El octavo capítulo de la
tercera temporada de “La chica invisible
(Awkward)” titulado “Rubbed Raw and
Reeling” va a posicionar la ficción de MTV en terrenos conocidos. Si bien
la apuesta que protagonizan Beau
Mirchoff, Ashley Rickards, Brett
Davern (y compañía) siempre ha sido lanzar un dardo envenenado sobre el
género tontorrón de adolescentes / institutos (y amoríos en aledaños), esta vez la
afilada flecha puede que no sea del todo lo puntiaguda que necesitaba. El
debate está servido y el material propuesto es obvio: la ampliación de “La chica invisible (Awkward)” a
temporadas de 20 capítulos va a suponer que los guionistas busquen elementos ya
vistos en otras ficciones para construir el universo satírico de Jenna Hamilton.
¿Perderemos calidad/humor en el proceso? ¿Nos parecerá en algún momento que la
serie se tiene que repetir ante la imposibilidad de abrir otros casilleros? Es
momento de repasar al detalle “Rubbed
Raw and Reeling”.
Tenemos club de fans de Matty compuesto por las chicas ‘más
desfavorecidas’ del instituto. Jenna no parece tener celos sobre el resto de
mujeres (y freaks) que desean meter mano a las trabajadas carnes de su novio.
Realmente de celos trata “Rubbed Raw and
Reeling”… Los puntos más satisfactorios y los más ¿irritantes? de “La chica invisible (Awkward)” parecen
florecer en esta tercera temporada. Tendremos a una Jenna Hamilton que
comenzará a desarrollarse como un futuro talento y voz de una generación
adolescente pero, al mismo, tiempo dicha evolución conlleva las imposibilidades
romántico-bobaliconas de la serie. ¿Una revisión actual y teen de Jane Austen o la imposibilidad de
afrontar sus patrones en el mundo actual? Y es que parece que tanto para los
creadores, como toda esa moda crepúcu-porculiana si no hay trío en amor… no
funciona. Al sobrellevar (y sobrepasar) la dicotomía de la anterior temporada
la protagonista en esa parodia de Team Matty y Team Jake, ahora cae en su misma
telaraña y red de incapacidades.
Sabíamos que Collin (Nolan Gerard
Funk) esta temporada no estaba allí para ser amigo de Jenna sino como
posibilidad de futuro amor. Anteriormente se había planteado que Matty no está
a la altura intelectual de Jenna y que ésta dispone de otros universos (más
bohemios) en los que su invisibilidad se transforma en brillo radiactivo. Un
desafío (y trampa mortal) del Sr. Hart provocará que Jenna tenga que sacar
fuerzas interiores para exponerse públicamente y que, durante semejante
purgatorio, aparezcan revelaciones e inquietudes sobre sí misma. ¿De qué dudará
Jenna? De nuevo volvemos a mandar al traste a Ming Huang y a Lissa, que ahora
son las ‘chicas invisibles’ de la serie y nos centramos en el material conocido:
la relación de Jenna y Matty se estabiliza después de 6 meses pero no todo iba
a ser tan perfecto. Para romper el equilibro emocional de la Hamilton aparecen
esta temporada el Sr. Hart y Collin. El profesor de Escritura Creativa admira
el potencial pre-eyaculativo de esos adolescentes que tiene en clase y decide
incentivarles con una no-trampa que en realidad esconce una trampa. Jenna cae
de nuevo en la red, ya que las intenciones de su profesor es que corra riesgos…
Riesgos literarios, morales y, por supuesto, románticos en el pack… La
vulnerabilidad de Jenna será expuesta cuando acepta contar un capítulo de su
vida a micrófono abierto con público delante… Pero aquí aparece que su
inconformismo y rebeldía puede ser el sinónimo de su insolvencia de afrontar su
vida romántica.
Aunque Jenna se quejará a Valerie Marks del sadismo del Sr. Hart, su
guía señala que siempre ha sido una cobarde. Es momento de dar la cara… en una cafetería y el material será la pérdida
de virginidad narrada en su blog. Jenna no quiere que nadie vaya… pero allí
aparecerán sus padres, el Sr. Hart y Collin y Sadie. Matty y Jake tendrán una
noche de chicos en una ‘hermanobarbacoa’ donde las chicas quedarán a un lado…
incluido teléfonos. Las apuestas subirán en valentía y facilitarán la ‘soledad’
de Jenna con su madre como único testigo al espantar a su propio padre por el
tema a tratar. Valerie será la telonera… estrafalaria para abrir el apetito.
Aunque inicialmente Jenna muestra dudas, enseguida se hace con el escenario y
público. Su humor ácido provoca las risas de los espectadores y el halago final
(a su modo) del Sr. Hart… aunque para Sadie sea simplemente una zorra sin
depilar. Las apuestas de los chicos provocan que Jenna se quede a solas con
Collin mientras que Matty expone las uñas pintadas de rosa de Jake afeitándose
la pierna. Las adulaciones y contactos físicos con Collin van a provocar las
dudas y celos de Jenna. Sus sentimientos provocarán su huida y una reprimenda
de su madre, que debe taparse con un bata sus protuberantes pechos para evitar
que la secuencia parezca otra cosa, que le recuerda que tiene novio. Ambos
tienen novio… y esto es el principio de la nueva “La chica invisible (Awkward)”. Jenna ignorará a Matty que viene a
visitarla a su habitación y las dudas emergen: las cosas que evolucionan
amenazan con extinguirse… ¿Cómo harán los guionistas para que Jenna no quede
como una zorra-roba-novios y demos la razón a Sadie? Lo veremos en el próximo
capítulo…
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