El cisne negro: Todo sobre mi Cisne (negro)

“Cisne negro”

Título original: “Black Swan”

Director: Darren Aronofsky

EEUU

2010

Sinopsis (Oficial):

“Cisne negro” narra la historia de Nina, una bailarina de una compañía de ballet de la ciudad de Nueva York cuya vida, como la de todos los de su profesión, está completamente absorbida por la danza. Nina vive con su madre, Erica, una bailarina ya retirada que apoya con entusiasmo la ambición profesional de su hija. Cuando el director artístico Thomas Leroy decide sustituir a la bailarina principal en la nueva producción de la temporada, ‘El lago de los cisnes’, Nina es su primera elección. Pero Nina tiene competencia: una nueva bailarina, Lily, que también ha impresionado gratamente a Leroy. ‘El lago de los cisnes’ requiere una bailarina que pueda interpretar tanto al Cisne Blanco, con inocencia y elegancia, como al Cisne Negro, que representa la astucia y la sensualidad. Nina se adecua perfectamente al papel del Cisne Blanco, pero Lily es la absoluta personificación del Cisne Negro. Mientras la rivalidad entre las dos jóvenes bailarinas va transformándose en algo más que una encrespada relación, Nina empieza a conectar con su lado más oscuro, con una temeridad tal que amenaza destruirla. Dirigida por Darren Aronofsky (“El luchador”, “Réquiem por un sueño”).

Crítica Bastarda:

Sobre el papel (Por Natalie Portman):

“La verdad es que cuando leí el guión no entendía mucho eso de que una tipa austrohúngara que pone la voz a Meg Griffin me comiera el ‘cisne negro’ y luego me lo tuviera que comer a mí misma. […] Y entonces, pensé, ¿las bailarinas de ballet consiguen tanta elasticidad?

Sobre la obra:

“La joven y ambiciosa Nomi Malone Nina viaja a Las Vegas Nueva York con el objetivo de convertirse en una estrella del espectáculo. Tras conseguir un trabajo como bailarina de strip-tease ballet en una local compañía de ballet, consigue una audición para trabajar en el coro de una obra del Casino Stardust El lago de los cisnes. Pronto se dará cuenta de que el mundo que la rodea es más duro y menos brillante de lo que pensaba para una joven atractiva frígida y solitaria enmadrada como ella.

Sobre Carlos Pollero (que no Cisnero):

“Darren Aronofsky quiso ser tanto cisne que al final se hizo cisnesa.

Sobre Carmen de Mairena:

“Qué cisne negro, ni qué cisne negro… baja pa' el pilón y cómeme to' lo negro.

Sobre un bastardo emplumado:

¿Se puede dividir el alma humana? ¿Se logra ser lo cándido y lo ladino? ¿Se es capaz de ser el cisne blanco y negro? ¿De alcanzar la perfección sin importar perder la cordura y el alma? Posiblemente sean preguntas que se planteará su director antes de filmar uno de los proyectos independientes más rentables del año. Aunque en vista de las críticas es necesario volver al origen de la obra. ¿No es acaso pretendidamente el ridículo el ballet y capaz de emocionar? ¿No tanteaba muchas veces Hitchcock con lo burlesco para sugerirnos que el suspense se sustenta en lo inexplicable y lo imprevisible? Una película que es comparada con “Showgirls” y “Repulsión” al mismo tiempo tiene que ser algo grande, ¿no?

SOBREPROTECCIÓN Y FATALIDAD

A través de una puesta en escena sencilla basada en el cromático vestuario, juegos malabares con efectos de sonido y acrobáticos espejos Darren Aronofsky parece recrear la perdida en sí misma de la protagonista. Ser perfecta no se trata de control sino dejarlo de lado. El personaje que interpreta Vincent Cassel nos avisa que… ‘hay que tocarse’ para llegar al orgasmo, al éxtasis, al supino placer y esas ansiadas ganas de vivir. Aunque esa línea tan frágil que separa la vida de la muerte esté limitada aquí en dejarse caer y llevar… quién quiera ser frígido, cinematográficamente hablando, que se quede con tiempos pasados, en blanco y negro o en vistavision. “El cisne negro” viene de reciclar para perdurar. 

FRAGILIDAD BLANCA

Lily, la antagónica siempre viste de negro, es directa y seductora mientras la frígida, asustadiza y frágil protagonista, Nina, luce de blanco o tonos claros y perlados. Poco a poco se juega con el vestuario y se encadena con esa lucha de poder por el trono en una reyerta por el amor de ese príncipe-consorte y el director del Ballet de Nueva York.
Se suma una madre protectora, posesiva que se convierte en el epicentro controlador de la protagonista. Dependencia absoluta y eterna niñez. El paso a la madurez y el lado más novedoso de la promiscuidad va acompañado de peluches y mandatos, de desprenderse de la sumisa observación que es un régimen para sus sentimientos.

