1929. Gran Depresión. EEUU.
«Al principio de los tiempos, tras la Gran Guerra entre el Cielo y el Infierno, Dios creó la Tierra y le concedió su dominio a un astuto simio al que llamó Hombre. De cada generación nació un hijo de la luz y un hijo de las tinieblas. Grandes ejércitos se enfrentaron de noche en la antigua Guerra entre el Bien y el Mal. Y apareció la magia y la nobleza y una inimaginable crueldad. Y así fue hasta el día en el que un falso sol estalló sobre Trinidad y el hombre decidió cambiar para siempre el milagro por la razón.»
De la Wikipedia:
“Trinidad fue la primera prueba en tecnología de armamento nuclear que se llevó a cabo el 16 de julio de 1945, en Estados Unidos, a una distancia de 35 millas (56 kilometros) al sudeste de Socorro, Nuevo México, el cual es utilizado ahora como blanco de misiles de prueba.
Cartas. Bienvenidos al mundo. Pasen por la oficina. Lo plástico toma forma. Hay hambre en este mundo pero también comienza la era de los avances. La espada del destino se cierne sobre la muerte. Los tiranos comienzan a dominar en el mundo ante un pueblo impávido y flexible. El KKK levanta cabeza. Comienza el horror. El rey de espadas da paso a la templanza, abstinencia y moderación. Mundo de divertimento, del circo, de sueños, de poder volar y bailar. La magia y el mago dan la vuelta a la Torre. Mundo de guerras y de lucha, mundo de política y juicios sobre ese mundo que solo conoce la luna y el sol, el infierno y cielo, a sus demonios y dioses. La seca arena de un desierto que nos descubre a “Carnivàle”.
Los primeros minutos de la serie de Daniel Knauf son oníricos, fantasmales, potentes, enigmáticos y fantasiosos. Un puro motor de talento que es lo que nos va ofrecer la serie. Desde “Freaks, la parada de los monstruos” a “Twin Peaks” y el legado de David Lynch como trasfondo evocador. Cortina roja en mano y misterio onírico, demonios de la noche con piel de corderos y soledad a golpe de sol. Llega la noria y la feria, el comercio del alma humana está en juego. Pero aparece una tara a modo de maldición. Al igual que la obra de Tod Browning introducirse en el mundo y normas del circo ambulante tiene un precio. Uno terrible. La altísima probabilidad de convertirse en uno de los seres mutilados que recorre el mundo exhibiendo su deformidad. El director de “Garras humanas” tuvo que ver como su obra era encarecidamente deformada, recortada y mutilada en todas sus palpitantes extremidades. Fue condenada al odio y al olvido, al destierro y a la soledad como condena… pero lo objetos brillantes relucientes de talento acaban por emerger de las sombras y las tinieblas. “Carnivàle”, pese a mutilación y recorte de extremidades a un tronco deseoso de vivir, quedó expuesta y admirada por un público que observó atónitamente como era encerrada en un frasco de formol cerrado por candado por la HBO. Su llave cada vez parece enterrada en lo más profundo de un infierno llamado rentabilidad. Demasiada cara para una audiencia entregada desde el capítulo uno, que descendió paulatinamente en la segunda temporada.
El diseño de producción es tan meticuloso como la perfecta fotografía y ambientación. Tan perceptible y deudora del detalle. El catálogo de personajes va desde una mujer barbuda a videntes, magos, forzudos, prostitutas y bailarinas, encantadoras de serpientes… Grandes nombres a la dirección de los episodios que se suman al esfuerzo colectivo como Rodrigo García o Todd Field y una banda sonora admirable de Jeff Beal. Demasiados pecados por suma de vanidades y perfecciones. Lo que es demasiado bueno dura poco.
El día y al noche desde el logotipo de la serie y de ese ‘carnaval ambulante, el cielo y el infierno. La luz y la oscuridad se apoderan de la pantalla y estremecen el calor del desierto. La dura tierra del errante se diluye en una batalla que necesita héroe y antagonista… Parecen confluir, ser el mismo y ser distintos. Piezas de ajedrez que a su vez son manejas por otras piezas del tablero. Blanco y negro. Casillas para avanzar o ser devorados.
