David O. Russell nos da una lección de humildad y consecuencia. Al contrario que otras tv-movies camufladas bajo el maquillaje del star-system y el presupuesto más abultado “The fighter” parece recrearse en su condición desde su arranque. No esconde nada en su inicio documental y cámara aparentemente de improvisación amateur… Delante están las estrellas pero fingen: son hermanos. Piensas, ¿cuándo nos van a engañar? Y aparecen imágenes reales de archivo y otras archivadas y recreadas a modo de pasaje familiar. Entonces, llega una pantalla en negro con unos títulos que nos avisan del temible ‘Basada en una historia real.’
Estamos dentro de un camino duro… de una carretera sin asfaltar con unos puños al aire que nos distraen. Nos encontramos en el interior de Christian Bale y dejó de ser Bale para hacerse Dicky Eklund. ‘¡Están haciendo una película de mí!’, exclama. Es la manera de presentar la película y de repente un salto de punto de vista a un operador de cámara que filma todo… y nos deslizamos a una velocidad sobre otra carretera asfaltada mientas aparece el título ‘The Fighter’. Va a ser una película de lucha y fuga, escapista y sin trampa y cartón.
Hay lazos y motivaciones de cineasta autoral pero no pretende ni ser una nueva “Toro salvaje” pese a mostrar alguna secuencia de montaje, fomentada en el plano secuencia con efectos de edición, de la evolución victoriosa del boxeador. El nuevo documento no es el plano fijo, similar a la estética periodística de la fotografía de diario de noticias, sino que la nueva estética de información pertenece a youtube y al streaming. Tampoco el tono crepuscular y decadente del filme de Scorsese es un patrón porque, pese a bajones por drogadicción y anticlímax dramáticos, padece cierta orientación hacía el triunfalismo de “Rocky” en su american-way-of-life y sueños al relieve made in America con familia disfuncional y numerosamente rubia oxigenada. Sí, es una tv-movie, que enlaza con “Cinderella Man”, aparente y vigente, que comparte su gusto por la estética de realización con “Rocky Balboa” de los combates de boxeo televisados.
LA GRAN FAMILIA |
Aunque parezca mentira hay ‘presencia’ española en la cinta. Hablo de “Belle Epoque” de Fernando Trueba.
[Durante la proyección]
Micky Ward (Mark Wahlberg) va al cine en su primera cita con Charlene (Amy Adams) y pasa la mayor parte de la película durmiendo.
[A la salida]
Charlene: ‘No había mucho sexo… Tuve que leer toda la película. ¿Alguien te recomendó una jodida película subtitulada…?’
JUNTOS, DOBLE PLETINA, Y TELEREALIDAD |
Es interesante ver como los directos divergen entre diferentes elecciones formales y estéticas en una secuencia del ‘mono’ de un drogadicto. Siempre será recordada la de Ewan McGregor en “Trainspotting” con ese bebé endemoniado caminando por el techo. Aquí, el director de “Extrañas coincidencias”, proyecta imágenes residuales de tiempos pasados y mejores inalcanzables, fugaces y etéreas para la mano de Christian Bale. De nuevo, convergen temas habituales en este tipo de cintas pero la mano del director deja su huella de su particular pincel.
ESTE AÑO TOCA... |
¡Las chicas de la MTV son peligrosas y más si son camareras! Nueva referencia al mundo televisivo como esa otra marca de agua, en formato documental, llamada HBO. Y es ahí donde el circulo inspirador y oda al tubo de imagen, como época de confirmado pasado tras la imposición de la televisión digital terrestre, teje su particular visión y evolución de todos los personajes: al ver televisada su propia realidad y la de el protagonista del filme, la decadencia y adicción al crack de Dicky que funciona como anticlímax, saltan en un trampolín para desplegar y mejorar sus vidas.
NO FALTA LA LUCHA FINAL BRITISH Y SIN CABALLERO |
Las grandes actuaciones son un común denominador para toda película basada en hechos reales cuyo inicial destino televisivo acaba en pantalla grande. Más si hay un par de Oscars casi en el bolsillo para Melissa Leo y Wahlberg / Bale (dependiendo de quién nominen a secundario) con permiso de elecciones a la categoría y competencia por todo lo alto. El cineasta muestra aquí inquietudes por el formato y el perfeccionamiento. El prólogo y el epílogo muestran la evolución personal y recorrido humano de sus protagonistas. ¿Nada nuevo? Es curioso que el mismo año en el que Fincher y Sorkin han cinematografiado la película-basada-en-hechos-reales a golpe de excelente guión y dirección un cineasta se recree y consiga hacer que esa carretera a punto de ser asfaltada sea efectivamente un nuevo camino.
Hola
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