The Kids Are All Right: Tentaciones y otras catástrofes

Cuando en unos títulos de arranque suena ‘Cousins’ de Vampire Weekend y en esa misma película se referencia una portada en vinilo del memorable ‘Hunky Dory’, aparece David Bowie en el soundtrack y para colmo de orgásmicos placeres una Annette Bening, que va con todo a los recoger premios por su actuación, se atreve con ‘All I Want’, a capella, de Joni Mitchell uno entiende que “The Kids Are All Right” no es otra de esas pasajeras alucinaciones del cine independiente americano. Mark Ruffalo, que este año también apunta muy alto a subir a recoger galardones, le hace los coros a la Bening en su peculiar (re)visión del tema parido del imprescindible ‘Blue’. Prácticamente el filme de Lisa Cholodenko se podría resumir en las interpretaciones de sus actores al ser el mayor sustento y debilidad, por eclipse.

Es precisamente en esa secuencia donde se resume la película, en ese duelo entre los personajes que interpretan Bening y Ruffalo. Está en juego el poder por el cetro familiar aunque quién lleva todas las riendas y voz principal es Nic frente a un coro y ‘falsete’ de Paul.

El cine independiente americano siempre destapa y nos revela temas que posteriormente son prostituidos o adaptados a sus necesidades por los grandes estudios. Se nos presenta una pareja de lesbianas con sus dos respectivos vástagos como nuevo epicentro de las nuevas familias que pueblan el planeta. Como en toda prole no están exentos los problemas y vicisitudes. Joni, la hija mayor que busca su hueco y escape de “Alicia en el País de las Maravillas”, va a empezar la universidad y tiene que romper su doble cordón umbilical; el pequeño, Laser de quince años, está carente de feromonas masculinas y de una figura que nunca tendrá… a menos que localice al donante de esperma que ayudó a traerle a este mundo. Aquí aparece el nuevo integrante de la familia, un solitario Paul, que comienza a convertirse en un nuevo satélite de alto poder gravitatorio y emocional incluso para una de las madres, Jules como siempre interpretada por una excelente Julianne Moore, ante el atónito de la matriarca y rol masculino-familiar, Nic.

EN BUSCA DE LA ESTABILIDAD

El juego de roles y necesidades se impone frente a las vicisitudes de las situaciones. Hay comicidad y dramatismo con el mero hecho de cruzar una línea, de cambiar levemente de gesto, de arquear la ceja o esbozar una sonrisa. La película de la directora de “High Art” contiene todo lo anterior en pequeñas dosis aunque le falta el último aliento que la convierta en algo mayor. Cuestión de hormonas y roles grupales-familiares puestos esta vez al servicio de la homosexualidad como elevación del bajo fondo donde había sido colocado por el mainstream.

DUELO POR LOS PANTALONES

La búsqueda del equilibrio y estabilidad emocional hace que ese catalizador en forma de esperma con piernas llamado Paul haga que se tambaleen los cimientos de la unidad familiar que nunca tuvo. Tal vez el mayor error sea pecar de prudencia e intentar salvaguardar el régimen de unidad indisoluble de una familia con padres-madres homosexuales a cualquier precio dramático en el guión. Tres son multitud, efectivamente. “The Kids Are All Right” tiene que verse como esa imperfecta película que borda el dejativo de la infecta y marchita soledad. Mark Ruffalo lo hace tan bien y su interpretación es tan luminosa que es normal que a cualquiera se le pase por la cabeza cambiar de acera. Cosas de oler a Oscar.

CÓMO CONOCÍ A VUESTRO DONANTE DE ESPERMA

Un detalle fundamental para entender emocionalmente la película. La letra de ‘All I Want’, que interpretan Mark Ruffalo y Annette Bening, desvela las motivaciones de los personajes.

Voy por un camino solitario y viajo

viajo, viajo, viajo

Buscando algo, algo lejos de ti

Oh, te odio, te odio un poco

Y te amo un poco también

Oh, te amo cuando me olvido de mí

Quiero ser fuerte, me quiero reír

Sentirme parte de la vida

Estrenar un vestido, salir a divagar

Romper mis medias de tanto bailar

No lo ves, no lo ves, no lo ves

 […]

No ves cómo me lastimas

Y yo te lastimo a ti

Por eso nos ponemos los dos tan tristes.