominations”.
La jugada argumental del episodio es equiparar esas monstruosidades y huestes zombificadas con la propia esclavitud y sus horrores desatados junto a una guerra que rompió y dividió a un país. Sobre el terror al que se ve sometido Stein, “Legends of Tomorrow” desarrolla una inteligente alegoría para que tanto el prodigioso y veterano científico tenga que superar sus temores al mismo tiempo que conoce los interiores de ese compañero con el que fusionado origina Firestorm. Amaya y Jax también se sumergen en el horror ejerciendo de espías conspirando a favor de la Unión y encontrando en sus raíces un bello recuerdo que estigmatiza la esperanza de esos esclavos en ese futuro que ahora se ve reflejado frente a ellos. La serie de The CW no desea edulcorar nada y limitarse a un acercamiento directo y didáctico condimentando en ese espíritu de explotación donde los personajes pueden transitar por todo tipo de proposiciones. Y el racismo es y será una constante. Esa sencillez acaba siendo en cierto modo un movimiento valiente al valerse de personajes que permiten tocar la sexualidad o la raza en esas épocas que van desfilando ante nuestros ojos. Es interesante que Amaya incluso vaya más lejos en ese viaje en el tiempo que descubre a sus auténticas raíces y naturaleza bajo la aureola de su talismán como guerrera de Zambesi. En cierto modo, “Abominations” quiere fusionar sus elementos argumentales, dejando claro que esos torturadores racistas estaban al mismo nivel que esos descerebrados y violentos zombies y condenados a ser un mero infecto epígrafe de la historia. Y merece ser pasto de las llamas del tiempo y cenizas del pasado.
No obstante, “Legends of Tomorrow” es un espectáculo de superhéroes marginados e inadaptados aunque trata de evitar la utilización de sus dones salvo en condiciones necesarias, como ese gran explosión protagonizada por Nate Heywood a modo de antorcha olímpica para llevar a esas hordas de zombis ante su sentencia de muerte (verdadera). Incluso la épica de la serie siempre está condenada en que esos ‘outsiders’ se recreen en su condición bastarda y recuerden que el precio por salvar la línea temporal pasa por llenarse todo el cuerpo de vísceras de zombis o vomitar al tal efecto. No hay espacio ni para la épica o para una conexión emocional como bien deja claro el fallido abrazo de Sara Lance… Si bien “Abominations” sirve para que la serie sepa leerse en todo momento a sí misma, la evolución de Ray Palmer pasa por encontrar su propio nuevo espacio como leyenda sin contar con nada más que su cerebro. Si Ray salvó a Nate Heywood de una muerte segura y condujo a ese historiador necesario para el grupo a unos poderes que le convierten en un aliado idóneo, ahora también salvará a Mick Rory de quedar como un muerto viviente para toda la eternidad. Heat Wave desvelará que ha buscado un compañero que ejerza de Captain Cold después de ese Halloween pasado por racistas y muertos vivientes. Y el elegido es evidentemente Ray. Teniendo en cuenta que Mick es el actual puto amo de la serie y su personaje siempre ha funcionado bien con Ray, estamos condenados a una extraña variación de buddy film con la que curiosamente estamos olvidando el objeto real en el que se ampara esta temporada. Y no, no es el misterioso mensaje enviado desde el futuro a Rip Hunter por Barry Allen sino la nueva y brutal frase que suelte por su boca Rory en el próximo episodio. Y de bocas va el asunto… «¿Estaba tratando de besarlo?».
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