Conviction: Hayley Atwell se merecía algo mejor después de ‘Agent Carter’

Serie de TV

“Conviction”

EEUU

2016

Sinopsis (Página Oficial):

Una joven e inteligente abogada, hija de un ex presidente de Estados Unidos, es chantajeada para dirigir la Unidad de Integridad de Nueva York. Ella y su equipo, investigan los casos de personas que pudieron haber sido condenadas injustamente.

Crítica Bastarda:

Vivimos en tiempos de cara y cruz en el cosmos ABC en lo que éxito y fracaso se refiere. Lamentablemente para Hayley Atwell, tras la cancelación de “Agent Carter”, su nueva serie en la cadena entraba de lleno en ese segundo grupo de producciones condenadas a tambalearse en esa cuerda floja en lo que renovaciones se refiere. Y, lamentablemente, esos fatídicos pronósticos se cumplieron. La premisa de “Conviction” nos remite a la posibilidad de una redención y la capacidad de aportar justicia a casos antiguos que pudieran haber condenado a personas injustamente. El resto es mero cartón piedra argumental bastante estereotipado en lo que procedimentales se refiere, teniendo a Hayes Morrison (Atwell) como un potente referente por su personalidad y su inherente virtud de poner las cartas sobre la mesa mientras tantea con la autodestrucción. El problema es que el talento de la actriz que dinamitado por infinidad de clichés afectados por la necesidad de la cadena de construir espectáculos a la sombra de Shonda Rhimes bajo un halo de estética procedimental, como si “Conviction” deseara alternar la posibilidad de convertirse en una mezcla de “The Closer” y “Caso abierto” con otra que despunta hacia “Scandal”. Con un diverso grupo de personajes que conforma el equipo legal, los escritores distintos materiales para que su protagonista tenga que elegir entre enfrentarse a cargas por posesión de cocaína (y finiquitar la carrera política de su madre) y aceptar el encargo de un supuesto antagonista (y antiguo amante), que también es el fiscal de distrito de Nueva York. 

Creada por Liz Friedlander y Liz Friedman podíamos esperar de uno de los productores y guionistas de “House”, “Orange Is the New Black” o “Jessica Jones”, trasladando esa capacidad de plasmar personajes con mucho carácter con retratos femeninos. Pese a la interpretación de Atwell (lo mejor de la serie), Morrison divaga entre la autodestrucción emulando a una niña pija rebelde que, al mismo tiempo, desea valerse de ese cliché de chica problemática que rodea su esencia. Sobre tal punto, pudiera ser complicado forzar en apenas un capítulo que la heroína quiere romper todas las cuerdas que la convierten en una marioneta de otros (su madre o el sibilino Conner Wallace) para dirigirse a abrazar la justicia por encima de sus intereses personales. En cierta medida, todos los personajes de su equipo se enfrentan a conflictos egoístas con la sombra de esa justicia que ha sido esquiva para los casos que deben volver a tratar. Esas dicotomías muchas veces pueden parecer víctimas de la polaridad en muchos de sus planteamientos y emociones. No obstante, aquí se establece una extraña metáfora y alegoría de la propia serie respecto a la audiencia, como si viviéramos atrapados en la necesidad de que Hayley Atwell tuviera una gran serie después de la injustamente cancelada y necesaria “Agent Carter” y, justamente, esperábamos la revisión de nuestro caso y liberación… El problema de “Conviction” es que es un caso cerrado y pendiente de una condena que todos conocemos llamada cancelación que recientemente ha acabado por consumarse. Pese al espíritu de reconstrucción, presente en sus transiciones, sorprende ver que la publicidad de FOX en España respecto a su serie viene bajo el encabezado de «Rebeldía». ¿De qué rebeldía se habla exactamente aquí cuando existe una clara sumisión argumental bajo el mandato de otras fórmulas trilladas y condenadas a ese halo de más de lo mismo? Esperemos que Atwell encuentre en la televisión un proyecto a su altura con la suficiente audiencia para sobrevivir. ¿A la tercera irá la vencida?

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