LA OSCURIDAD COMIENZA A AFLORAR

Es cierto que tal como nos muestra la película la perfección no sólo es control sino muchas veces liberación y desinhibición. No entiendo, por lo tanto, por qué se critican los excesos en la recta final a Aronofsky cuando simplemente se limita a predicar con su ejemplo. ¿Fingir o dejarse llevar? Está claro que el director de “Réquiem por un sueño” quiere poner un excelso de excesos digitales justificados por el propio guión, que convierten al propio espectador en víctima de la paranoia y alucinaciones de la protagonista. Algunos criticarán otros, donde me incluyo, dirán que se trata de mera consecuencia.

LA LEYENDA NEGRA

“Todos conocemos la historia: pequeña niña virgen, pura y dulce. Atrapada en el cuerpo de un cisne. Desea libertad. Pero sólo el verdadero amor romperá el hechizo. Su deseo es casi concedido en la forma del príncipe. Pero antes de que pueda declarar su amor, su gemela lujuriosa, el cisne negro, lo engaña y seduce. Devastada, el cisne blanco, salta de un precipicio…. Matándose, y en la muerte, encuentra la libertad.

Es cierto que nos conocemos la historia, que sabemos todo aquello que nos va a mostrar y el poder, sobre el guión y la historia, aparentemente es mínimo… Entonces, ¿qué ha visto una gran mayoría de espectadores que hemos quedados prendados por “El cisne negro”? Posiblemente sean las dosis, en su justa medida, del Satoshi Kon de “Perfect Blue”, del Roman Polanski de “Repulsión”, del Alfred Hitchcock de “Marnie, la ladrona”, del Joseph L. Mankiewicz de “Eva al desnudo”, del Brian De Palma de “Carrie”, del Martin Scorsese de “El rey de la comedia”, del David Cronenberg de “La mosca”… Detrás quedan grandes directores porque aquí hay una sorprendente actuación que parece la última y definitiva, hasta las últimas consecuencias. Cuando se alcanza la perfección por libertad se llega a la sorpresa y a la emoción.

FADE TO BLACK

Parece que todo el camino del director se basaba en llegar a este punto. “Pi (fe en el caos)” nos mostraba que la locura y la paranoia iban ligadas para la consecución de objetivos de Maximillian Cohen. En “Réquiem por un sueño” Sara Goldfarb, víctima de las anfetaminas, sufre alucinaciones que la alejan completamente de la realidad. Las barreras de la muerte intentaban ser traspasadas por el amor en “La fuente de la vida” donde se duplicaba la realidad temporal y física de los personajes. Y se creía que la decante y crepuscular “El luchador”, con la que consiguió el León de Oro, era un oasis en su filmografía pero todo indica que se trata de un perfecto trampolín hasta lo que supone su mayor obra hasta el momento. En el “Cisne negro” convive perfectamente esa ‘cámara sombra’ heredera de los hermanos Dardenne, que tanto y tan bien han explotado el digital de Michael Mann y David Lynch, con la que Aronofsky atrapó a su personaje encarnado en un Mickey Rourke que se comía la pantalla a puñetazos. Ahora es Natalie Portman la que es víctima del primer plano, la que es encerrada y atrapada dentro de su propio mundo. Plano secuencia en mano y realidad encerrada en un marco que nos hace partícipes.

CISNE NEGRO 2.0

“El cisne negro” me parece una gran película porque sabemos lo que va a ocurrir, como si fuera una representación de una obra conocida… pero no depende del texto preconcebido, que conocemos de antemano, sino de la emoción… y el viaje que inicia por sus conversiones en cisne blanco y cisne negro son líricas, tan sumidas en lo visceral como la representación de “El lago de los cisnes” que se encarna en la misma película. Concesiones sobre lo grotesco y la extravagancia que acrecientan el ánimo de libertad y superación del cineasta.

“Es sobre una chica que es convertida en un cisne. Y necesita amor para romper el hechizo. Pero su príncipe se enamora de la chica equivocada. Entonces, ella se suicida.

Tocada del ala. Bailar con la muerte. Brillar en el escenario con el fulgor sobre las sombras. El último aleteo a modo de suspiro. Una pluma blanca teñida de sangre parece negra. La porcelana se resquebraja al ritmo de Chaikovski. Las muñecas se rompen atenazadas en un contendor del que quieren escapar. Eso es “El lago de los cines”, una liberación por amor… y aquí el amor de Aronofsky por el cine pretende dejar un legado de la recaudación del ridículo, de la amorfía de un cuerpo que fluye entre plumas, lágrimas y sangre. Una pluma de cisne blanco ensangrentada se convierte en negro. Un aleteo mórbido puede ser tanto el primero como último. Olviden la gallina porque esta película les pondrá la piel de cisne. Olviden las escarpias porque quedarán con los pelos como plumas emergentes de cisne negro. Olviden la letra ‘s’ porque “El cisne negro” es puro neo cine negro. 

CISNE BLANCO 2.0

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