Agents of S.H.I.E.L.D. (2x17) Melinda: Protocolo Theta (y que nadie haga la rima, por favor)

La crónica de “Agents of S.H.I.E.L.D.” es la misma que “Agent Carter”, productos bien hechos que han generado la indiferencia de la audiencia pese al impacto mediático del Universo Marvel en la gran pantalla. Puede que la serie de ABC jugará con fuego en el comienzo de su primera temporada, espantando a unos espectadores que no han vuelto desde entonces. Por mucho que repitamos —por activa y pasiva— que nos encontramos ante el mejor entretenimiento basado en el mundo del cómic (de superhéroes), que actualmente emite la televisión, nadie nos hace caso. Menos audiencia, más peligro de cancelación. La propuesta creada por Maurissa Tancharoen y los hermanos Whedon es un perfecto catalizador para profundizar el material de las venideras “Los Inhumanos” y “Capitán América 3: Civil War”, mientras que la gran incógnita es cómo se va a gestionar dentro del show la crisis internacional de “Vengadores: La era de Ultrón”. ¿Lo aprovecharán los guionistas como la aparición de HYDRA en “Capitán América: El soldado de invierno” o nos quedaremos simplemente con el anunciado cameo de Coulson y Skye? Llegamos a “Melinda”, decimoséptimo episodio de la segunda temporada de “Agentes de SHIELD”, para dar sentido a la mitología de la propuesta y propulsar todo el arco argumental alrededor de Skye. 

“Melinda”, capítulo muy femenino, es por y para Melinda May. Ming-Na Wen se va a lucir para repasar toda la leyenda y mitos alrededor de su apodo que, en cierta medida, forma parte ya de la crónica bastarda de la serie. ¿Por qué llaman a la agente ‘la caballería’? Obviamente hay algo muy oscuro en ese flashback que nos lleva siete años atrás y en el que vemos a un personaje completamente distinto, recuperando a su aquel entonces marido (Andrew, interpretado por Blair Underwood). Hay erotismo bajo la ducha, amor y pensamientos de iniciar una familia… La historia la intuíamos pero nos interesa sabe qué ocurrió en esa misión que lleva a un equipo —con Coulson a la cabeza— a hablar con Eva Belyakov en Baréin, al creer la agencia que tiene una fuerza superior a la de un ser humano… Ya lo dejan caer: si algo se tuerce, llamarán a la caballería. Es obvio que algo se torció y varios agentes y una inocente niña, utilizada como rehén, quedaron secuestrados dentro de un edificio. Coulson y May se quedan solos y Andrew da incluso consejos a su esposa para hacer abordar la crisis con esa pequeña secuestrada. Drama. May entra en acción… pero nada es lo que parece. 

Y es que “Melinda” va a jugar con el trauma de Melinda May y una conexión con el presente para presentarnos al ‘Protocolo Theta’. El enfrentamiento entre SHIELD y esa otra verdadera SHIELD liderada con Gonzales se reduce a ese protocolo iniciado por Coulson y a la información ocultada incluso a May por su jefe. Ella sabe que si opta por esa decisión es por una buena razón superior… aunque va cambiar de pensamiento al conocer la implicación actual de Deathlok y que Simmons trabajaba en la tecnología que fue incorporada sobre Mike Peterson. ¿De verdad que trabajar con gente con poderes es peligroso? Y aquí llega la vuelta de tuerca o posiblemente una transformación de SHIELD para integrar en el futuro a la propia Skye o jugar incluso con el concepto de ‘Academia de Vengadores’. ¿Ha pensado los showrunners en atraer a la audiencia más joven con una serie más juvenil para la tercera temporada? ¿Spin off a la vista? La realidad es que Coulson está trabajando y construyendo una base con gente con superpoderes, reclutando a Andrew para todo el tema psicológico. Van a tener su ‘civil war’ con los inhumanos, eso es evidente. May ordena abrir a Simmons, por esas razones, la caja de herramientas de Fury… aunque ella sepa como nosotros que la auténtica se encuentra en poder de Fitz.

“Melinda” se lanza también a todo el territorio Afterlife y ver esa relación velada digna de melodrama entre una madre y una hija, su reencuentro e imposibilidad de revelar a ese mundo la realidad por las reglas de ese mundo en el que ahora viven ambas. Allí los enchufes con primer grado de consanguinidad son crimen capital. Jaiying alienta a Skye para aumentar la frecuencia de una montaña cercana y provoca una avalancha. ¿No les ha recordado a la secuencia de “X-Men: Primera generación” entre Magneto y Charles Xavier? Dicha escena es utilizada para la catarsis y la revelación de la verdad. Skye teme por esa leyenda oscura de todas las personas que han muerto por acercarse a ella y seguimos sin creernos que Afterlife sea un lugar seguro, aunque los últimos capítulos hayan demostrado lo contrario. Y menos mal… porque si llegan a ir esquiadores a la montaña de enfrente que casi revienta Skye, cual cristalería, estábamos apañados. Tiene (o debe) que pasar algo y “Melinda” decide utilizar su trama para conectar con la leyenda de May y ese mítica ‘caballería’. La realidad es mucho más oscura y Jaiying recuerda a Skye que muchos individuos han muerto por ignorar ese proceso que forma, instruye y selecciona a las personas que se sumergen en las Nieblas Terrígenas. El ejemplo viene precisamente de Eva Belyakov y su hija Katya a la que trataba defender May en ese flashback. May tuvo que acabar con su poderosa y letal madre para revelar el motivo de su trauma y tragedia personal. Realmente era Katya aquella que tenía los poderes y podía alimentarse de las emociones de otros sujetos, como un parásito, con solo tocarlas. Eva Belyakov eligió su juicio sobre el de Jaiying y Katya se volvió loca… y mala-malísima. Deseando ‘adoptar’ a May como su nueva madre, ésta pone final a la pesadilla con una bala que atravesó su propio corazón. El apodo quedó marcado y esa historia supuso el fin de su matrimonio y su incapacidad de tener hijos. Ciertamente aquí llega el conflicto dramático con una Skye que tiene que decidir entre sus dos disfuncionales e imperfectas familias y madres, entre esos dos mundos sobre los que bascula el actual show… Todo ese incidente da sentido también a una cena familiar y reunión con su padre donde la historia de su nacimiento y verdadera edad es expuesta. La lagartona y Terremoto de Móstoles se estaba quitando los mismos años que Marujita Díaz… Esa secuencia perfecta donde vemos a Skye sonreír, posiblemente por primera vez en toda la temporada, es el contraste a una pesadilla de Raina. El pobre ‘cardo borriquero’ finalmente ha encontrado su poder y Lincoln se da cuenta del don de la chica del vestido de flores: es Aramis Fuster con el atractivo de la Bruja Lola. Esperemos que acierte más que Sandro Rey. Que nadie haga una referencia sobre el clarividente o dime con quién te juntas... 

“Melinda” decide ofrecer en su epílogo su cliffhanger habitual, viendo que Fitz logra abrir la caja de herramientas de Fury en un baño en el que se encuentra encerrado. Sabe que está siendo seguido. Contacta con Hunter (y Coulson) y nos quedamos en conocer el truco del secador de manos eléctrico… para evaporarse de allí. Es otra historia aunque la presente demuestra que el show no necesita que Coulson acapare todo el protagonismo. Hay más vida… o más ‘Afterlife’, más SHIELD. 

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