Es fácil diseccionar “Inside No. 9” desde la perspectiva de un conjunto de capítulos independientes y se siente que la obra y milagros televisivos de Steve Pemberton y Reece Shearsmith desea que el espectador disponga del más completo mosaico para elegir. Con “Nana's Party”, quinto episodio de la segunda temporada de la serie de BBC Two, hemos llegado prácticamente al final de ese camino en el que tendremos una docena para completar una, valga la redundancia, completa antología. Esta nueva entrega ciertamente desea alejarse de los conceptos anteriores y sumergirse en el horror que suponen las fiestas familiares, como síntesis de una reunión de grandes monstruos que se disputan su alimento y con víctimas de fondo. La estructura del capítulo, por el contrario, trata de ser más original, introduciendo esa puerta número 9 desde la perspectiva de la llegada de un paramédico a ese dulce hogar en el que presumimos ha ocurrido una tragedia. No se dejen engañar por Pemberton y Shearsmith porque en “Inside No. 9” siempre ha desfibrilador encerrado. Repasemos “Nana's Party”.
“Inside No. 9” desea explorar el mal como elemento de ese sentimiento de mezquindad, odio y secretos que enaltecen el sentido familiar. Así que a Pemberton y Shearsmith no les hace falta la mansión perturbadora y gótica de “The Harrowing” (1x06) para revelar un ambiente peligroso y terrorífico en una casa repleta de limpieza, organización, color e impecables alfombras… Rápidamente nos introducen en un flashback a los personajes. Una obsesiva y tensa madre de casa, Angela (Clare Skinner), una hija adolescente Katie (Eve Gordon) y a ese padre llamado Jim (Pemberton), que se oculta debajo de la mesa y tarta para gastar una broma a su bromista cuñado… que, lentamente, se volverá en su contra. “Nana's Party” trata sobre las farsas en las reuniones familiares y los secretos que yacen debajo del pastel de pega. El choque de esos invitados que llegan nos introduce el alcoholismo de Carol (Lorraine Ashbourne) y los problemas para encajar por parte de su esposo Pat (Shearsmith). No falta el objeto de la fiesta: esa ‘Nana’ llamada Maggie (Elsie Kelly). Es evidente que algo va a salir mal con esa broma del pastel, pero se trata de una línea de suspense y tensión introducida por Steve Pemberton y Reece Shearsmith para que vayamos rellenando huecos y se formule un gran sketch final.
Tenemos un cambio de roles ya que será Angela la que ocupe la posición debajo de la mesa y pastel de su esposo. Bromas sobre cintas porno en VHS prestadas, los elementos y la psique de los personajes nos llevan a la obsesión de Angela por esas velas y a una realidad en ese alcoholismo de Carol: Jim tuvo una aventura con la hermana de su esposa e incluso ésta quedó embarazada (o le fue prometido un bebé durante su relación), conduciéndola a una crisis personal y alcoholismo. No es pastel todo lo que reduce y Maggie atraviesa la tarta con un gran cuchillo de cocina para prácticamente fulminar de un infarto a Jim. Es una treta de los guionistas ya que Angela se encontraba en la cocina preparando la auténtica tarta y no escuchó ninguna de las revelaciones sobre su esposo. El problema es que la joven Katie se enteró de todo, deseando confesar la verdad a su madre… No obstante, Maggie dinamita la fiesta al atragantarse con unos hielos con una araña de plástico en su interior que colocó el bromista de Pat en cuanto hizo entrada en el hogar. Ese gin-tonic pudiera salir muy caro a todos y se suceden las desgracias. Pat trata de localizar su teléfono, que estaba cargándose, para llamar a una ambulancia pero recibe una descarga eléctrica. Para colmo de males, ese paramédico que llega a la casa (y que vimos al arranque del episodio) resulta ser un stripper que Pat contrató para sorprender a su suegra. Con tan memorable sketch y todos ya recuperados de la fiesta llega la conclusión en esa postal de la ‘Nana’ y frase budista: «Olvídate del pasado, no puedes cambiarlo. Olvídate del futuro, no puedes predecirlo. Olvídate del presente, porque no te conseguí uno». Esa repetitiva cita en todo el capítulo va dirigida a Jim, que verá cómo su esposa e hija deciden abandonarlo y se queda paralizado en ese salón que formaba parte de la farsa que había decidido vivir. Sin pasado, futuro ni presente, siempre hay algo más sobre es exterior y superficie de las cosas. Prácticamente allí nadie era lo que quería ser y la falsedad se convirtió en el aire que todos respiraron. Ese paramédico llegó como catarsis y revelación de la autentica naturaleza de las cosas: todo es mentira y superficial. “Nana's Party” pudiera parecer uno de los episodios más flojos de esta segunda temporada de “Inside No. 9”, pero realmente Pemberton y Shearsmith se recrean sobre lo cotidiano y lo más banal como recreación de lo más siniestro. Al fin y al cabo, Angela robó el deseo de su madre y tendrá una nueva vida y posibilidad de futuro alejada de esa casa y vida que realmente era un falso y petulante pastel.
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