“Orphan Black” ya se ha convertido la nueva ficción indispensable
para cualquier seriéfilo que ansíe y espere el mejor entretenimiento con calidad. Con la
renovación de su segunda temporada BBC America ha acertado con una de
las sorpresas del 2013. La ficción que protagoniza Tatiana Maslany empezó para muchos como una miniserie de seis
capítulos y ha ido creciendo tanto en extensión como en amplitud. Con una segunda
temporada a la vista está claro que la serie, que fácilmente puede mutar hacia
nuevas posibilidades, quiere asentarse en multitud de frentes que comenzarán a
confluir en “Variations Under
Domestication”, sexto capítulo de la primera entrega de “Orphan Black”. Es momento de repasar
otro capítulo que combina un carrusel de emociones, cliffhangers y revelaciones tanteando con el ridículo y saliendo
airosa del envite.
La paranoia
de Alison va a cruzar las barreras de lo físico para poner a todos en riesgo.
Sarah y Felix tendrán que introducirse en el mundo de marujas, infidelidades y
fiestas vecinales de la clon pija para tener nuestra ración de entretenimiento
y carcajadas. Los mundos chocan de Sarah y Alison y tendremos la aparición de Paul
y Art, que hacen acto de presencia por diferentes motivos… El enfrentamiento se salda con pelea, clavo y lección a
Art y la despedida ¿final? por parte de Sarah. Ahora, tendrá que confiar todos
sus secretos a Paul… que elegirá la botella que pondría fin a las aventuras de
Sarah entregándola. Paul parece que deja de ser el monitor de Beth y se
convierte… ¿en el amante y nuevo consorte de aventuras de Sarah? Sarah es Sarah y es
realmente aquello que nos importa. ¿Confiará Paul en Sarah y Sarah en Paul? ¡Cuánto
lío con tanto nombre y misma mujer!
El capítulo
va a ser desarrollado con esa fiesta en la que un par de clones se reúnen en la
misma casa y se producen situaciones esperpénticas, dignas de vodevil, que “Orphan Black” sabe convenientemente
explotar. Todas las secuencias provocarán catarsis milimétricas que harán
evolucionar el matrimonio de Alison con Donnie y acercarán a Paul y Sarah. La
comida comunitaria (potluck de barrio) nos presentará, además, nuevos
personajes y sospechosos de ser el monitor de Alison. ¿No lo era su marido? ¿Un
marido al que Alison tortura, ata e interroga con divertidos resultados para ratificar su pilar familiar? ¿Alguien
dijo que fuera fácil ser un clon? Lo interesante de una ficción tan socarrona
es que los clones encuentran la catarsis y evolución necesaria en sus vidas
cuando otra interpreta su papel. Todos sabemos que Donnie trama algo pero son
novios del instituto, algo que rompería las señas de identidad de un monitor.
¿Nos contarán algo nuevo? ¿A quién llama Donnie realmente? ¿Esconde algo más
esa vecina inoportuna? ¿Pondrá en peligro Sarah a Paul ante el misterioso Olivier?
Lo averiguaremos, por supuesto, en nuevos capítulos… aunque me temo que el
asunto se va a enredar mucho más.
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