Con la
llegada del nuevo capítulo de “Bates Motel” debería ser el momento de
posicionarse ante las revelaciones que proporciona la serie creada por Anthony
Cipriano. ¿Merece la pena ver la ficción que protagonizan Freddie Highmore
y Vera Farmiga? Lo normal es que las series de televisión queden definidas desde su
comienzo hasta el arco que define su completa primera entrega. En el caso de la
serie de la A&E es difícil
aventurarse a aquello que quiere ser más allá de una reconstrucción del pasado
de Norman Bates. Mientras que “American Horror Story” tiene el comodín
de desfogarse/reinventarse y dar todo en cada entrega, aquí el juego de roles es el motor
dramático mientras que un pueblo repleto de criminales conseguirá crear el
suspense necesario. “A Boy and His Dog”, octavo capítulo de la primera
temporada de “Bates Motel”, llega para querer asentar las bases de la
serie… ¿definitivamente?
A “Bates
Motel” le gusta acabar con un cliffhanger,
normalmente macabro, para cerrar su capítulo… Otra cuestión es que el
camino hasta producirlo sea consecuente o sólido. La serie me está produciendo
sensaciones encontradas: ha demostrado su capacidad en capítulos como “The Truth” pero su formulación ha mostrado prácticamente la baraja al completo.
¿Hubiera funcionado mejor como una miniserie dedicada al completo enfrentamiento,
manipulación y descontrol de las psiques de Norma y Norman? Al dotar de aroma
de thriller la propuesta se ha demostrado que se necesita un villano que ponga
en peligro la vida de los Bates. Keith Summers y Zack
Shelby eran los últimos escalafones de una organización peligrosa y donde Jake
Abernathy será la cabeza… ¿y último escalón? El motel daba pie a numerosos
negocios sucios y ocultos y Summers intentó recuperarlo por la vía violenta y
Shelby por el poder de la seducción… Sí, da la impresión de que hasta el amor
de Shelby era tan falso como su sonrisa. Las revelaciones de Jake a Norma
dejarán claro que o continua con el negocio… o tendrá que ser su enemigo. El
cuerpo cadavérico y después de pasar por el forense de Shelby en la cama de
Norma deja claro que Jake puede ser el más peligrosos y sibilino de los adversarios
a los que se pueden enfrentar. Además, veremos que Norma tampoco tiene la ayuda
de Romero y sus amenazas de revelar la verdad pueden buscarle la ruina
definitiva. Sí, Norma está completamente sola en todo esto y encerrada en una
espiral de negocios ilegales.
“A Boy and His Dog” va a dedicar más tiempo a Dylan y su ascenso en una de las organizaciones ilegales de White Pine Bay. Averiguaremos que los recolectores son los tipos que cortan y procesan la maría y transforman las plantas en el producto final. A Remo no le sienta nada bien ser el ayudante de un niñato como Dylan y ve en él ciertos reflejos que su pasado. Lleva 23 años trabajando en el ‘sector’ y posiblemente su afán autodestructivo (y etílico) le arrastró a ser un loser. Dylan deberá ganarse el respeto de Remo dando una patada en el culo a uno de los recolectores díscolos y descubrirá que Gil no es el jefe-de-todo-esto sino que hay alguien más arriba. Dylan llevará a los recolectores al motel de su madre y ocultará la finalidad de los sucios negocios en los que se haya metido. Para colmo, su madre había largado a Jake Abernathy y ese choque frontal de negocios puede provocar una guerra de bandas locales con Norma y Norman como protagonistas sin quererlo (ni saberlo). El motel es precisamente una pieza clave del negocio… pero seguimos pensando: ¿Cómo pudo perderlo Keith Summers si generaba suculentos ingresos en dinero negro?
Obviamente el título del capítulo acercará al joven Norman Bates a la taxidermia de la mano del padre de Emma, Will. Norma no ve con buenos ojos la afición macabra de su hijo… pero es, al menos, algo en lo que demuestra tener interés… No falta trama de instituto: Emma entra al baño de las chicas para echar sus mucosidades, otras chicas entran y se ponen a rajar de la relación entre Bradley y Norman, ella sale y les cuenta para reducir a la miseria sus comentarios despectivos que Norman se acostó con Bradley, Bradley se lo recrimina a Norman y Norman… estalla y se va del instituto de manera un tanto violenta con una de las profesoras. La señorita Watson apunta la matricula y va a ser suspendido unos días por su salida sin permiso. Además, quieren que vea al psicólogo de la escuela por ser extremadamente emocional y, digámoslo, ‘raro’. Norma no quiere que su hijo se vaya de la lengua y que descubra que asesinó realmente a su padre o simplemente el hecho de controlarle provocará que lo lleve a un psicólogo privado, que descubrirá que la auténtica paciente aquí es la propia Norma… Norman y Emma quedan como amigos y la chica se sincera completamente con él. Juno quedará también precioso de la muerte… Ahora nos toca saber qué quiere ser esta serie. Seguimos sin saber si Norma se hace la tonta… o es realmente tonta. De momento, ya le han dejado un bonito cadáver en su cama… y en ocho capítulos se ha ganado la antipatía y desprecio de todo un pueblo… ¿Es demasiado tarde para huir para Norma y para los espectadores que estamos viendo la serie?
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