No es que “La chica invisible
(Awkward)” sea una serie de noticias trascendentes pese a estar enmarcada en
una cadena y target de intrascendencia. ¿Nos importan (y de verdad) las últimas declaraciones de Ashley Rickards o Brett Davern? ¿Los consejos de belleza Jillian Rose Reed? ¿La dieta de Molly Tarlov o los ejercicios de
entrenamiento de los abdominales de Beau
Mirchoff? ¿Las recetas de cocina de Nikki
Deloach, tal vez? Ciñéndonos a lo estrictamente ‘profesional’ pocos medios
norteamericanos han dado su opinión respecto a esta tercera temporada. En
realidad únicamente el New York Daily News ha constatado el
estreno de la nueva entrega sobre el drama y el absurdo que encuadran los
miedos y problemas de los adolescentes protagonistas. Una reseña positiva… y
poco más. ¿Se ha enterado alguien mayor de 18 años que se ha estrenado la
tercera temporada de “La chica invisible
(Awkward)”? Vamos por el sexto capítulo y es momento de introducirnos en “That Girl Strikes Again”.
Hay dos mundos… y dos clases de personas de instituto que pueden llegar
a ser populares, parece decirnos el capítulo. Precisamente “La chica invisible (Awkward)” ha juntado a Matty y Jenna, seres
opuestos que encajan respecto a arquetipos de instituto: él es el chico popular
y ella es la chica… ¿invisible? No, Halloween llega a Palos Hills y los
espíritus nos van a demostrar que Jenna puede ser muy popular en otros espectros
alejados de fantasmas, pompones e inseguridades de pubertad. No sé si aquí los
guionistas han desaprovechado la oportunidad de revivir a Ricky Schwartz en la
entrada del Día de Todos los Santos y torturar a Sadie… aunque tendremos fiesta
pero sin Ming y Lissa, que siguen desaparecidas… ¿como últimamente?
Mientras que Matty va vestido para Halloween, Jenna pasa del asunto… Aquí tendremos dos bifurcaciones: por un lado, Jenna no es entendida por el sector ‘cool’ del instituto que ha puesto su nombre en la lista de ‘No sexy’ y que celebra su fiesta particular personificada en un nombre: Cebre. Jenna Hamilton cree por comentarios ajenos que no está en la misma categoría que Matt McKibben. Al trauma se suman más revelaciones: ¡Val se disfraza de Jenna para Halloween! Nos enteraremos que Angelique Welch es la novia de Collin y que fue la mejor amiga de la infancia de Sadie hasta que una competición de hípica para niñas de nueve a once las separó. Angelique ganó el trofeo y Sadie —según ella, como siempre— se lo merecía… más, aparte de indicar que por edad no debería haber participado. Para colmo Sadie se acopla con Matty y Jenna a la fiesta de Cebre, autora de la famosa lista ‘caliente’ que ha provocado que Tamara y Jake sean alguien… Jenna contraataca con un plan alternativo: sabotear la fiesta de la gente de Tahdwicke.
Mientras que una extraña se atasca con el suéter de Tamara y Jake se coloca con una galletita con ‘relleno’, Sadie localizará su trofeo a cambio de un nuevo y futuro ¿amor? llamado Austin. Jenna inicialmente se siente excluida cuando Matty y Collin hablan sobre obras de arte, pero pronto encontrará su hueco entre disfraces de Andy Warhol. Sus peripecias suicidas y mofarse de Collin provocarán que el propio Matty quede excluido y saboree el otro lado de la moneda de la popularidad. La propia Angelique no sabe por qué Jenna está con alguien como Matty, de hecho. Hija, no le des ideas… que te levanta al novio. Realmente Jenna y Matty son la extraña pareja y “La chica invisible (Awkward)” en esta temporada no se sabe si la está reforzando o rompiendo definitivamente. Ambos están fueran del alcance del otro para sus universos colindantes. La ficción de MTV siempre se ha sentido muy a gusto lidiando con mundos paralelos y Tahdwicke puede dar tanto juego como el choque de la superficialidad de Cebre. La belleza está en el ojo del observador… como esta misma serie.
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