El contexto histórico elegido es idóneo… como si la tradición mágica que nuestros ancestros comenzará a evaporarse con la evolución de la ciencia y la tecnología. La fe parece mover montañas pero los milagros sólo son para aquellos que los necesitan. La pobreza es el subterfugio para manipular a la mente humana.
Es cierto que la segunda temporada de “Carnivàle” estaba herida por la espada de Damocles. Es tan buena como la primera pero en ella aparecen debilidades que no mostraba su antecesora. No es en absoluto culpa del creador sino de las circunstancias. Por necesidades de producción se vio mermado el casting y comenzaron las bajas. Desparecieron Gecko y las hermanas siamesas Alexandria and Caladonia Potter; Apollonia y Lodz se convirtieron en meros secundarios. Algunos justificados y otros simplemente transformados en simples peones descartados en una frase.
La pieza de encaje se basaba en seis temporadas compuestas de tres libros que trazaban el paso de dos temporadas. Nos quedamos simplemente en un libreto y pese a quedar abierta la serie y numerosas tramas observamos ciertos parecidos muy razonables entre “Lost” y “Carnivàle” en su aspecto más mitológico. El bien y el mal que apenas se distingue podría ser esa lucha entre Jacob y su ‘negramente humificado’ Némesis. Quién es bueno o malo parece no estar vinculado a sus actos. Decimos que nuestros dioses son tan benevolentes como asesinos en cuestión de pasiones y desgracias, incluso se justifican sus actos achacándolos a las trivialidades del destino. Lo interesante de “Carnivàle” es su animadversión por la explicación sin justificación. Los secretos son resueltos pero se abren nuevas incógnitas y el puzle misteriosamente encaja a la perfección.
Dar y quitar parece el estigma de un salvador que puede curar y matar al mismo tiempo. Los personajes son buenos y malos; pueden ser ángeles o demonios en cuestión de cuatro segundos.
Esa extraña afiliación al misterio, al telón rojo y a lado más místico y fantasmal de la vida humana parece generar un aluvión de preguntas con ambiguas respuestas. Todo es coherente y la intención de perdurar es tan notable que nos quedamos muertos esperando que algún elegido coloque sus manos sobre la serie de Daniel Knauf para revivir ese corazón que otros hicieron que dejase de latir.
«Al final de la neciamente llamada por el hombre ‘La guerra que pondrá fin a todas las guerras’ el oscuro procuro eludir su destino. Vivir como un mortal. Huyó atravesando el océano hacía un Impero llamado América. Pero su mera presencia bastó para corromper el espíritu del país. El pueblo quedó silenciado por estúpidos que hablaban mucho pero no decían nada. Para ellos la represión y la cobardía eran virtudes y la libertad una obscenidad. Dentro de ese territorio tenebroso el profeta acechó a su enemigo hasta que, debilitado por sus heridas, acudió a su heredero en la antigua línea de luz. Y así fue como el destino de la humanidad acabó cayendo sobre los trémulos de los hombros del más reacio de los salvadores.»
En esta serie se habra "inspirado" Alex de la Iglesia.
ResponderEliminarVeo que es adicto a HBO, yo soy mas de SHOWTIME.
Saludos bastardos.
No lo creo Mercenaria. Parece que Alex se inspiró en su propio ego y presidencia aunque "Freaks, la parada de los monstruos" es un referente lo suficientemente fuerte.
ResponderEliminarLa Operación Bastarda para visionar series y cuentas pendientes eran de la HBO. Todo el mundo me habla muy bien de "Californication" y "Nurse Jackie" aunque sólo sigo "Dexter". De "Weeds" he visto varios episodios sueltos por Canal Plus pero no me enganchó.
Saludicos!
Weeds las primeras 3 temporadas son buenas el resto son mierda pura, Californication no me enganchan las cosas estaticas si soy un adicto al sexo y punto esa es toda la trama paso, Nurse Jacki tiene sus momentos.
ResponderEliminarCon Dexter no me logro enganchar vi la primera temporada pero eso de asesinatos en todos los capitulos y el saber que por lo menos hasta la temporada final no lo van a atrapar me cansa.
La que me gusta es Unite state of Tara, a esa la temporada que le vi me encanto, menos el antepenultimo capitulo que me parecio mas de telenovela que de serie.
Que buen recuerdo el de Freaks sobretodo la ultima parte es excelente.
Saludicos.