domingo, 30 de enero de 2011

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The Town (Ciudad de ladrones): Ojos vendados y un camino por recorrer

Arranca fuerte: un atraco a un banco a mano armada con rehén. Unos pasos que caminan desnudos con venda en cara y terror en el alma. Minutos antes nos habían mostrado que en la ciudad donde se desarrolla la acción se han cometido más robos a bancos y furgones que en el resto del mundo. Así es “The Town (Ciudad de ladrones)”: ojos sellados y pasos hacía la oscuridad y el abismo.

Todo se trata de confianza. Ben Affleck quiere ser Clint Eastwood y después de la sorpresa que supuso “Adiós, pequeña adiós” se atreve readaptar el reverso de “Heat” como falsa promesa de su creatividad autoral. Existe cierta predisposición al contemplar casting, recogiendo a Jon Hamm y Jeremy Renner, de las aspiraciones de un cineasta que quiere crecer. Aquí tiene un filme de robos y bandas que pretende reflejar el paso al otro lado del crimen, con un doble punto de vista policial, pero obviamente la baraja está marcada y se nos alega a la lírica que produce el criminal mediante su resarcimiento amoroso con una de sus víctimas.

Cuando un criminal se enamora de su rehén e inicia posteriormente una relación con la misma sin que ella sepa su pasado emerge, vía síndrome ciego de Estocolmo, un punto de partida muy interesante. Tono y género, entonces, quedan atados a lo que previamente nos han enseñado “The Town (Ciudad de ladrones)”. Es un thriller… pero tal vez debería ser una comedia negra. Ese punto de partida que enmarañando la propuesta y se deshila en el momento en el que el comportamiento de la fémina se desequilibra y no se sabe si el amor te hace perder inteligencia o en vez de ayudar se quiere vengar. La cosa es que las acciones que toma Claire Keesey, interpretada por Rebecca Hall, no tienen muchos pies y menos cabeza.

AMOR Y ESTOCOLMO
El retrato sobre una banda queda fortalecido en las figuras de Affleck y Renner, cerebro y músculos-gatillo,  que a su vez quedan atadas por un pasado compartido y pseudo-familiar. Hermanos de sangre y traumas familiares del personaje que interpreta Chris Cooper por una familia destrozada desde la infancia del protagonista. La estirpe, la banda y las leyes del barrio concentradas en la figura de Fergie (Pete Postlethwaite) son temas en los que se remarca el peligro y las ataduras de un negocio en el que no existen bajas voluntarias, salvo por defunción.

SOSPECHOSOS HABITUALES
Queda la huida y la predisposición poética de abandonar una profesión con dos salidas: la cárcel o la muerte. Los que han estado en la primera sólo desean la segunda. Parece otra de esas leyes que no nos muestran, de esos códigos del barrio que hacen mirar para otro lado a la policía y, tal vez, la investigación federal haya desembocado por una contenida ineficacia previa. Se nos avisa que la ciudad es un foco de criminalidad al furgón y al banco y se ha convertido en mera rutina laboral y criminal.

MAD COPS AND MEN?
El problema de Affleck es querer hacer una película con hondo cuando apenas tiene profundidad el vaso que pretende reflejar. “The Town (Ciudad de ladrones)” es muy competente en sus secuencias de acción y hay que verla como un thriller más que como un drama, donde queda cojo, y mucho menos fijarse en su farragosa parte romántica. Lo importante aquí es sumergirse en el terror y suspense de no conocer si vendrá agua o un precipicio sin fin. Pura ley de lírica y física 

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